Edward
Will me llamó temprano en la mañana para que fuera al bar, pues dijo que tenía algo importante que decirme. De todas maneras, no le hice tanto caso, puesto que me quedé dormido y vengo recién llegando, cabe decir que faltan treinta minutos para el mediodía. Golpeo la puerta del bar que se encuentra cerrada, pues no sé abre hasta las una y mi padre me abre enseguida. Me da una mirada de reproche y solo me encojo de hombros y me río un poco. Todo el interior está ordenado para cuando la clientela de siempre llegue y él se encamina por un pasillo hasta llegar a su oficina.
Este nuevo bar es mucho mejor que el anterior, para empezar la sede es más grande y su oficina pues, digamos que si se le puede llamar oficina. Entro en ésta y me siento de manera despreocupada en el pequeño sofá que tiene como decoración. Él se sienta del otro lado del escritorio y me causa risa como aporta una postura profesional y sofisticada.
—¿Me vas a invitar a tomar el té?—me burlo y él niega con la cabeza intentando no reír.
—Quiero hablar contigo Edward, es un tema muy importante—dice. Su voz suena más grave de lo normal y ahora que lo veo mejor, su cicatriz en el rostro ya no se ve tan intimidante.
De mala gana me pongo de pie y me siento en la silla que está frente suyo. Apoyo mis manos entrelazadas sobre el escritorio y lo miro.
—Sueltalo—le digo. Él asiente y abre un cajón para sacar una carpeta, la deja encima de la mesa y me la entrega. —Revisalo—me indica con semblante serio y se recuesta en el respaldo de su silla.
Frunzo el ceño y algo dudoso abro la carpeta. Lo primero que veo es mi nombre, así que me planto a leerlo de manera más cuidadosa. He leído las tres hojas de la carpeta cuatro veces y aún no logro comprender del todo lo que quiere decir. Es decir, tengo una idea en mi cabeza, pero ¿Será cierto? Según lo que yo entendí, mi padre me está cediendo su parte del bar y también la de Alice, quedando solamente yo como único dueño. Cierro la carpeta y lo miro. Él alza una ceja sonriendo de lado.
—Esto es...
—Si—se apresura decir mientras se incorpora en su sitio—Hemos decidido dejarte el bar por completo, para empezar siempre fue tuyo—dice encogiéndose de hombros.
—No, pero...yo...¿solo? ¿Que les hace pensar que no lo mandaré a la mierda?—esto es una noticia fantástica, pero es un gran peso sobre mi espalda. Sin embargo, Will rie negando con la cabeza.
—Creemos en ti y en Linda, estamos seguros que ambos sacarán este lugar a flote—dice con una amplia sonrisa.
—Sabes que no quiero a Linda involucrada en esto, ella empezará la universidad y no quiero que tenga mas presión—digo y él asiente sonriendo. Se pone de pie y se sienta donde antes estaba sentado yo.
—Entonces será mejor que te pongas a buscar más personal, porque a partir de mañana eres completamente el dueño del bar—dice.
—¿Por qué ahora?—pregunto interesado.
—Hemos decidido con Alice tomarnos unas vacaciones—dice y hago una mueca mientras asiento—Linda y tú al parecer están muy bien, y ya son lo suficientemente mayores como para vivir por si solos—dice y me río un poco.
—Entiendo—digo—Es esa técnica para ponernos a prueba ¿No? Para ver cuánto duraremos porque nadie cree que seamos capaces de lograrlo—él frunce el ceño y niega enseguida.
—Yo creo rotundamente en ustedes Edward—dice y suelto un suspiro—...y sé que Alice se convencerá de ello—dice y me río—Para ella aún es un poco difícil convencerse de que Linda ya no es una niña, pero lo hará...ahora mismo debe estar hablando con ella—dice como si nada y yo frunzo el ceño en cuanto dice eso, saco enseguida mi celular y noto que efectivamente, Linda me envió un mensaje diciendome que su madre llegó de sorpresa a nuestra casa.
—Solo espero que no la moleste, ni la ofenda, hemos estado muy bien si peleas ni nada similar a esa mierda—digo y veo una sonrisa extraña en su rostro. —...y deja de mirarme como loco anciano—bromeo y él suelta una carcajada.
Permanezco un poco más en su oficina, hasta que me armo de valor para contarle lo de July.
Después de que Todd y Sandy se fueron, no he podido sacar a July de mi cabeza, el shock ahora me golpea y necesito sí o sí hablarlo con alguien más. No quiero incomodar a Linda porque sé que para ella esto es difícil, sé que teme por nuestra relación, aunque aquello es absurdo, yo jamás podría hacerle algo así con lo mucho que nos costó estar juntos. Sería un completo idiota. Sin embargo, que July esté de vuelta me inquieta, siento que de alguna manera le estoy faltando el respeto y no sé porqué, quizás por el hecho de ser mi ex, o por el hecho de que todo lo que estoy viviendo con Linda, en algún momento fue nuestro sueño, con la diferencia que en ese entonces aún éramos unos adolescentes, ahora ya somos adultos y quién sabe si aún nos estaríamos soportando, porque si de algo debo ser honesto, es que mi historia con July no fue ni la mitad de conflictiva que con Linda, y aquello hace una gran diferencia, pues pese a toda la mierda que cayó en nuestra espalda, el amor con Rizos se fue incentivando y fortaleciendo al punto de hacerme entender que si no paso mi vida con ella, no podría ser feliz.
Mi padre permanece en silencio por varios minutos hasta que me mira.
—Nunca imaginé que existiera tanta maldad y sed de venganza en Pinzas...es algo que aún me supera—dice y lo noto algo abatido—Pobre chica... debió haber vivido un infierno—dice y yo asiento sin decir nada—¿Tú estás bien?—pregunta y lo miro.
—Si—asiento—Aun algo... sorprendido pero...estoy bien. Es...genial que esté viva—digo. Mi padre me mira un momento y algo me dice que no se traga mis palabras.
—Yo solo espero que lo que tienes aqui...—dice apuntando a su pecho—...esté muy seguro de lo que siente, porque la caída y el dolor será insoportable hijo. Y como padre, no aguantaré que mi hija salga lastimada...ella no se lo merece—dice antes de ponerse de pie y salir de la oficina.