Darle Valor al Voto: una forma de acabar el populismo

¿Quienes son los electores?

            Hay un dicho popular: “Los países tienen los gobiernos que se merecen”. Y no se popularizó porque alguien se sienta satisfecho. Todo lo contrario.

            A pesar de lo claro que es el dicho, al otorgar culpas  los ciudadanos eligen culpar de los políticos, porque todos son iguales; a nuestra herencia cultural, a pesar de que los malos gobiernos no han tenido distinción de raza, sexo o color; a los designios de Dios, cualquiera sea su nombre, o al demonio, quienquiera que sea.     

            La verdad es que nunca se señala a los verdaderos responsables: los electores y el sistema electoral.

            Por eso, propongo cambiarlos.

            ¿Me siguen?

¿Quiénes son los electores?

            Hoy tenemos elecciones en Venezuela.

            Por un lado, Wylken del Jesús se está arreglando apurado. Amaneció con unos amigos, tomándose unos tragos en el malecón.  Festejaban por un bono de desempleo que el gobierno les pagó. Sin saber cómo, se gastó todo y no compró en el abasto lo que le había pedido Rusmeily, su mujer. Ahora tiene que correr hasta la plaza, donde están los autobuses del  partido de gobierno que lo llevarán al centro de votación. Ahí le prometieron una platica  por su voto. «Hoy sí voy a compra las cosas, vamos a comé completo y a tomarnos unos traguitos», se imagina él. Siempre ha sido muy optimista.

            Carlos está viendo a la montaña. «Huuyyy… Está bellísima… Wow, lo máximo», piensa mientras contrae sus músculos de la emoción. Hoy va a buscar a unos amigos para ir a surfear y, a lo mejor, se pasan por el centro de votación. A uno de su grupo se le metió la idea que hay que votar. Está saliendo con una chama que estudia ciencias políticas. Al regreso de la playa, verán. A esa hora no debe haber mucha gente. Supone que su pana tendrá un candidato y que será alguien en contra del gobierno.  «La cosa está grave», piensa, recitando a su círculo social.

            Julián ya está en la plaza esperando el autobús del gobierno, después de preparar el desayuno junto a su esposa y disfrutarlo con su familia. Él no va a votar por el dinero (que es una ayuda, debe reconocer). Lo hace porque, en el ministerio que él trabaja, el candidato de gobierno dio un discurso y aseguró que piensa publicar unos decretos para detener inmediatamente la inflación, la corrupción y aumentar los empleos. Además, se acercó y le dio la mano.

—Necesitamos alguien así: claro, de acción y con ideas sencillas —convence a sus vecinos del barrio.

            Edward está decidido a votar por primera vez. El es un influencer. Ya tiene patrocinadores y debe ser visto en un evento tan importante. Además, justo la noche anterior compartió con sus 9.000 seguidores una noticia, de última hora, que le llegó por facebook: el candidato Rojo es financiado por nacionalistas yugoslavos y checoslovacos. «La izquierda de Europa del Este nos quiere invadir», piensa. Él como que no tiene claro lo qué es el nacionalismo ni la ubicación geográfica que tenían Checoslovaquia y Yugoslavia. Además, debe ser daltónico: Rojo es del Partido Verde, que en Venezuela es demócrata cristiano. Pero está emocionado con esa “información que no ha sido manipulada por los intereses y filtros de los diarios y portales tradicionales de noticias” y quiere compartirlas con los votantes de su centro. Así, además, podrá conseguir nuevos seguidores.

            Desde muy temprano Alberto está haciendo la cola. No han abierto su centro.  La máquina de votación no funciona y no han autorizado el voto manual.  Acaba de llegar de un foro de economía, y está convencido de 4 cosas:

  1. Las condiciones que impulsaron los grandes desarrollos económicos del mundo son las mismas. Tanto en la revolución industrial, en la Alemania Nazi, en los EE.UU. de la segunda guerra mundial, en la Europa y Japón de post guerra, en el Chile de Pinochet, en la China post Mao o en los tigres asiáticos se replicaron momentos históricos o gobiernos que permitieron una gran inversión en el desarrollo del parque industrial, mano de obra barata o esclava, libertades arancelarias y silencio en las críticas de los medios de comunicación y los sindicatos, donde existían.

 

  1. La robótica puede darles una ventaja a los países del primer mundo, por el abaratamiento de los costos de producción y la existencia local de un mercado que demanda productos y servicios (Disminución de costos de distribución). Su problema podría ser el desempleo y los costos por la reeducación y la reinserción de la mano de obra humana desempleada. ¿Los gobiernos tendrían que aumentar los impuestos y, de nuevo, los costos? No lo sabe.

 

  1. Venezuela, por sus recursos naturales, puede ser un destino de inversión interesante, a pesar de la robótica en el primer mundo. Pero deberá cumplir las condiciones descritas en el punto 1. Y Puede hacerlo:

 

  1.  A través de un gobierno democrático y sin corrupción que logre convencer al País de pasar de 10 a 15 años restringidos, sin muchos beneficios sociales, para vivir el resto cómodamente. Ese gobierno también debe tener el capital político para recorrer esos años.
  2.  A través de un gobierno totalitario muy claro en los objetivos y con baja corrupción, que lo haga por la fuerza, como en la mayoría de los casos del punto 1.

 

  1. Cualquier nuevo gobierno no debe planearse en lo que éramos hace 20 años o en los 50 años que nos hemos atrasado. Debe proyectar pensando en lo que se convertirá el mundo dentro de 50. No hay que cambiar parámetros, inversiones o modelos: ya el gobierno actual acabó con todo. Podemos empezar de cero.



#13513 en Otros
#950 en No ficción

En el texto hay: politica, elecciones, populismo

Editado: 09.05.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.