Al apretar su cuello
sentí liberación…
de odios y de guerras
de envidias y rencores,
sentí la liviandad
de estar sin la mochila,
al apretar su cuello
percibí mi energía…
la que yo muchas veces
apaciguaba lucida,
me sentí como nunca
¿feliz?, no se decirlo,
cerraré bien los ojos
tal vez tenga otro sueño.