De Dama de Honor a... Novia!

Capítulo 5. Momentos Incómodos

Habíamos disfrutado de una tarde realmente hermosa donde pudimos relajarnos y divertirnos junto con todos los presentes en la Estancia que se nos unieron. Al ser muchas personas tuvieron que preparar tres juegos de mates y dos primas de Julia dijeron que una tarde de mates no terminaba de estar completa si esta no estaba acompañada con churros o tortas fritas. Por lo que pude disfrutar luego de mucho tiempo una verdadera merienda típica argentina.  

Para mi tranquilidad y creo que también la de Ryan que estuvo la mayor parte del tiempo alerta, Esteban junto con su familia no habían asomado sus narices donde nos encontrábamos. Agradecí profundamente que no lo hicieran, realmente estaba disfrutando de todas estas maravillosas personas que no quería amargarme viendo sus rostros, aunque estaba segura que tarde o temprano debía de compartir algún que otro espacio con ellos.  

Cuando ya todos estaban decididos en retirarse Alicia, la madre de Xime, nos anunció de que tenía previsto una cena en la casa principal por ser nuestra primera noche en la Estancia. También aclaró que al día siguiente se llevaría a cabo la cena de bienvenida ya con la mayoría de los invitados presentes. Yo estaba emocionada, esta noche conocería finalmente al prometido de mi amiga.  

Esta tarde no lo había podido ver, llegó muy sobre la hora junto con sus padres quienes se habían metido en quién sabe dónde. El pobre había estado desde el mediodía esperándolos, pero luego de que pudo comunicarse con ellos ya fue demasiado tarde porque su padre se había alejado mucho de la ciudad. No tuvo más remedio que ir a buscarlos y cuando llegó no quiso hacer otra cosa que descansar para poder estar presentable para la cena ¡Vaya manera de empezar la semana con la familia!  

Pero pude conocer mejor al sexy cuñado de Ximena, Jesse. Un don Juan de primera pero un tipo bueno que claramente no tenía malicia en su alma solo que el hombre no perdía el tiempo. Siempre que tenía oportunidad coqueteaba con alguna mujer y decía alguna que otra frase que alborotaba a todas las mujeres de la familia. Conmigo había tenido sus momentos hasta que mi amiga le advirtió de mi supuesto reencuentro con Ryan y que probablemente disponible ya no me encontraba, lo cual Ryan rectificó con un gruñido provocando que varios de los presentes se rieran de la situación. Jesse, sin embargo, se disculpó con Ryan alegando que no se había percatado de nuestra “relación” por lo que no volvió a coquetear abiertamente, aunque continuaba con sus chistes que nos divertía a todos.  

Ya en la cabaña donde nos hospedaríamos los tres esa noche ya que, Daniela llegaría recién al día siguiente. Al parecer había estado cubriendo un reportaje fuera del país lo cual no le permitió llegar antes.  

Ryan me había acompañado hasta la puerta de habitación, con lo caballero que era me ganaba cada segundo más. Con un beso en la mejilla y la promesa de que luego pasaría por mí para ir juntos a la cena, me metí rápidamente mientras suspiraba emocionada ya que jamás había imaginado que venir a la boda de mi amiga llevaría a que conociera un hombre tan asombroso como él.  

Aunque toda esa emoción rápidamente desapareció cuando recordé que en la cena no tenía escapatoria, los vería. Esteban y su esposa estarían presentes sin dudarlo. Debía de presentarme como la mujer fuerte y poderosa que era, destilando seguridad y valentía por todos mis poros y para eso una mujer debía sacar sus mejores armas en este caso, una vestimenta apropiada natural y que resalte absolutamente mi persona.  

Finalmente, luego de pasar unos 15 minutos con la cabeza enterrada dentro del placard encontré un vestido sobrio y elegante, pero con un aire fresco que no demostraba para nada superioridad sino simplemente delicadeza. Los acompañaría con unos zapatos que solía utilizar para el trabajo ya que no contaban con mucho tacón y eran super cómodos. Observándome en el espejo viendo que haría con mi pelo supe que lo que decidiera de cualquier forma resaltaría lo blanco del mismo gracias al vestido negro, entonces me hice una coleta alta y con nada de maquillaje supe que estaba lista para esa noche.  

- Estás hermosa - me dice Ryan cuando abro la puerta. ¡Vaya que él también estaba guapísimo! 

Antes de que pudiera decir más entra a mi habitación y cierra la puerta tras de él para luego tomar mi rostro con sus dos manos y plantarme un beso que me dejó sin habla y con las neuronas fritas dentro de mi cabeza.  

- Listo podemos irnos – declara y lo totalmente confundida ¿Qué carajos fue eso? - ¿Qué sucede?  

- Lo mismo te pregunto a ti – digo sonriendo, era un payaso cuando lo quería  

- Estuve toda la maldita tarde con ganas de besarte, pero como soy un caballero no quise hacer un espectáculo frente a todos y ahora viendo lo bella que estas no pude resistirlo más.  

¡Dios Bendito! Qué podía decir ante semejante declaración, nada. Anonadada como estaba, pero feliz en como todo esto se estaba desarrollando entre nosotros, tomé mi celular y como si nada nos encaminamos hacia la casa principal donde todos ya estaban bebiendo en sus copas algún que otro tinto. Extrañaba el buen vino argentino.  

- Ves a lo que me refería, se ven increíble juntos - exclamó Xime cuando nos vio llegar. 

 A su lado se encontraba un hombre alto y guapo, rubio de unos ojos que no terminaba de definir si eran amarillos o verdes. Mantenía un porto calmado, elegante pero claramente enamorado, la observaba a Ximena de “Esa manera” y en mi interior supe que mi amiga estaba en buenas manos, la vida realmente supo encontrarle su pareja perfecta. Claramente se veía que ambos se complementaban, él todo serio y tranquilo y ella toda alegre y chispeante. Estaba feliz por ellos dos. Mason Alexander estas aprobado ante mis ojos  

- Déjalos que lleguen amor aún terminan de cruzar la puerta que ya los estás hostigando, buenas noches – nos saluda con una gran sonrisa y claro, observando muy atentamente que mi brazo estaba enredado al de su amigo. Claramente el comentario de su prometida y nuestra demostración no le habían pasado desapercibidos, me gustaba que fuera tan atento, eso decía mucho de él - Tú debes ser la tan famosa abogada Julia Blanco. Es un placer por fin ponerle un rostro al nombre.  




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