Linda
Han pasado dos horas desde que se fueron y ni siquiera han llamado para saber dónde están o como les fue. Estoy nerviosa y algo asustada.
¿Y si los hirieron?
Edward dijo que era peligroso donde iban, es lo único que me ha dicho sobre ese lugar. Pero me atrevo a decir, que desde el tiempo que conozco a Edward y estas cosas malas nos han rodeado, es la primera vez que lo noté realmente preocupado. Y si alguien como él, está preocupado entonces es porque nada está bien. Sin embargo, el movimiento del bar ha sido lo suficientemente bueno como para mantenerme distraída, pero aún así la presencia de July me perturba. Lo bueno, es que con Sandy compartimos el sentimiento hacia ella. A ninguna de las dos no termina por completar July. Sé que Sandy desconfía hasta de su propia sombra, pero casi siempre su paranoia no termina siendo tan paranoica, algo de verdad siempre hay. Y si mi hermana dice que siempre ha desconfiado de July, entonces por algo es.
Por otro lado, mi madre no demuestra ni un poco su lealtad hacia su hija, puesto que se lleva de maravilla con July. Pensé que la detestaria como nosotras, pero no ha dejado de decir que la encuentra brillante. July aquí, July esto, July esto otro...¡Maldita sea!
¿Acaso no hay nada que July Parker haga mal?
La gente del bar la saluda como si la conocieran desde siempre cuando es a mi a la que conocen más. La halagan, bromean con ella, y aunque odie admitirlo, tienen razones de sobra para adorarla. Desde que ella entró al bar, las ganancias han subido casi en un veinte por ciento, y eso, según mi madre es muchísimo. Tiene ideas innovadoras, conoce a la perfección cada maldito centímetro del bar, cada botella de whisky y sobre todo, es amiga del chef. Ha conseguido que Edward obtenga su licencia en manipulación de alimentos más rápido que cualquier otro local, en una semana ya estaban ofreciendo platos de comida rápida con seguro y permiso.
Y en cambio yo, en este mes, apenas he venido cuatro veces al bar. Edward con suerte me cuenta lo que pasa, siempre y cuando se acuerde y la gente cree que soy una nueva camarera, y no la esposa y casi propietaria del bar. Muchos, incluso piensan que July es dueña y Edward es su novio. Bromean sobre aquello ignorando quien soy yo, pero claro, es gente que no conozco y claramente, no me conocen.
Por otra parte, Todd ha llegado para ayudar también. Al parecer nadie nos daba crédito. Por ello, hemos decidido distribuir las tareas, por lo que, Sandy y Todd se encargan de las mesas, July y yo de atender la barra y mi madre ha estado en la oficina. Todo va bien, en orden. Le he agarrado la mano rápido a esto de servir tragos y conocer botellas, pero detesto que ella sepa más que yo y lo haga mejor. Es decir, lleva más tiempo en esto que yo, pero se cree que es mejor. Yo también puedo ser mejor.
—¿No crees que ya se han demorado mucho?—me pregunta July cuando me agacho para limpiar un poco de agua que se cayó al suelo. Alzo la cabeza en su dirección y la miro.
—Deben tener sus asuntos—respondo sin más. Me pongo de pie, lavo el paño y tomo una libreta y una lápiz antes de meterme por el pasillo y llegar a la bodega.
Prefiero contar cajas y botellas, que empezar una plática con ella. Lo intento, realmente intento ser simpática pero no puedo. Me siento en el suelo y comienzo a contar. Sin embargo, alguien más entra y al darme la vuelta, se me es imposible no soltar un resoplido cuando la veo. Podría jurar que que está provocándome, nadie es tan simpático ni amable en la vida real, y ella exagera todo aquello.
—¿Necesitas ayuda? Allá todo está muy tranquilo y Todd se quedó en la barra—dice sonriéndome. ¿Es una broma? ¿Acaso no captó que me vine aquí para no tener que hablarle?
—No, gracias—le digo y le sonrío apenas—Estoy bien—le digo y vuelvo a lo mío. Aún así, ella se sienta en una de las cajas. No puedo concentrarme con ella mirándome, así que decido dejar el lápiz de la lado y la miro—¿Necesitas algo July?
—Si—dice y se arrima más cerca mio—...yo sé que no te agrado...y te entiendo, enserio—dice—...todos saben que entre la ex y la actual nunca hay buena relación—dice y se rie por lo bajo. Yo solo frunzo el ceño y la miro. —...pero creo que deberíamos intentarlo ¿no?
—No, no lo creo—digo y vuelvo a tomar el lápiz, pero me decido por dejar todo de lado y prestar mi atención en ella. —No te gastes en ser simpática conmigo July. Puedes fingir con Edward, con mi madre y los clientes, pero conmigo no—digo. Ella frunce ligeramente el ceño y espera a que continúe—...sé que aún quieres a Edward, se también que te encantaría que él estuviera contigo y no conmigo—digo y ella sonríe negando con la cabeza.
—Entiendo—dice y me mira—...estás celosa, pero creeme que entre nosotros no hay nada—dice con amabilidad. Pero aquello solo logra enfurecerme más.
—Oh de eso estoy muy segura, no me preocupa. Yo confío en Edward, pero en la que no confio es en ti July. —digo—...sé que buscas todo el tiempo estar cerca suyo y que él te mire como lo hacía antes, pero déjame decirte, que esto de aquí...—digo enseñándole el anillo en mi dedo—...no solo está como adorno. Nosotros estamos unidos, él me eligió a mi.