Darksouth: Detrás de la verdad

Capitulo 65.

Linda

—Llamame en cuanto lleguen—me dice mi padre. Le doy un caluroso y apretado abrazo antes de despedirme. No quiero irme, pero ya han pasado dos dias desde que estoy aca y he obligado a Edward a quedarse conmigo. 

Hoy ya es lunes y se supone que deberia estar en el instituto, pero no pienso asistir, por lo menos, en esta semana, prefiero simplemente descansar de todo el lio en que mi vida se ha formado desde el sabado. Edward espera donde está su auto. Está molesto porque se ha tenido que quedar en contra de su voluntad y aguantar a Molly. Pero sé que tanto él como yo, disfrutamos estos dias acá. Molly se ha acercado a Edward, pese a que solo pelean pero sé que en el fondo, el se ha encariñado, o por lo menos, en eso está. Sin embargo, pese haber estado dos dias aqui, no he visto en ningun momento a Edward y Karin intercambiar palabras, él simplemente preferia almorzar mas tarde en vez de estar en la misma mesa con ella, fue eso mismo que hizo esta estadia un poco incómoda, pero ni mi padre ni yo, podiamos meternos. Es solo cuestion de tiempo, por otro lado, que él haya decidido quedarse, ya fue un gran paso, aunque sé que solo lo hizo por mi, pero algo es algo. 

Me despido de Molly con un fuerte abrazo y le susurro en el oido que vaya a despedirse de Edward. Ella asiente y corre donde está mi chico de ojos oscuros y lo abraza por la cadera, puesto que Molly no le llega mas allá de su abdomen. Él frunce el ceño y se la quita de encima con cuidado, aquello nos hace reir a todos. Me despido de Karin quien solloza en mi cuello y yo no se que hacer para reconfortarla. Le doy una pequeña sonrisa y ella me sonrie sin mostrar sus dientes. Le doy un ultimo abrazo a mi padre y luego me doy la vuelta para ir a mi camioneta. Molly aun esta con Edward y ambos ya estan peleando. Él se divierte haciendola enojar, y suelto una risa cuando veo a Molly darse la vuelta furiosa meneando sus rizos de un lado a otro. Edward rie y se mete en su auto sin despedirse de nadie.

Sigo el auto negro con vidrios polarizados por la carretera y miro en el asiento del copiloto mi celular que ha estado apagado durante los ultimos dos dias. No pienso prenderlo, no por ahora. Al cabo de dos horas, ya hemos llegado a la ciudad y comienzo a sentirme nerviosa. Sigo a Edward hasta la pension en la que vive y me bajo de la camioneta una vez que ya estacionamos. Él se acerca a mi y me abraza. Es increible como lo he extrañado y eso que solo han pasado un par de horas. He decidido quedarme esta semana con Edward, o por lo menos, hasta estar preparada para ir a casa. Aun no se como haré, puesto que tengo mi ropa y mis cosas allá, pero algo se me ocurrirá. Me tumbo en la cama en cuanto llegamos a su habitacion y rio con fuerza cuando él se tumba encima mio. 

—¡Eres un cerdo!—le digo y rio cuando el comienza a imitar el sonido de uno. 

Edward se tumba a mi lado y me acerca a él para besarme. Paso mi pierna por encima de las suyas y lo abrazo profundizando el beso. No hemos tenido oportunidad de estar "juntos" en estos dias, puesto que Molly pasaba la mayor parte del tiempo con nosotros, incluso, Edward debió dormir en su habitacion porque ella queria dormir conmigo, claro que aquello llevó una larga pelea entre ambos, donde Molly acabó llorando y Edward reprendido, por supuesto que la niña se salió con la suya. Me da risa solo con recordar aquello. Me separo de sus labios para mirarlo mejor y rasco su mejilla donde la barba a comenzado hacerse notar.

 —¿Como haremos para buscar mi ropa? Si piso un pie en esa casa, mi madre no me dejará en paz. Ademas, debo devolverle la camioneta.

—Tranquila, yo iré por tu ropa y le llevaré la camioneta—sonrio complacida y lo beso nuevamente.

—¿Que haria yo sin ti?—susurro y el sonrie de esa manera en la que sus hoyuelos se hacen notar. 

—Nada—responde y golpeo su hombro de manera juguetona. 

Él empieza por hacerme cosquillas y yo me retuerzo como un pez fuera del agua. Le ruego que pare y solo soy capaz de oir su carcajada profunda y cautivadora. Amo todo de este hombre. Sin embargo, nuestro juego llega a su fin cuando un golpeteo en la puerta nos obliga alejarnos. Edward se tensa y se pone de pie para atender, me siento en la cama rogando que no sea mi madre, pero cuando me percato de quien se trata no se si huir o hacerle frente a la situacion. Sandy está afuera. Él la hace pasar y yo me pongo de pie enseguida. 

—Creo que...yo ire a buscar tu ropa. Ustedes deben hablar—dice Edward y sale llevandose mis llaves.

No soy capaz de mirarla a la cara. 

¡Dios, ella es mi hermana!  

Ella está ahí parada justo a un metro de distancia. Solo un metro es lo que me separa de mi verdadera hermana, esa que lleva la misma sangre que la mía. No sé cómo sentirme al respecto. Me enfada que todos lo hayan sabido menos yo. Me molesta que se hayan tomado la atribución de no ser francos conmigo con un tema así. 

—¿Cómo has estado?— pregunta. La miro un segundo y asiento. 

—Bien— respondo sin saber cómo seguir el hilo de la conversación.—..  dentro de lo que puedo, ya sabes...no todos los días te enteras que te han engañado toda la vida—digo y  sonrio sin un poco de gracia. 

—Te lo he querido decir miles de veces...—dice mientras se aproxima a mí. No puedo creer que ella sea mi hermana. Es...imposible.



#41784 en Novela romántica

En el texto hay: amor, mentiras e intriga, pandillas

Editado: 25.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.