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Gimo fuerte por el dolor agudo de mi cabeza. Muevo mi lengua, sintiendo el sabor de vino. Arrugo las facciones de mi rostro y abro los ojos, pero al hacerlo encuentro a un hombre dormido. Está tan tranquilo que genera calidez a mi corazón. O eso creo, hasta que retrocedo, cayéndome casi de la cama.
No es Drawn.
Echo un vistazo a la habitación donde estoy.
No es mi cuarto.
Trato de recordar lo que pasó anoche, haciendo que abriera los ojos y boca enormes. Intento ponerme de pie, pero el dolor de cadera, hace que caiga de nuevo en el sueño. Enseguida miro mi cuerpo, viendo lo desnuda que estoy.
—¿Qué hice? —pregunto en un susurro. Con dificultad y ayuda del colchón, me levanto de nuevo. Cubro enseguida mi cuerpo con una sábana—. Dios mío. ¿Por qué pasó esto?
Observo espantada al hombre que está acostado en la cama. Tiene cubierto una sábana la parte inferior, mostrando su pecho dotado de musculatura. El rostro es parecido al de Drawn. Toco mi frente y dudo haber tenido sexo con él.
¿Es por lo ebria?
De cierto modo, siempre trato de beber lo debido. Nunca pasé de eso.
Respiro y aprieto los dientes, mientras busco mi ropa que ha quedado botada por los suelos. Antes que se despierte, debo huir de aquí. Luego, me encargaré de conversar sobre este asunto. Sí, ambos somos adultos y solucionaremos el desliz que tuvimos.
Medio que termino de vestirme, salgo de ahí a hurtadillas directo al cuarto que pagué del hotel que nos encontramos. Saco la tarjeta de mi cartera y la paso, entrando enseguida. Permanezco de pie arrimada a la puerta cerrada. En mi mente, se viene toda la conversación que tuvimos. No dejo de estar en shock por mi equivocación. ¿Desde cuándo me he convertido en una mujer que tiene sexo de esta manera?
No. Esto es mi culpa. En mi cabeza solo se repite:
Tuve sexo con el vicepresidente de Group Klein.
Tuve sexo con el hermano mayor de mi exnovio.
Tuve sexo con un dragón.
Tuve sexo con Dawson Klein.