De Gitana A Princesa

Decisiones.

—¡Maldita sea Bastián! —bramó molesto un hombre, golpeando con fuerza la mesa—. ¿Como dejaste que se llevarán a tu hermana? Te lo dije una y mil veces, no dejes a Melodía sola, los malditos no perderían oportunidad en tomar alguna gitana como mercancía. 

 

El enojo era enorme, no sabía que hacer,  internamente tenía miedo por su hija se sentía de manos atadas. 

 

—Gaston, escucha por favor gritarle a Bastián no traerá a nuestra hija,  además Melibea te va a escuchar y puede ponerse mal.  Por favor Gastón cálmate. —Rogaba Lluvia a su marido,

 

—¡¿Como diantres mujer me pides eso es mi hija la que fue tomada como esclava para hacer quien sabe qué?! Lluvia me quitaron a mi niña y no pude hacer nada. 

 

El ambiente en la familia estaba tenso, el dolor era latente Lluvia intentaba calmar los ánimos pero la tarea no era fácil. 

 

—Madre, padre no tengo excusas, pero juro que mi hermana regresará a casa por sus propios pies, padre ella volverá, no descansaré hasta traerla de vuelta. 

 

La determinación se notaba en esa mirada, negra como la noche, no sabía cómo pero lo haría y la palabra de un gitano era ley. El orfebre miró a su hijo fijamente y luego a su mujer, para salir de la humilde cabaña, se sentía ofuscado y en parte no quería alterar a su otra hija, que ya estaba bastante mal y pues podía enterarse que su hermana gemela, fue capturada para ser vendida como una esclava,  no sabía cómo afectaría semejante noticia y como consecuencia podría empeorar  a su frágil condición, proteger a su familia era lo más importante, a tal punto de renunciar a todo por ella. 

 

 

Por otro lado Bastián aún seguía en la cabaña, junto a su madre tratando de apasiguar su llanto.

 

—Madre todo estará bien. —Susurraba el muchacho a su afligida madre. 

 

—Bastián, ¿tu hermana traía con ella su ocarina? —preguntaba está algo ansiosa por la respuesta.

 

—¿Eh? si madre ella la ocultó entre  sus cosas y la llevó escondida, pero eso ahora ¿Qué  tiene de importancia? —Arguyó el castaño confundido. 

 

—¿Sabes si ella aún la tenía al momento de ser capturada?

 

Notaba extraña a su madre, si sabía que aquella ocarina, era importante para ella, más que eso era una reliquia familiar —madre es posible que en el momento de ser capturada la tuviese con ella; cuando regresé y guardé sus cosas la ocarina no estaba, madre puedo notar tu angustia es sólo una ocarina, ahora no es importante ¿O sí?

 

Si la ocarina era usada podría saber dónde está su hija, pero por otro lado si más personas sentían ese instrumento, saldrian  muchos secretos. Secretos que  harían pagar a  muchos inocentes. Lluvia se preguntaba si debía darle tal objeto a Melodía, sin explicarle lo que realmente ella tenía entre sus manos, no era un simple instrumento musical  ella solo era una niña, se sentía emocionada y a la vez asustada «lo mejor será hablar con Gastón del asunto» pensó la ojiesmeralda más calmada. 

 

—Madre ¿Estás bien? —preguntaba abanicando a la morena, que ya estaba pálida y algo abstraída, desde hace algunos minutos. 

 

—Si Bastián estoy bien gracias hijo mío por estar al pendiente.  —Lluvia acarició la mejilla del muchacho y besó su frente. 

 

—Ve hacerle compañía a Melibea, yo iré a terminar unas piezas que se deben entregar más tardar mañana. —Decía la mujer saliendo de la  cabaña con premura. 

 

—Vale iré con Melibea... 

 

Bastián no finalizó la oración pues Lluvia salió dejando al castaño con la palabra a en la boca, de levantó para ir a ver a su hermana como su madre se lo había solicitado. Puesta su mejor máscara, para que Melibea no notase la tristeza y frustración. Entró a la habitación y allí estaba su hermana, en la cama sosteniendo uno de sus libros siempre, le brillaban sus ojitos, era como si lo leyera por primera vez. 

 

—Hola Bastián —dijo ella al ver a su hermano —. Ven hablame ¿Como estuvo el festival de Aldremir? Mel es una suertuda ¿Cómo es ese lugar hermanito? ven siéntate a mi lado. —Pidió está haciendo espacio a Bastián, para que se sentará a su lado, él correspondió la invitación.

 

—Veamos..., ¿qué  podría decirte? —hablaba el gitano  de manera pensativa con la mano en la barbilla—,  Aldremir es grande bueno, es la capital de Alkarya la gente usa mejor ropa, hay lámparas de colores en las calles y lo mejor es la música que obviamente allí es donde entramos los gitanos y yo claramente en esos menesteres soy de lo mejor ratoncita. —Decia el galante muchacho guiñando un ojo a su hermana. 

 

—Eres un egocéntrico Bastián. —Respondía está risueña por lo agrandado y narciso de su hermano. 

 

—¿Y dime no ha habido ninguna jovencita, que te haya movido el piso? —preguntó esto en tono picaron, para picar a su hermano y surtió efecto, porque el muchacho ya estaba colorado; recordaba a la muchacha del riachuelo y sus preciosos ojos de cielo. 

 

—Quizas, pero por ahora no te diré nada, eres una curiosa Melibea. Todo lo quieres saber.

 

—Vale Bastián está bien, no me digas si no quieres ¿Por qué Mel no me ha venido a ver desde que llegaron?

 

La tensión invadió al castaño no sabía que responder a eso. 

 

—Quizá esté con Clara, ya vendrá si, es tarde trata de dormir.

 

—Ya es tarde pero, aún no tengo sueño y...

 

—No señorita es tarde debes ir a descansar. —Dijo este estirando la mano para que ella entregará el libro y comenzara a dormir. 

 

—Descansa ratoncita. —Bastián  besó en la frente a Melibea y salió de la habitación. 

 

..........

 

Se disponía  ir a buscar a su madre  para decirle, que iria a buscar a su hermana. Pero se detuvo al escuchar a sus padres, sabía que no era correcto escuchar, pero era inevitable la curiosidad era más poderosa que todo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.