De cero a siete, cosmos

Capitulo 5 Sueños I

Habían pasado 2 semanas desde aquel incidente con Bruno, los chicos seguían la rutina de siempre ir a la escuela, regresar a casa, comer algo y continuar con su entrenamiento, habían terminado de mapear aquellas zonas, se habían encomendado a indagar más sobre libros ocultos en la escuela en las últimas semanas, el consejo estudiantil como los maestros no sospecharon de sus actividades a lo largo de los días, la relaciones de Pist con Leika fue avanzando gradualmente a el punto de salir y entrar juntos a la escuela, aunque no hablan mucho entre clases o en el propio descanso, hablan bastante de camino a casa o por las mañanas.

Pasaba exactamente lo mismo con Isaak, Den había quedado las últimas semanas en casa de él, comiendo, cenando y almorzando juntos, era raro que ella saliera a su casa. Bruno y Oscar continuaban la investigación de Algorito, llegaron a la conclusión de que las runas habían pedido su poder hace más de 100 años y que los exploradores fueron quienes las habían explotado hasta acabar con él, como también encontraron más información sobre los bucles temporales, entendían mejor como funcionaban aquellos lugares.

David y Del, las últimas semanas se habían indagado más sobre las ubicaciones de las familias, localizando otros locales de aquellas familias, en aquellas casas había suficiente protección como para que un par de adolescentes pudiera entrar, pero desde la distancia encontraron que las casa poseían fragmentos de piedra de Algorito, se desconoce para que las familias utilizan aquellas piedras.

La información que había recibido Oscar aquella noche había sido avistamientos de los lunáticos, se aposaban en una de las iglesias a lo alto del cerro, cerca de la mina que había cerrado hace tiempo, también se comprendía que aquellos tenían un nombre que no atacaban al azar si no calculados y metódicos atacaban a jóvenes estudiantes y aquello que inyectaban aún se desconocía, también algunos lunáticos buscaban a las familias en busca de apoyo en algún ritual extraño, se estimaba que fuese para tener más piedras de Algorito, se denominó que su organización tenía un nombre Orglarios, creyentes de un dios antiguo de alguna religión desconocida.

Jueves por la noche Pist estaba recostado en su cama, las cosas habían sido monótonas esa mañana, como las semanas anteriores, se sentía satisfecho y realizado, cerraba los ojos esperando un nuevo amanecer.

Pist despertaba sentado en un gran árbol, mirando había arriba no miraba las hojas de aquel árbol, se levantaba y se sorprendía, miraba alrededor suyo, encontrándose en medio de un bosque que apenas le era posible mirar a excepción de un camino iluminado por tenues luces de antorcha, sin más remedio comenzó a seguirlas, el camino no pareciera tener fin, ya que conforme avanzaba no podía distinguir el fin de aquellas antorchas, escuchando los sonidos del claro del bosque, las hojas, el agua, los animales, pero no miraba nada de aquello, apreciaba los árboles que no tenían hojas algunas, los sonidos de los animales era una ilusión puesto que solo miraba en ocasiones algunos huesos que no reconoce del todo, pasando por un pequeño puente para saltar un riachuelo distancia que este no llevaba agua alguna, llevaba tiempo mucho tiempo seco.

En un momento del camino uno de sus paso se sentía como si pisara agua, pero debajo del solo se encontraba esa tierra árida muerta, conforme avanzaba sentía como el agua imaginaria subía llegando a la cintura, sentía un frio inexplicable, sus movimientos comenzaban a hacerse pesados por el peso imaginario del agua. Llegando un punto el agua le llegaba al cuello, agitaba ambos brazos para intentar nadar, pero le era en vano, la corriente imaginaria comenzaba a arrastrarlo más profundamente sintiéndose asfixiado, el aire se le escapaba, aunque miraba el claro de aquel bosque seco y muerto, el sentía atrapado y asfixiado por un agua inexistente, estaba a punto de perder la conciencia cunando sintió que alguien lo sacaba de aquel lugar.

Pist abría nuevamente los ojos y comenzando a tocar agresivamente, cuando finalmente recupero la cordura, miraba que estaba en un barco de madera, miraba frente a él una silueta cubierta de veloz negros, que remaba, miro nuevamente no pudo ver aquella agua, si no aquellas antorchas, la silueta seguía las antorchas. Se sentía confundido y atrapado, no entendía realmente por qué lo habían sacado de ese lugar, fue cuando se dio cuenta de que no recordaba ningún lugar como, ni había visto en fotografías se sentía de una manera tan vivida e irreal que le pone la piel de gallina, el velo dejo de remar y miraba a Pist, tomando el farol con el que se guiaba el camino e encandilo a Pist, le había acercado el farol directo al rostro, le retiraba el farol y lo colocaba en su lugar volviendo a remar. Pasaron minutos si no horas sin decir ninguna palabra el viaje era largo, Pist miraba como remaban sobre la nada y flotaban de la misma manera, tocaba debajo de la barca y sentía la humedad y el frio del agua.

Delante del bote finalmente se apreciaba un gran destello de luces de fuego, un muelle, el barquero se acercó para embarcar. Ambos salían del barco Pist seguía a aquel velo, sin comprender mucho la situación, hasta que habían llegado a un gran portón en la velo se posó sobre ella impidiéndole el paso a Pist, este paro en seco mirando el velo.

Aquella silueta se quitaba el velo revelando una persona mayor encorvada, portaba unos lentes pañosos redondos, un sombrero negro redondo, un saco a juego, sacaba de su abrigo un libro grueso de color rojo despatillado y desgastado. Comenzaba a afinar la voz.

- Pist Bernard, edad 17 años. Condenado por, serás enviado al, de este lugar.

Una gran puerta aparecía de las fauces de la tierra, de madera negra arqueada dentro de ella mostraba un destello impresionante que no dejaba mirar dentro de sí, Pist fue succionado por aquella puerta, quedando nuevamente inconsciente, se levantaba en medio mirando un lago oscuro por la tenue noche detrás de el un bosque gigantesco de coníferas sentía algo de frio, el viento se escuchaba aullar agitando violentamente los árboles, nuevamente antorchas se prenden guiándolo a su nuevo destino.




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