Despierto en una habitación desconocida. Paredes blancas, luces fluorescentes y un silencio ensordecedor a excepción de un molestoso pitido que me retumba en la cabeza. Miro el techo blanco, piso de ceramica brillante, y una cosa plástica e incómoda en mi rostro, el cual quiero quitarme pero no puedo, algo aun mas incomodo me molesta en el antebrazo y cuando giro a verme, son unos cables o tubos transparentes que van conectados con una bolsa que se haya colgada en la pared. En eso la puerta se abre, y una mujer de piel morena entra revisando una carpeta. No me mira, y yo solo quiero que me vea para que me quite lo que sea que tenga en mi rostro. Ella camina hasta el lado donde se haya la bolsa colgada. La toca, y anota algo en la ficha y luego, al fin se da cuenta de que la miro. Ella abre sus ojos como platos y sale corriendo mientras grita por el corredor llamando a un doctor. ¿Doctor? ¿Que es un doctor? Me suena, creo...creo que...no, no lo recuerdo muy bien.
Segundos despues, la mujer morena regresa con una hombre alto, con barba, ojos cafés, cabello claro y una tunica blanca encima de su ropa. Ese debe ser el doctor.
—Nuestra bella durmiente al fin despertó—dice. Se acerca a mi con una sonrisa y coloca sus dedos pulgares frios en mis pómulos donde tira mi parpado inferior hacia abajo. Luego saca una linterna y la luz me escandila.—Todo parece estar bien. Veremos si puedes respirar por ti misma—dice con voz suave y con ayuda de la mujer morena, me quitan esa cosa incomoda del rostro.
En cuanto lo hacen, siento que el aire se puso mas denso y comienzo a sentir una picazon en mi garganta y una mayor incomodidad como si no pudiera respirar.
—Tranquila...inhala y exhala cariño—me dice mientras sube sus manos y las baja al compas de su pecho. Intento imitarlo, y de repente esa opresion en el pecho se me pasa. —Muy bien—me felicita el doctor y asiento— ¿Puedes decirme tu nombre?—pregunta y asiento. Pero cuando abro la boca, me quedo muda. No se que decir con exactitud.
—Yo...
Niego porque no logro articular mi nombre. Es decir, tengo conciencia de quien soy, pero no sé como expresarlo.
—Tranquila, es normal—me dice el doctor y arrima una silla para sentarse a mi lado.—Probemos nuevamente. Relajate y tomate tu tiempo para contestar—dice y asiento. Suspiro y me preparo para volver a intentarlo.
—Li..Linda—susurro y sonrio un poco cuando al fin me salio—Linda—repito en voz mas alta, y el doctor sonrie abiertamente.
—¿Puedes decirme tu nombre completo?—pregunta y mi sonrisa desaparece. No logro recordar del todo como sigue.—Esta bien, no te asustes...¿Recuerdas lo que te sucedio Linda?—pregunta y niego enseguida. El doctor suspira antes de mirarme—Estuviste en coma seis meses, es un milagro que estés viva...
En cuanto dice aquello siento que mi pulso aumenta y aparto mis ojos de los de él para tratar de recordar. Un recuerdo fugaz me atormenta y me obliga a llevar mis manos a la cabeza, cuando un fuerte dolor me nubla la vista y me quejo. Imagenes de alguien haciendome daño me carcome y niego para que esas imágenes junto con el dolor desaparezcan. No. No. No.
—¡NO!—grito sobresaltada mientras me incorporo en la cama agitada y sudada. Llevo mis manos a mi pecho mientras enciendo el velador que esta a mi derecha.
La puerta de mi habitacion se abre de golpe, y me sobresalto cuando veo a Charlie entrar con su cabello enmarañado, pijama y con su rostro somnoliento demostrando que se ha asustado.
—¿Otra pesadilla Lin?—pregunta en el umbral de la puerta y asiento. —Te traeré un poco de agua—dice antes de darse la vuelta y salir. Tiro mi cabello hacia atras y descanso mi mano en mi frente, cuando segundos después mi compañera de piso entra con el vaso que me prometió. —¿Quieres hablar de ello?—pregunta sentándose a los pies de la cama y levanto mi dedo índice para incarle que me de un minuto mientras bebo todo el agua.
—Igual que siempre—digo dejando el vaso vacio en el piso—...no fue tan terrible como las otras, solo...fue el recuerdo de cuando desperté—digo—...perdón por despertarte. Debes estar odiandome—digo y ambas reimos un poco.
—Que va, solo le ganaste al despertador por una hora. —dice—...aprovecharé a darme una ducha. Trata de dormir un poco, tu turno empieza dentro de tres horas—me dice y asiento mientras le doy las gracias y vuelvo a acostarme.
A pesar de que intenté volver a dormir, se me hizo imposible. Solo permanecí acostada en mi cama mientras miraba el techo rebobinando una y otra vez mis pesadillas. Es asi como los recuerdos van llegando poco a poco nuevamente a mi cabeza, aunque casi siempre son algo borrosos y se me olvidan al despertar. Esta vez, fue algo que si recuerdo, pues fue el dia que desperte del coma. No entendia nada, estaba sola, asustada en un lugar desconocido, y rodeada de personas que no hacian mas que hacerme preguntas.
¿Quién? ¿Que me pasó? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿De dónde vengo? ¿Qué edad tengo? Y cosas así. Era preguntas tan simples, pero que en ese momento me agobiaba no saber las respuestas. Seis años desde ese día y aún hay parte de mi vida que no recuerdo. Para ser más exactos, solo recuerdo partes de mi vida hasta que cumplí diecisiete años. Desperté, creyendo que tenía diecisiete, pero al correr los meses y los años, recuerdos un poco más recientes llegaron a mi, como mi apellido, mi edad verdadera y ciertas personas que se han relevado en mis sueños. Aún se siguen revelando, pero lo peor de todo, es que no sé cuándo es un recuerdo y cuando es un sueño. El sueño que más se repite es el de una mujer rubia, de ojos verdes y hermosa, algo me dice que es mi madre, y su nombre es Alice. También recuerdo a una chica de cabello oscuro y en mis sueños ella siempre me abraza, pero aún no sé quién es. Algo dentro mío lo sabe, y me hace quererla, pero su nombre es un enigma.
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Editado: 10.07.2023