De cero a siete, cosmos

Capitulo 14 Las tristes travesías de los recuerdos

En el silencio de la sala de casa de Rosio, se miraban entre todas las chicas, se miraba la tensión en el aire, se evitaban las miradas directas a aquellas chicas de la otra realidad, simplemente intercambiando en contadas ocasiones con Paradise, quien se miraba impasible, sin mover ni un musculo esperando que el espectáculo que daban aquellas chicas terminara por fin.

Fue Helena quien rompió el silencio resoplando violentamente y soltando con voz alta y firme.

- Y bien… nos van a decir que pasa aquí exactamente. Por qué estamos con este lunático amarradas en un lugar que ni siquiera es nuestro hogar.

- Como te lo hemos dicho es difícil de explicar. – Decía Rosio.

- Que es lo que es difícil de explicar, que viven cómodamente en este mundo sabiendo que sus compañeros en armas y enemigos se matan ahí afuera, ¿Cuántos años más creen que van a pasar con aquel conflicto 5, 7 10 años?

- No lo sabemos, pero como dijimos eso dejo de ser problema nuestro hace mucho tiempo, nosotras hemos muerto en aquel mundo por que debería sernos de importancia.

- Tus amigos camaradas están ahí, tu país que te vio nacer está en aquel mundo esperando a que el combate termine y simplemente ambas se rinden, enemigas o no, su patriotismo debería estar por encima de todo nosotros.

- Pensábamos de la misma manera, pero al mirar un mundo donde la guerra jamás ocurrió…

- No me digas que un mundo en paz ablando el corazón de aquellas personas que no dudaban en asesinar. Solo mírense, tienen casi la mitad de la edad que tenían en aquel mundo. ¿Qué es exactamente lo que tiene de grandioso este mundo sin batalla continuas?, ¿Qué más se conoce aparte de la guerra que no sea el conflicto eterno?

- Aquellos pensamientos…

- Déjate de estupideces Rebbeca realmente crees que te vamos a creer en este punto, eres solamente una traidora a la patria, como Rosio, aliados o no deberíamos incursionar para asestar un golpe certero a este lugar y reclamo para el zona central.

De proto se paraba Paradise e interrumpía a la discusión de las chicas.

- Me temo que aquello que propones es imposible, nadie exceptuando a mí y pocas personas sabemos viajar entre los bucles de tiempo, así que… - Con una voz mucho más baja, comenzaba a acercarse a las chicas. – me temo que este lugar no podrá ser invadido por su mundo, necesito resolver algunos asuntos aquí y no quiero que más factores externos se sigan metiendo en mis investigaciones. – se alejaba de ellas y continúa hablando con normalidad. – Así que espero entiendan la situación tan comprometedora en la que nos encontramos.

Nuevamente se sentaba y dejaba a las chicas con una sensación de escalofríos recorriéndoles el cuerpo, después de unos segundos nuevamente continuaban hablando esta vez era Leika quien hablaba.

- Si realmente murieron por que jamás encontramos sus cuerpos entre los escombros o las cercanías.

- Crees que nosotros sabemos eso, todo lo que sabemos es que de un momento para otro simplemente aparecimos aquí, después de contemplar nuestros momentos pasar por nuestros ojos. Tu… tú crees que fue algo lindo ver mi vida pasar por mis ojos y darme cuenta, que en mi vida no hice nada más que obedecer a políticos y militares todo para que.

- Para servir al bien mayor, para acabar con la guerra, para el dominio de las zonas. Por una causa justa.

- Todo eso son tonterías Leika ¡La guerra era solo una distracción! – Replicaba Rosio.

- Tu no hables no estoy hablando contigo.

- Rosio tiene razón Leika, pero de nada nos sirve explicar cómo comenzó la guerra y solo somos engranajes de ella y nuestro tiempo de uso termino en el momento que interceptamos llamadas del gobierno.

- El servicio al gobierno era todo lo que teníamos no lo entiendes Rosio, que queda de nosotros si no seguimos ordenes, somos simples cascarones vacíos, que es lo que nos espera si no tenemos algo en lo que creer, un enemigo al cual combatir, algo a lo que debamos de odiar, eres igual a los rezagados costeros, no te involucras y por esa razón eres la escoria de esta nación.

- Tu nación no existe en este lugar.

- No por ahora… en un tal vez. Quisa todo esto sea la nueva zona esperanza o quisa algo mejor, mejores recursos, mejores armas, mejores personas, obedientes, disciplinadas, respetuosas al gran gobierno.

- Tienes tan idealizado el gobierno que no comprendes el daño que aquello nos hace, el control absoluto les lavo el cerebro, y en este momento no puedes discutir con alguien que ni siquiera conoce que es pensar por uno mismo.

- Yo pienso siempre primero en el gran gobierno y después siguen los gobernantes supremos, ellos merecen lo mejor.

- Solo cállate Leika tan siquiera escuchas lo que dices, no eres capaz de priorizarte por una vez. Como aquella vez, que piensas en este punto del amor. ¿Qué le sucedió al Pist de tu mundo?

Ella se quedaba en completo silencio por unos segundo mirando en todas direcciones intentando pensar una respuesta ingeniosa para darle.

- No sé de qué me hablas Rosio.

- Claro que lo sabes, porque tardaste mucho en darme una respuesta, y tú sabes muy bien el por qué lo haces.

- No, claro que no.

- Te enamoraste de alguien de otra zona, lo cual está claramente prohibido, incluso Den se enamoró del líder de la rebelión, aunque acabo con la vida de Rebbeca eso no te quito que siguieras amándolo.

- Lo que haga yo con mis relaciones no son tu problema. – Respondida Den.

- Si, Den tiene razón por que te metes en estos asuntos, lo que nosotros hicimos en un pasado, no es digno de respeto. – Replicaba Leika.

- Claro que no es mi asunto… pero por que siguen vivas, se supone que su gran gobierno no perdona aquellas traiciones. Que fue lo que paso exactamente. – Replicaba Rebbeca. – A si claro que si ya recordé que es lo que paso exactamente, quien dio la vida por aquellos documentos fui yo, evitar que murieran compañeras. Pero veo que siguen cegadas con el gran gobierno de nuestro lugar de origen, que es lo que nos dio ese lugar, pelear por un lugar que apenas se sostiene cada año, entregándonos menos provisiones, menos comida, matando a las personas de hambre. Los gobernantes se hacían más ricos a costa de nuestra. La rebelión fue creada para acabar con los gobernantes corruptos y liberar al pueblo, pero el ímpetu del gobierno los superaba, al ser amenazados se enfocaron en un solo punto, la nación central es solo un grupo de rebeldes que odiaban al gobierno que creció tanto que se consideraron una nación, el gobierno no acepto aquello e iniciaron la guerra, sin un bando preciso la unidad central de la zona central cayo, entrando administradores corruptos.




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