ㅡ Bien, ¿a dónde había dicho el chico de la cafetería?
Con mi vista recorro a mi alrededor tratando de recordar lo que había escuchado en la cafetería. Había seguido todas las indicaciones que dijo ese chico. Estoy sola frente al mall lotte, vestida completamente diferente a cuando salí de casa. De casa había salido con ropa casi de niña de quince años siendo que yo, tengo diecisiete y en pocos meses tendré dieciocho. Mi mamá y mi papá aún piensan que soy aquella niña que usaba todo rosado, incluso la ropa de ahora que la había robado hace unos meses atrás a mi prima que tiene la misma edad que yo. Yo quiero ser adolescente y no una niña.
Suelto un suspiro frustrada y me siento en la parada del autobús debatiéndome si volver a casa y contarle a mamá mi frustrado plan de ir o simplemente ir a casa de Jin Sun para cumplir mi promesa y no sentirme mal de haberle mentido a mamá. Pero antes de que me rendiera a mi lado se acercan dos chicas con un chico que las acompañaba y en eso escucho que hablan de la famosa reunión de Kim TaeHyung.
— ¿Falta poco cierto? sabes que me duelen los pies con estos tacos.
—Sí EunJi, cruzando la calle y unas cinco casas está el hogar de Tae. — Responde el chico algo enojado.
—¡Ay oppa, no sea pesado! — Chilla la chica enojada empezando a caminar, ya que la luz dio al verde.
Cuando ya sus voces están un poco más lejos, levanto la mirada y veo las figuras de ellos. Caminando recto como habían dicho, ahora se me viene la mente lo que había dicho ese chico ¿y como lo verifico? pues me giro hacia atrás y ahí está el letrero que dice Mall Lotte en grande.
—Eres estúpida, Song.
Me levanto de la parada ya animada y espero unos largos segundos hasta que de la señal verde para cruzar la calle. Una vez que llego al frente empiezo a caminar por donde se habían ido ese grupo de amigos y en eso escucho a más personas llegar a la misma dirección que yo, dejándome más tranquila porque algunos los reconocí por ir a la misma preparatoria.
Reunión...me suena a pasarla bien, tomar té con galletas de chocolate, pan con cualquier cosa rellena, bebidas de coca cola, papá fritas. Reír y conversar de todo lo que pasa en la escuela. Eso me emociona mucho, de hecho. No sé porque siento que pasarán cosas realmente geniales.
El ruido de la música se hace presente en mis oídos sacándome completamente de onda, un poco ansiosa veo que ya he llegado a la casa de Kim. Asombrada observo a la gente bailando al ritmo de la música con cambio de luces dentro de la casa y me hace sentir un extraño pero emocionante sentimiento.
Al ir ingresando a la casa el olor a licor choca en mi nariz haciendo que la arrugue un poco al igual que el olor a cigarro. Lo primero que me aturdió fueron las luces y el poco aire que circulaba dentro de la casa de Kim, lo segundo que me aturdido fueron las parejas que se comían literal. O sea, ¿esto era una reunión o una fiesta? Y lo último que me confundió fue el minibar que había a un rincón de la casa.
Podre ser un poco tonta al pensar, pero con lo que había visto en las películas me dejaba más que claro que esto es una fiesta, lo cual pensé que nunca iba a vivir a los 17 años. Mirando a mi alrededor ahora con una sonrisa voy a vivir lo que nunca pensé que iba a pasar, una jodida fiesta.
—Esto va a hacer genial.
Una hora después....
Creo... solo creo que debí irme al primer momento que empecé a sentir fome esta fiesta. “Wollywod” arruina la realidad, ¿dónde está al chico guapo que salen en las películas y saca a bailar a las chicas?
Decepción total.
Sentada en la barra con mi mano hecha puño en mi cara y jugando con el vaso de agua que había pedido hace unos 40 minutos atrás ya tibia. Ugh.
¿A esto se le llamaba fiesta? todos están en su mundo, bailando y bebiendo líquidos amarillentos como si fueran agua, claramente tenía esperanza de que fuera genial, bailar y reír con desconocidos, pero mi emoción había acabado hace una hora atrás cuando un par de chicos me preguntaron si tenía drogas lo que me dejó descolocada. Creo que lo único emocionante fue ver una pelea de chicos que parecían simios en celo peleando por una chica
ㅡ Que aburrido, yo pensaba que iba hacer más entretenido, pero resultó ser lo mismo que en la escuela. Todos en su mundo. ㅡ Hago un mohín, viendo a la gente riendo y bailando con sus amigos.
ㅡ ¿Disculpa?
Creo que hable muy pronto. Dejo de mirar el vaso de agua y miro al que me tocó el hombro.
— ¿Sí? ㅡ respondo mirándolo confundida por su sorpresiva aparición.
El chico sonríe sentándose a mi lado y trago saliva al ver que deja dos vasos de plástico color blanco.
ㅡ Te he visto aburrida desde hace un buen rato ㅡ su mirada divagaba por algún lado de la casa ㅡ y te traje estas ricas bebidas que me dio el dueño de la casa. ㅡ se voltea hacia mí para tomar un vaso y ponerme lo al frente. Que, considerado, a lo menos no es alcohol.
ㅡ ¿En serio? ㅡ le pregunto sorprendida viendo el vaso y aquel chico se ríe un poco.
ㅡ Sí vamos prueba, yo tampoco lo he probado. ㅡ él toma su vaso y lo lleva a su boca y lo bebe con rapidez ㅡ ¡Esta rico!, sabe cómo a Fanta.
Con eso me dio señal de que fuera al menos dulce. Tomo el vaso y lo llevo hacia mis labios, antes de tomarlo miro aquel desconocido y este asiente feliz. Sin darle mucho preámbulo tiro del vaso hacia arriba y siento como el líquido de olor a chicle ingresa. Como había dicho el chico, sabía a Fanta de frambuesa, esta tan delicioso que me lo tomo como si fuera agua. Alejo el vaso de mi boca y miro al chico que tenía los ojos más chinados desde hace un rato.
ㅡ Esta rico, ¿En la barra tienen la bebida?
—¿Tanta sed tenías? — Alza una ceja, marcando una sonrisa.
Me enojo de hombros — el agua puede ser aburrida en ocasiones — rio un poco mirando el vaso vacío.