Darksouth ll: Ante la mentira

Capitulo 45

Linda

Peat se mantiene en silencio todo el trayecto de regreso al yate. Mientras nos acercamos, miro por la ventana buscando el faro para lograr orientarme, y lo descubro unos cuantos metros mas hacia el sur. Voy ideando un plan en mi cabeza. La unica manera de salir y salir sin que me vean, es hacerlo cuando todos esten dormidos. Si es posible, en la madrugada. El auto estaciona cerca del muelle, y Peat me tira del brazo con brusquedad logrando que por poco me fuera de bruces al piso. Me estabilizo y miro con disimulo a Patrick por miedo de que se ponga hablar de mas. Peat les hace una seña a los dos idiotas que se adelanten y una vez solos me acorrala en el auto logrando que mi espalda choque con la puerta. Su mano se posa en mi cuello presionando ligeramnete, pero de todas meneras me pongo de puntillas y estiro mi cuello. 

—¿Que demonios hacias con ella?—espeta cerca de mi rostro mientras mira a todas partes por miedo a que alguien nos vea. 

—Nada—digo y él presiona un poco sus dedos en mi cuello—Ella insitió en que queria compañia, solo fue eso—digo rapido y Peat me suelta. 

—No te pases de lista. Si me llego a enterar de que hablaste de mas, te mato—dice sin un poco de escrúpulos. Asiento ante sus palabras y él hace un movimiento de mano indicandome de que me adelante. 

Me quito los tacos y camino a paso rapido hasta el yate. Entro enseguida en mi camarote y me siento en la cama esperando a que Peat entre, sin embargo, pasan algunos minutos en donde no lo hace. Tomo aquello como que él no vendrá hoy y aprovecho a idear lo que tengo en mente. Me dirijo al baño y escondo los vidrios en la ducha y lo tapo con la cortina, sé que tarde o temprano lo descubrirán pero por mientras, mejor que no. Saco un pedazo de vidrio mas o menos mediano y lo escondo debajo del colchon. Aprovecho a cambiarme de ropa por algo comodo y me calzo en mis zapatillas. Creo que sé como empezar esto, pero no como terminarlo. Me quedo sentada en la cama demasiado nerviosa por esto. Espero y cuando ya no oigo mas voces ni risas del otro lado me animo a ponerme de pie. Escondo el vidrio en mis calzas y tengo cuidado de no cortarme mientras abro la puerta. Agradezco que Peat no haya cerrado mi puerta con llave, sino aquello hubiera complicado demasiado las cosas. Asomo la cabeza, y encuentro a Patrick despierto viendo television. 

—¿Que haces aqui?—espeta cuando me ve. Me sobresalto y amago con tomar el vidrio, pero aquello alarmaria a todos y no podria salir. 

—Voy a buscar a Peat—digo. Él frunce el ceño—...hoy no fue a mi habitacion y quiero saber porque—miento. Patrick da un leve asentimiento de cabeza y continua con lo suyo. La habitacion de Peat está solo al frente de la mia. Cabe mencionar, que el yate solo tiene dos habitaciones, por lo que Patrick y Enzo duermen en unas sillas. 

Tomo el pomo de la puerta y me muerdo el labio cuando lo giro y esta por suerte se abre. No puedo creer que esté haciendo esto, entregarme a Peat voluntariamente solo para poder huir, pero todo lo vale. Si tengo que hacer esto con tal de lograr recuperar a Alena, entonces lo haré. Inspiro hondo y entro. Camino por el lado derecho de la cama y me agacho en la mesa de noche que hay a un lado su cama. Me quito el vidrio para dejarlo por ahi escondido, y sin quitarle los ojos de encima  a Peat, abro el primer cajón. Tanteo con mis dedos y abro los ojos como platos cuando tanteo un arma. Giro para verla en mis manos y la saco enseguida de ahi. La escondo con el vidrio y lo cierro con cuidado. Abro el segundo cajón, y tanteo nuevamente con mis dedos mientras me congelo cuando Peat se mueve y queda de frente a mi. De pronto mis dedos hallan algo y cuanto mas tanteo me doy cuenta de que es un collar, y no cualquier collar. Es mi relicario. Lo saco rapido de ahi y lo tomo entre mis dedos sin creer que ha vuelto a mis manos. Lo abro y mis ojos se llenan de lagrimas. Esto es como una parte de mi, como si hubiera recuperado una gran parte de mi alma que me faltaba. Deposito un beso en nuestra foto y lo guardo en el bolsillo interno de la sudadera para no perderlo. Peat no ha despertado, lo que significa que no tendré que fingir que lo buscaba a él. Recojo el vidrio para volver a guardarlo junto con el arma y salgo con sigilo.

Asomo mi cabeza y sonrio triunfante cuando Patrick se quedó dormido. Cierro la puerta detras mio, y camino de puntillas hasta subir las escaleras que me llevan al exterior. Decido sacar el vidrio de mis calzas y lo llevo en mis manos. Cuando salgo, miro a todas partes y parto corriendo con el corazon en la garganta, sin embargo, alguien obstruye mi camino y choco con esa persona. 

—¿Que carajos haces tu afuera?—me dice. Maldita sea. No conte el maldito soplón que manejó el auto. Él amaga con tomarme y asi lo hace. Pataleo e intento no armar un alboroto. Pero el tipo comienza a llamar a Peat. Si ellos me ven me matarán. 

Cierro mis ojos, me muerdo el labio, y saco el vidrio. Cuento internamente hasta tres y se lo clavo en el brazo que me sujetaba. El tipo grita y me insulta pero así logro que me suelte.  En cuanto lo hace salgo corriendo con todo, volteo a ver y justo cuando ya he avanzado unos cuantos metros, veo salir a Patrick y a Enzo, y detras de ellos, Peat. Mierda. Corro con todo lo que mis piernas me dan. Pero cais no puedo. Tengo miedo de voltear y verlos encima mio, pero aun asi lo hago y Peat corre en mi direccion con su cara de furia y su sed de matanza. Me tropiezo con unos fierros que sostienen las velas y banderines, pero me compongo enseguida. No maldita sea, no llegue hasta aquí para morir así. 



#41377 en Novela romántica

En el texto hay: mentiras, peligro, amor y odio

Editado: 15.08.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.