De cero a siete, cosmos

Capitulo 1 Despertar de un mal presagio

Como cada mañana antes de despertar; el sol aun no salía del lejano horizonte, cubierto de grandes montañas, se escuchan los pájaros cantando. Se observe en medio de las grandes montaña un pequeño pueblo, el cual solamente se conecta con una carretera que avanza hasta perderse por las montañas. Un pueblo de hace más de 420 años, anteriormente un pueblo minero, donde las producciones de broce eran abundantes en aquellas épocas, conforme el tiempo pasaba la extracción de recursos comenzó a escasear y cerrando por completo la minería, han pasado más de 200 años de aquello, afectando a que muchas personas dejaran el pueblo atrás, mientras que otras conservaron las esperanzas de que la prosperidad volvería.
En la actualidad la gran mayoría de los adultos tienen que salir del pueblo por trabajo, solamente volviendo unos pocos días al mes para estar con su familia, la renta es muy barata en ese pueblo, habiendo demasiadas casas vacías, por lo que está en una crisis económica dentro del pueblo.
La misma rutina durante 3205 días mirando mi habitación como las paredes comienzan a desgastarse por el paso de tiempo, en las noches más oscuras, como sus días más brillantes, aquellas paredes habían visto días mejores.
¿Qué es lo especial de vivir en un sitio como este?, ¿la tranquilidad de la población?, ¿estar en un lugar tan remoto?, ¿ser el pueblo más antiguo? De que me sirve, para mejorar, son trivialidades a fin de cuenta, ya que tarde o temprano todos tenemos que abandonar este barco. ¿En qué momento de nuestras vidas obtenemos conciencia?, En algún momento comenzamos a razonar, entendiendo nuestros alrededores, sientes miedo, ansias, felicidad, tristeza, anhelo, solo tenemos que ser felices viviendo cada día como si fuera el ultimo, en un momento dado comienzas a reflexionar, cuál es tu siguiente paso por lograr, de niño todo son risas y diversiones, los problemas eran sencillos de solucionar, solo viviendo el momento, el pasado era algo tan efímero en ese momento, algo que no se alejaba tanto de nosotros, pero ahora que miramos hacia atrás, es una ilusión efímera de lo que deseas en tu felicidad.
Hace algunos años en este pueblo dejo de haber funerales, siendo que la gran mayoría de las personas mayores son las que atienden los negocios de los alrededores, apareciendo un letrero de clausurado en la mañana y en la tarde nuevamente un puesto aparece en el mismo lugar con otra persona mayor, un nombre, una historia.
El hecho de que casi el 95% de la población pasaron a ser personas entre 14 y 18 años, en los últimos 30 años. La muerte en este lugar es algo tan trascendental que ya nadie le toma importancia, son jóvenes y solamente pensamos en nosotros mismos, que, en el prójimo. “Seguimos con el pensamiento de la opinión ajena a nosotros mismos, dejándonos a nosotros mismos sin tener un criterio propio”, la muerte se volvió tan desconocida como incierta, ¿Qué miramos cuando morimos?, ¿Un túnel completamente oscuro con una luz al final de ella? o ¿solo es un abismo completo de oscuridad?
Miramos el claro infinito trazando de un lienzo en blanco dando sus primeros trazos a las montañas que se agrupan en el horizonte, se aprecia el pueblo en medio del valle lleno de montañas, observando una casas, automóviles carreteras, postes de electricidad, todo comienza a ser más claro, iniciado el ciclo de la vida en el pueblo, em medio de este observamos un edificio de 2 plantas color blanco de aspecto moderno.
En la segunda planta a través de un ventanal los primeros rayos de sol atraviesan, una melodía suena por todo el cuarto, las paredes de color yeso, resaltan significativamente los rayos del sol, miramos diferentes poster de bandas colgados en las paredes, una cama en la esquina de la habitación, un escritorio al lado contrario de la cama, un pequeño closet de ropa junto al escritorio. Dentro de la cama esta alguien durmiendo y la melodía que se escucha es sin lugar a duda una alarma, las sábanas y colchas están esparcidas por el suelo mientras alguien descansa en pijama, se levanta de manera aflojerada y toma su celular del escritorio apagando así la melodía. Aquella persona que miramos es (IRAM) Pist Berndart estudiante de la escuela Meny´s Wisdom for all.
-Otro día más, de la rutina – murmuraba aflojerado y con sueño. Pist es una persona que se levanta a medio día.
Sale de su cuarto, avanzando por los pasillos de la casa entra al baño, para tomarse una ducha, escuchándose el sonido del agua caer, mirando como debajo de la puerta se cuela una ligera cortina de vapor, sale de la ducha a las 6:20, caminando nuevamente a su habitación mirándose en un espejo, ojos azules claro, piel clara, cuerpo delgado, cabello color anaranjado corto, es el aspecto de Pist, se cambia y se pone su uniforme de la escuela, una camisa blanca de polo con el logo de la institución a la izquierda, un pantalón de vestir color gris. Toma su mochila que estaba en la silla de su escritorio y sale de su habitación, el reloj marcando las 6:30, antes de llegar a la cocina Pist se para en el marco de la puerta contemplando momentáneamente el lugar, la cocina y la sala se encuentran donde mismo solo dividiéndolos por una mesa en forma de L. deja la mochila en el sofá y se sienta al lado de ella, para revisar su teléfono, marcando las 6:31, mira su celular lleno de notificaciones con un fondo del paisaje del pueblo tomado desde el punto más alto. En la mesa del comedor encuentra una nota y efectivo que sus padres dejaron, Pist toma la nota y comienza a leerla, sus padres salieron al trabajo y le dejaron el dinero para la escuela y los víveres del hogar, sale sin decir ninguna palabra, la relación de sus padres y Pist es muy distante ya que no recuerda que ellos estén mucho en casa, además de eso no recuerda la última vez que pasaron tiempo en familia.
Caminando por las calles observa aun la poca oscuridad de la mañana, Pist mira sus redes sociales en su teléfono, observa fotos de amigos suyos los cuales salieron de vacaciones, mientras que el solamente se quedó en casa, sus padres insistieron bastante en que los acompañara a unas vacaciones familiares, pero a última hora ellos decidieron cancelarlas por motivos de trabajo, aunque Pist, no estaba sorprendido por aquello, ya que cada año pasa exactamente lo mismo, sus padres eran vividos trabajadores, y siempre antepone el trabajo que a él, se dio cuenta de eso cuando entro en la preparatoria, había nota este patrón de comportamiento de ciertos adultos, el trabajo lo era todo incluido si tenían familia, esto pasaba exactamente en cada uno de los adultos. El solo se quedó en casa limpiándola y sobreviviendo los días, además de eso mataba el tiempo en un viejo taller que su abuelo le había dejado. En el pueblo solamente hay 7 personas que nunca han conocido los exteriores del pueblo, ya sea porque no desean conocer que hay más allá de las carreteras o simplemente no les interesa averiguarlo por el momento.
La escuela está a 20 minutos de la casa de Pist caminado, su celular mascaba las 6:40, el pueblo dormía pacíficamente, de sus mochila saca sus audífonos, los cual estaban enredados, las personas comenzaban a abrir sus negocios, mientras que otros permanecían cerrados. Un ambiente alegre comienza a inundar las calles, todas las personas se conocen entre sí, esto al ser un lugar pequeño, las mañanas son siempre rutinarias las personas compran lo que necesitan agradecen y se van, todos los días siempre de la misma manera incluyendo los fines de semana.
El camino comienza a aclararse el sol había pasado las montañas, Pist escucha música Rap Rock, en el cual marcan las 6:50, en el camino se topa con un local muy peculiar y llamativo el cual se llama “El dragón de las dos frutas”, entra en el negocio y encuentra a una persona de cabello color negro despeinado con una barba tupida y cejas pobladas, piel morrena y ojos color amarillo oscuro, esa persona es un amigo llamado Oscar Costa, un ex compañero de la preparatoria pero él se había graduado cuando el curso su primer año.
Este saluda a Pist casualmente, y este mismo le devuelve el saludo cordial, se acerca a él y ambos se aprieta la mano
- Amigo cuanto tiempo sin verte, acabas de comenzar las clases. Expresaba Oscar un poco confundido.
- Si, volvemos a la escuela, pero lo bueno. Es que es mi último año en esa prisión llamada escuela. Mencionaba mientras meneaba sus manos. – además de eso tu yo sabemos algo Oscar, que tendré que salir de este lugar acabando el año.
- Claro que si Pist, el destino de todos es salir del pueblo, pero mírame aquí todavía administrando un pequeño negocio. – alardeaba mientras señalaba todo su lugar – es extraño ser el único dueño de un local siendo tan joven no lo crees.
- A decir verdad, sí, es extraño, ¿Por qué? Oscar interrumpe antes de terminar de formular la pregunta – a decirte la verdad, este puesto simplemente es algo que mis tíos me regalaron, ellos dejaron la vida en este lugar hace mucho tiempo, por lo que nadie utilizaba este lugar por lo que solamente, pregunté si podía utilizarlo y ellos aceptaron, solo tuve que limpiar el lugar y firmar contratos con proveedores y así es como nació este lugar. Claro si hubiera sido tan sencillo.
Pist se quedó impactado, ya que normalmente nunca pregunta demasiado por las cosas que están.
- A que te refieres con eso. Oscar se rasca la barba para contestar – bueno fue complicado obtener las licencias de las cosas. Eso debido a la edad que tenía, pero aun así esto que quede entre nosotros, el propio pueblo no quería que abriera yo un local en este lugar, pero al final lo logre, no indaguemos mucho en el proceso si no en el resultado.
Era difícil de creer para Pist, porque no quería que un local abriese en un lugar tan estratégico, de las escuelas, las ventas para Oscar siempre habían sido buenas, y no era para quitar competencia ya que cada local se especializa en algún producto.
- Pero dejando eso de lado, no deberías ir yendo a la escuela. – Pist miro su celular momentáneamente para posteriormente guardarlo y despedirse de Oscar. Se observa alejarse desde la tienda, entre paso y paso el tiempo pasa más lentamente, a su alrededor se observa un color amarillento de las antiguas películas, para al final solo quedar un fondo negro con un puto negro al fondo.
Miramos un gran reloj esperando a dar las primeras campanadas del día, observamos un área residencial alejada del centro del pueblo, un edificio idéntico al anterior, observamos dentro de este en la habitación a alguien sentado, el reloj marcando las 5:59. Esta persona se levanta justo antes de que suene la alarma y sale de su habitación, miramos a otro joven de la misma edad de Pist, se llama Edward Montoya, estudiante.
En ese pueblo existe al no ser tan desarrollado solamente existe una sola primaria, secundaria y preparatoria, por lo que no es de extrañarse que conozcas a todo el mundo en ese lugar. Creces con los mismos amigos de la infancia por lo que es mejor llevarte bien con todos y evitar peleas.
Sale de su cuarto y se dirige a tomar una ducha el reloj de su cuarto marcaban las 6:05 de la mañana, se sigue el mismo patrón que antes tomando la ducha, sale del baño a las 6:15, miramos ya a Edward vistiendo su uniforme, se miraba en el espejo, pelo castaño, ojos color naranja claro. Se contempla unos momentos por en el espejo solamente para dar una sonrisa e irse, toma su mochila y sale de su cuarto.
Baja las escaleras y se dirige a la cocina, un reloj de pared con la forma de una tetera marca las 6:20 de la mañana, estaba completamente vacía, en el refrigerador encontró una nota de sus padres la cual mencionaba “Tuvimos que irnos por trabajo, ya sabes como son las cosas nos veremos en un mes, hay dinero suficiente para que puedes comprar cosas en la semana e incluso un poco más para que puedas comprarte algo que quieras”
Edwar toma la nota y la hace bola y la tira al cesto de basura, era normal para el que este tipo de situaciones era de lo más normal. Vivir con sus padres era más como tener compañeros de cuarto que sabias que dormían en las habitaciones de al lado, era como él se sentía había hecho un gran desapego por su familia. Lo miraba de manera extraña o como dueños del lugar, deseaba irse en cuanto tuviera la oportunidad, pero sabía que el momento llegaría pronto.
Sale de la casa sin más que decir, Edwar vive lejos de la escuela, por lo que tiene que tomar el autobús para poder llegar a la escuela, una parada de autobuses está a unos calles de su casa por lo que llega a ese lugar.
Llegando a la estación hay varios estudiantes esperando el camión muchos de ellos ya reconocen su rostros, mientras que otros eran nuevos para él, el nuevo ciclo escolar había comenzado por lo que se miraban jóvenes llenos de ilusiones y motivados, mientras que él se miraba ya un poco apagado, deseaba terminar sus estudios. Pero aún no tenía un plan a futuro de lo que debería hacer. En su mente pensaba. – Bueno ya es lo último, pero de aquí en delante, ¿Qué es lo que sigue para mí? – Contempla a las nubes que comenzaban a iluminarse, para mirar a una persona que el reconocía su mejor amigo el cual estaba apartado de todo el alboroto de los nuevos estudiantes.
Este estudiante estaba sentado mirando el cielo con audífonos puestos, se encontraba completamente en blanco. Este llega con él y le toca el hombro.
Este lo mira al instante preso del pánico, mira a Edwar por unos instantes y se relaja soltando un suspiro – solo eres tú Edwar. Mientras le sonreía. Ambos guardaban sus audífonos y comenzaban una charla trivial de lo que hicieron en vacaciones.
- Las cosas como han estado últimamente. Mencionaba Edward mirándolo a los ojos. – sabes que igual que siempre, pero estoy empezando a notar un patrón extraño en todo esto del pueblo, hay algo más que aún no nos han dicho, me gustaría averiguar que pasa exactamente, no recuerdas la noche de hace 2 semanas, que encontramos un destello azulado saliendo de las montañas.
- Si fue extraño, pero cuando llegamos ahí no había nada, solamente un extraño rastro de tierra quemada, ni rastros de vehículos ni de animales una zona completamente muerta.
Ambos se miraban en silencio sin decir ya ninguna palabra, en eso llega el camión y todos los estudiantes suben. Edward se sienta junto a ese estudiante – Entonces ya sabes que es lo que harás cuando termines la preparatoria. Mencionaba mirando por la ventana.
- No realmente, aun me siento joven y quiero vivir ciertas experiencias, por lo que probablemente puede que siga estudiante, pero aún no sé qué es lo que deseo estudiar. Probablemente algo que me deje mucho dinero. Decía esto mientras miraba su celular.
El autobús tardaba alrededor de 20 minutos en llegar a la escuela, en la cual ninguno de los dos pronuncio ninguna otra palabra. Llegando a la más cercana que puede dejar el autobús se observa el local de Oscar, en eso Edwar menciona – Mira parece que Oscar habla con Pist. A lo que este contesta – Si debiésemos dejarlos en paz, en marcha o llegaremos tarde a la escuela.
Caminando ambos sostienen una conversación – Extrañabas este lugar, digo, las levantadas temprano el tomar un autobús todas las mañanas de lunes a viernes. – No con exactitud, solamente hay una cosa que me gusta de esto y es la propia compañía de mis amigos y conocidos que brinda la escuela.
Ambos se alejan en el largo camino recto para llegar a la institución, sus siluetas comienzan a hacerse más pequeñas conforme ellos avanzan mostrando al final la fotografía opaca de la escuela, oscurecida, como si hubiera sido tomada de noche con la leyenda en ella 4:25, en la parte trasera con las palabras escritas en cursivas “siguiente” para que al final desapareciera.
Miramos en una de las puntas de un cerro una casa con un techo peculiar de color rojizo, en el distrito de la zona muchas de las casas tienen el mismo diseño del propio techo por lo que se le conoce como el barrio rojizo, un despertador marcan las 6 de la mañana, donde se escucha música de rock, en la cama miramos a alguien salir de ella para apagarla y volverse a dormir, aquel estudiante es Bruno Foster, un gran fanático de la música mexicana, y del rock hispano, un chico de complexión delgada, un poco más alto que el promedio, cabello largo color castaño claro y ojos color cafés oscuro. La alarma comenzar a sonar nuevamente está marcando las 6:30 de la mañana, Bruno molesto se levanta y la apaga nuevamente. Mira fijamente la alarma por unos instantes, para posteriormente soltar un gran grito. Con rapidez comenzar a vestirse con el uniforme de la escuela, el reloj marcaba las 6:35 para cuando termino de vestirse, sale corriendo de su habitación y baja a la cocina. El reloj marcando ya las 6:40, sale de su casa disparado corriendo a la escuela.
En su mente recordaba una conversación que tuvo con su padre hace mucho tiempo. De aquellas veces que su padre estaba de vacaciones y aun recordaba ese tiempo entre padre e hijo.
- Durmiendo en tu primer día de clases Bruno, acabas de comenzar la preparatoria y aun así llegas tarde el primer día. Por dios que haremos contigo. Mencionaba su padre de forma sarcástica - Aquellos días habían quedado en un pasado tan lejano que no recordaba el rostro de sus padres. – Bueno Bruno, quieres que te dé un aventón a la escuela.
Bruno asentía hacia su padre, este comía la comida que su madre preparaba, mientras sus padres hablaban vívidamente. Una situación que era poco común de verse en aquel lugar ver a ambos padres descansando con sus hijos era algo que no pasaba normalmente e incluso se creía inexistente, ya que normalmente todos los adultos tenían largas jornadas laborales, como también salir del pueblo a algún lugar a miles de kilómetros para poder traer algo de dinero a la casa.
Bruno miraba por el carro a todos los compañeros que iban pasando, era su primer día de escuela, nuevas caras y aventuras por descubrir, por lo que se emocionaba conforme iba llegando el momento de llegar a la escuela. En el coche se escuchaba música de banda que era el gusto preferido del padre.
- Sabes Bruno siempre hay cosas que como padre jamás te pude haber dicho en su tiempo. Entiendo que el tiempo que no pasamos como familia puede afectarte, sé que un chico de tu edad necesita atención, tu madre y yo entendemos eso, pero créeme, hijo, que cuando no estamos en casa, te extrañamos constantemente en el trabajo, tu tal vez creas que no nos importa porque te dejamos solo en casa por mucho tiempo. – el padre mira a Bruno el cual estaba absorto de la conversación, por lo que él solamente da una ligera sonrisa. Y continua sin decir más en el viaje
Aquella conversación con su padre fue la última que tuvo en años, ya que, desde ese momento, jamás pudo volver a tener una conversación con su padre ya que el trabajo lo consumido. Desde ese momento solamente pudo mirar a sus padres una o dos veces por año ya que ellos evitaban pasar tiempo en el pueblo y se iban de viajes durante mucho tiempo, las ideas de Bruno sobre irse de aquel lugar eran más grandes, que tenia de especial los lugares ajenos a aquel pueblo.
En la actualidad Bruno recordaba aquellas palabras con cierto resentimiento y amargura. Al ser lo último que escucho, esperaba que su padre lo regañara por no prestar atención o levantarle la vos ya que era algo demasiado importante.
Nuevamente miramos el recuerdo de Bruno con su parte, en el cual había llegado ya al instituto, en este solo miramos a su padre y Bruno despidiéndose. En el momento que Bruno cerró la puerta por una fracción de segundos observo como su padre perdía aquella sonrisa y se volvía completamente neutro, algo muy automatizado. Sin mirar atrás dejo solo a su hijo, en aquel momento él no sabía que era lo que significaba eso, hoy entendía perfectamente que fue lo que hizo su padre, lo había preparado para irse y no mirar atrás.
En el camino se topa con Pist, quien caminaba solo alrededor del miraba a muchos estudiantes nuevos, este se acerca a pasas alargados a él, cuando estuvo cerca de Pist, Bruno le toca el hombro.
- Buenas Pist, que coincidencia encontrarnos por el camino. ¿Todo bien? – Mencionaba con un tono alegre. Pisto miro a Bruno por unos segundos para contestarle – Bruno, cuanto tiempo sin verte como te encuentras muchacho.
Continuaron caminado charlando tranquilamente de lo que hicieron en sus vacaciones, manchas negras se miran quedando un carboncillo quemado quedando solo el sonido de algo quemándose y dejando una oscuridad inmensa.
Miramos un edificio de 3 plantas desgastado por loa años se miran grietas y rastros de no por algunas de las paredes grises, se observa el apartamento número 11 de la primera planta, una zona donde hay departamentos en mejores condiciones que este, donde día y noche se escucha el sonido de autos y maquinaria ya que está en la calle principal como además de ser uno de los edificios con paredes muy delgadas. Suena una alarma a las 6:05 de la mañana, se escucha música de country de los años 80s, se observa un cuarto completamente oscuro donde solo resalta el brillo de la pantalla del celular, ropa tirada por el piso.
Alguien toma el celular para apagar la alarma, se mira la silueta delgada de alguien sentado en la cama. Este se queda contemplando unos minutos el tapete de su cuarto, para después golpearse las ambas piernas y levantarse, se cambia de uniforme y sale a su cocina. Se mira a un chico de complexión delgada, alto, pelo achinado color amarillo con ojos color rojo escarlata, esta persona está en la cocina mira una foto de su abuelo el cual está sosteniendo un enorme bagre, este sonríe ligeramente. Pone un poco de pan en la tostadora, esperando revisa sus notificaciones del celular, muchos de sus compañeros pasando el día arreglando cosas, visitando otros lugares o teniendo un romances de preparatoria, en cambio el solo se quedó en el pueblo arreglando motocicletas, el pan sale disparado y listo para comer, come tranquilamente aquellos panes contemplando su celular mandando mensajes contestando correos, este estudiante es Issak lujan.
Deja el celular en por unos momentos para pensar un poco, en su casa estaba solo, sus padres trabajaban altas horas todos los días, no le importaba realmente mucho sus padres, ya que solo los miraba como compañeros de casa, ya que la persona que se encargó de crear de él fue su abuelo quien vivió con el hasta el año pasado cuando se tuvo que ir a explorar el mundo, hasta ese momento pasar tiempo en casa era soportable. Pero una vez que su abuelo se fue, el dejo de interactuar con sus padres y de la misma manera sus padres adoptaron el mismo comportamiento que Isaak.
El dilema de Issak era que es lo que iba hacer después de terminar la preparatoria, él no tenía claro. No sabía si estudiar o trabajar y alejarse lo más que pudiese de ese lugar. Fuera aún se miraba el cielo oscuro con nubes que apenas se distingan. Sale de su casa a las 6:20 de la mañana camino a la central de autobuses. Esta estaba debajo de su casa, miraba los edificios cercanos todos ellos con las luces prendidas de un color amarillento, llegando este mira el cielo nuevamente, es donde la historia de Edward comienza.
El viento se lleva la escena de Edward y Isaak, dejándonos en una completa oscuridad, lo que el viento se lleva no podría encontrarse en el mismo sitio.
Una casa en la punta de una colina, se miran pocas de ellas en los alrededores, una casa color verde claro de una sola planta, suena un despertador marcando las 6:20 de la mañana, acompañada de una brisa suave que se cuela por la ventana de la habitación en esta se observa una gran cama matrimonial que ocupa casi todo el cuarto, un pequeño closet y un escritorio, en la cual encima de ese esta una gran pantalla plana. Alguien sale de la cama miramos a un chico un poco más baja que el promedio, ojos marrones, pelo largo color negro y delgado. Ese estudiante es Del Vargas, Tira las cobijas al suelo y se levanta aflojeradamente mientras bosteza, este se para por un momento y observa su habitación, aquel lugar cálido que le daba su cuarto, este suspiro y se cambia el uniforme y sale de su casa, aun siendo las 6:30, sin desayunar, ni bañarse, solamente se puso sus audífonos y continuo su viaje a la escuela, observamos a Del caminando al paso de la música, un rap hip hop que hipnotiza por sus melodías repetitivas, marcando las 6:55 Del llega al local de Oscar,
Este levanta un poco la mano para saludar a Oscar, quien hace exactamente lo mismo para devolver el gesto – Oscar tiempo sin pasar por el local, como te ido todo – decía Del con ánimo.
- Las cosas van viento a popa por estos lares, marinero, quieres la mercancía que arribo en el puerto hace unos días camarada Del. – Oscar sale por la puerta de atrás y trae consigo un caja mediano de madera. La abre con una palanca dentro de ella se observa un puñado de dulces, que son cigarrillos de dulce. Le lanza un par a Del.
- Gracias Oscar, te los pagare después, me conoces demasiado bien, y me encanta que siempre el primer cargamento que te llega me hablas directamente a mi para llevarme un par para la semana, pero es extraño que vendas unos dulces que están prohibidos en el pueblo. – Decía del mientras sacaba unos de aquellos cigarros y se lo empezaba a comer.
Oscar ponía la caja debajo del mostrador y limpiaba el mismo. – Bueno es cierto que es ilegal, para los adultos por el alto contenido de cafeína y azucares, pero no estipula en ningún documento ley que yo pueda vender eso a menores, además de eso no a todos les vendo ese producto, como también tener ciertas restricciones de la cantidad de dulces que les vendo a los estudiantes, suena mal lo sé, pero hermano ustedes son los enfermos que no se cansan de ello yo solo los consigo por que me los piden. Por cierto, hablando de eso, puedes entregarle los su parte a ya sabes quienes. – Del tomo unos cuantos dulces mas que estaban en sobres amarillos, y este se despide de Oscar.
- Del, por cierto – menciono Oscar antes de que Del saliera por la puerta. – Recuerda lo que hablamos hace un mes, no quiero que tú y los chicos vayan a olvidar lo que les mencione.
Del asiente y sale del local, algo raro se tenían entre manos. Caminaba tranquilamente observando aquellos sobres, mientras los guardaba en su mochila, sus movimientos se hacían lentos entre los pasos que daba haciéndose un simple boceto de un personaje apenas dando forma final, para solo al final mirar “Paso” hasta oscurecerse por completo.
Una casa blanca de 2 pisos se observa en el pueblo, un patio delantero donde se observa camino de piedras, muros de ladrillos que delimitan los limites de la casa con la calles, las casas alrededor son mucho más grandes y más modernas, todas conservando el color blanco entre ellas, suena una alarma marcando las 6 de la mañana escuchándose rock español, la música se escucha por toda la habitación, se mira una cama arrinconada en 2 paredes un ropero y un escritorio al lado de cama, alguien se levanta de la cama para apagar aquella música, caminando tranquilamente con sus pasos hacia el ropero, y tomo el uniforme, miramos a un cuerpo de complexión robusta, ojos color verde y pelo negro, aquella persona es David Villegas. Camina hacia el baño con el celular en mano, se baña y sale de la habitación marcando las 6:20 de la mañana, sale con su uniforme recién puesto y con aire de frescura. En la cocina no encuentra mas que un lugar inhóspito con lo necesario para vivir, toma algunos panes de la lacena y algo de leche del refrigerador. Tuesta el pan en la tostadora y toma un vaso de leche junto con el pan tostado, el reloj marcaba ya las 6:40 de la mañana por lo que sale de su casa, miraba el celular, su fondo de pantalla se miraban a 7 chicos posando en una foto grupal, desbloquea el celular, y mira su correo, mira las nuevas políticas que la escuela a metido en ellas se observan mas de 200 nuevas reglas implementadas al código escolar, David solo suspira frustrado y continua su camino.
El cielo nocturno era algo bello de ver para David, En aquella no se miraba a ningún estudiante el propio David la llamaba como la zona muerta ya que muchas de las casas que había en ese lugar parecían deshabitadas, pero aún conservan mucho la estética por fuera, pero nunca se miraban luces dentro de ellas. David no le tomaba mucha importancia, y seguía su camino pasado unos minutos caminado miraba finalmente los signos de vida más estudiantes. Llegando al instituto se topo con Bruno. Al mirarlo como conversaba con más compañeros David decidió esperar un poco para que el terminara de hablar.
Bruno se despide de aquellos estudiantes y llega con David – Hola David cuanto tiempo, como es la vida en aquel lugar de mala muerte – menciona a Bruno – Bueno Bruno la verdad es que todo sigue igual que siempre no es de extrañarse.
Ambos continuaban su conversación tan trivial hasta que se acercara la hora de que comenzara el evento de inicio de cursos. -Entonces entendiste lo que nos quiso decir Oscar aquel día de hace unas semanas, a mi no me quedo del todo claro aun no entiendo que es lo que sucede con exactitud.
- A decir verdad, no me queda del todo claro aquellas palabras que nos dijo “El fin de la juventud conlleva la pérdida del libre albedrio”. Puedo intuir que tal vez signifique que el tiempo es efímero y que estamos en la flor de la juventud, pero por que desperdiciar esas palabras en personas jóvenes, no es como que nos llevemos una diferencia abismal de edad.
- Tal vez Edwar o Pist sepan algo al respecto, ya que no todos comprendemos muy bien el significado de las palabras.
- Ya sabes que Pist es mas de acciones que de hechos no me sorprendería que lo que se menciono aquella noche pueda llegar a olvidarla. En cambio, con Edward puede ser diferente, tal vez no mencione mucho al respecto de eso, pero siempre les da muchas vueltas a las cosas. Puede que Isaak sea el mas afectado sobre la situación.
- Si tienes razón, es alguien que creció con personas afectuosas yal vez se lo tomo un poco mal ese comentario, o no lo sé, qué opinas tu.
- Y tu Bruno, que es lo que opinas de la situación.
- No estoy del todo seguro, en parte lo que dice tiene sentido, algo no va bien, desde aquella vez todo se volvió más caótico, siento… bueno no sé qué decir.
La discusión entre ambos era de susurros, aunque no era necesario ya que entre todo el alboroto de todos los estudiantes la conversaciones entre Bruno y David era inaudible w incluso pasaba desapercibido, en un momento determinado Del apareció en escena. – Bruno, David, tengo algo para ustedes – Del entrego los sobres que Oscar había preparado – ¿Saben dónde están Edward y Isaak? – pregunto mientras miraba a la multitud de estudiantes.
- La verdad es que no los encontré cuando llegamos David y yo estábamos discutiendo lo de aquel día. – Del se quedó en completo silencio e impactado por unos segundos este contesto – No deberíamos hablar ese tipo de cosas en un lugar como este.
- ¿Por qué?
- No es correcto del todo y si alguien te escucha.
- Tu crees que alguno de los estudiantes de aquí se fijara en una conversación de 3 extraños que no conoce.
- Tal vez tengas razón, pero, asegúrate de no comentar nada en público. – decía Del mientras señalaba a Bruno con el índice.
La conversación entre ambos se había acabado y entre los 3 comenzaron a buscar a Edward e Issac, quienes estaban sentados en una banca alejados de el bullicio de gente que se aglomeraba en la cancha. ambos estaban enfocados en sus celulares mostrándose de vez en cuando el celular al otro para reír un rato.
El trio aparece en escena, es Edward quien al mirarlos golpea en el hombro a Isaak quien mira a Edwar, en ese momento ambos guardan sus celulares y se ponen de pie, se saludan entre todos con un apretón de manos y una palmada en la espalda.
- Oscar quiere que les de esto. – entrega el sobre a cada uno de ellos-
- Otra vez con esto, no creen que sea extraño. Todo esto me refiero, que de un momento para otro actuara de manera errática e impredecible. ¿Qué broma de mal gusto es todo esto? -mencionaba Isaak preocupado mientras sostiene el sobre con fuerza.
- Lo sabemos Isaak, es raro a mas no poder, que de un momento a otro… bueno ya sabes. – mencionaba Edward preocupado por las palabras que menciona.
- En este punto ya no hay vuelta atrás, ya sabemos demasiado y nosotros 5 corremos peligro, no podemos dejar que esto se sepa. – mencionaba David, mientras tocaba el hombro de Isaak.
- Fue nuestra culpa, el querer saber que pasaba, el querer entender las cosas, la curiosidad mato al gato. – menciana bruno
Detrás de ellos se escucho una voz familiar – Bueno tienen razón fue nuestra culpa involucrarnos mas de lo que deberíamos, pero también fue Oscar quien confió en nosotros, al revelarnos aquella información. – Todos miraron atrás donde provenía la voz era Pist quien miraba en todas direcciones, no quería que nadie mas se enterara de aquella información. Pist saludo a todos los presente, ellos discutían sobre que hacer con lo que sabían, quieran contárselo a alguien mas el peso de la culpa los consumía, pero no podían hacer nada. Era un peso demasiado grande para aquellos adolescentes, en sus rostros se reflejaba un miedo e impotencia que jamás habían sentido, pero no podían actuar de tal manera, no podían reflejar a otros amigos preocupación.
En ese momento sonó el timbre el evento había comenzado todos se levantaron y fueron a sus lugares correspondientes. La cancha estaba repleta de estudiantes, alrededor de 400 estudiantes se encontraban formados en filas largas mirando al frente de un gran podio, donde se miraba a 2 personas encima de él, vestían ambos trajes, un señor de alrededor de 40 años con un gran bigote bien afeitado, y el otro rondaba los 60 años su pelo blanco y barba completa lo hacia destacar, miraban con firmeza a los alumnos.
- Iniciaremos el evento como todos los años, les doy la bienvenida al instituto, muchos de ustedes no me conocen me presento soy Gandara Rosales, soy el subdirector de la institución pueden encontrarme en la segunda planta del edificio administrativo. A mi lado se encuentra el director Omar Velázquez. Muchos de ustedes son nuevos y por eso me complace felicitarlos por ingresar a nuestra institución donde es un centro de conocimiento y saber, esfuércense en superarse y crecer día con día y para aquellos que están por terminar, no aflojen el paso recuerden que aun necesitan terminar este último año.
El subdirector seguía hablando, en estas mencionaba como habían organizado nuevos cambios en la institución y como deben los estudiantes de sacar las ordenes, pero que los cambios estarían vigentes dentro de algunas semanas. Este le serie el micrófono al director.
- Gracias subdirector, seré breve, les deseo a todos ustedes un feliz inicio de ciclo escolar y que hagan todo lo que desean hacer, no descuiden los estudios chicos y no se metan en problemas.
En aquellas últimas palabras sentía una mirada afilada del director, habían sentido esta mirara muchas veces que pensaban que ya no le afectaba, pero esta vez fue diferente, una sensación que erizaba la piel, el director miraba a todos los estudiantes, pero la mirada siempre se clavaba en aquellos estudiantes, la piel se helaba y no podían hacer mas que mirarlo fijamente, miraban un mar infinito desatado por una tormenta imparable una gran barrera de años de experiencia, era imposible para aquellos chicos que algo terminara bien para ellos.
Antes de que el director terminara menciono algo que sorprendió – Recuerden una cosa jóvenes promesas, nosotros lo sabemos todo, por lo que eviten la pena de pasar a sus aulas y reporten a todos aquellos que rompan las reglas. – En ese momento miro directamente a David, en su mente no dejaba de preocuparse. Sudaba frio por el pánico. Se quedo paralizado por unos instantes, había perdido la noción del tiempo en aquel momento hasta que alguien había tocado su hombro, era Pist, quien estaba detrás de él, había tranquilizado a David.
La reunión había terminado y los estudiantes habían despejado el área, todos ellos se habían dirigido al corredor donde buscarían sus nombres y apellidos para ver en que aula habían quedado.
Para la suerte de aquellos chicos todos habían quedado en el mismo grupo en el 3-D, habían tenido un golpe de suerte enorme, en ese momento su destino fue sellado donde todos se unieron su último ciclo está por comenzar




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