De Gitana A Princesa

El Fallido Escape.

 

La mirada fría e inexpresiva de Eriol me aterraba, muchas personas me han a abvertido de sus correctivos yo creo que bailar con este chico fue una mala idea, me alejé de inmediato del muchacho y este enarco sus cejas algo confundido. 

 

—¡Tan mal bailo señorita para que me  soltara así de esa manera tan abrupta! —el principe no se había percatado de la presencia, del duque Eriol que estaba detrás de él. 

 

—Buenas noches su alteza —dijo Eriol con una pequeña reverencia—, veo que mi acompañante, le hace compañía pero ya debemos irnos despidete, pequeña Melodía.

 

Asentí ante la orden del duque, aunque no sabía que decir a decir, verdad solo hice una torpe reverencia.

 

—Adios su alteza —me disponía a ir con el  duque, pero la mano del principe tomó mi muñeca. 

 

Algo no estaba bien esa chica era una fiera,  nada dócil, ni mucho menos sumisa, ahora de repente resulta ser una sierva del duque de Azair algo no estaba bien, sabía  que Eriol era turbio. Pero luego recordó a su tío ir a la choza de los traficantes de esclavos, «¡No puede ser esa muchachita fué el objetivo de esos malditos!» Sentía el estómago revuelto, la irá crecía y de seguir así su control desaparecería soltó a la muchacha y encaró a Eriol. 

 

—Mi estimado duque usted y yo tenemos temas de que hablar, espero me reciba mañana —Él no mostró ninguna reacción, solo asintió.

 

—Como usted lo desee ya el rey Darius me había mencionado de su audiencia principe Damián, dados los conflictos que se han sucitado en algunas naciones, su alteza debe prepararse, yo como coronel de Alkarya debo velar por mi nación querido sobrino cuenta conmigo. —Un apretón de mano dió por finalizada esa conversación. 

 

..........

 

El baile llegó a su fin, al llegar a su alcoba  una prenda en su cama llamó su atención, era un listón de color rosa de inmediato reconoció aquella prenda. 

 

———

 

—Entendido sabes, yo conocí a una chica también de una linda mirada esmeralda, la vi tocando su violín y me regaló su listón

mira. —Dijo está desatando un listón rosa, que sostenía su dorada cabellera.

 

—Fue el día que te escapaste ¿Verdad? —dijo este de manera acusadora.

 

—Sabes que es peligroso, que hagas eso Odette.

 

—Si ya se gruñón, ya te dije que no volverá a pasar lo prometo.

 

———

 

—De seguro Odette estuvo escondiéndose de la bruja de Rowena otra vez; es el único lugar donde esa mujer no se atreve  a entrar —se desvistió para irse a dormir, aún tenía aquel listón infantil en sus manos—, tus días con Eriol están contados belicosa. —Dijo jugando con  la seda en su mano.

 

..........

 

Esos dos eran  familiares, me sentía confundida, el resto del camino Eriol estuvo en silencio pero no me quitaba la mirada de encima. De vuelta en la mansión Eriol me dió orden de ir a mi habitación y no volver a salir, asentí haciendo una reverencia. 

 

—¡Al fin libre! —apenas entrar lo primero que hice fue, quitarme esos odiosos zapatos —¡Santo cielo en lugar de zapatos parecen objetos de torturas! —me senté en la cama masajeando un poco mis pies suspiré de puro gusto se sentía tan bien, como pude me quite ese vestido y todos los accesorios, fui al cuarto de baño y aún había agua me quite el maquillaje, tomé un camisón y me tiré en la cama con mi ocarina en manos  una lágrima traicionera bajó indiscreta por mi mejilla—, solo quiero volver a casa con mis padres y mis hermanos.

 

———

 

Dos niñas de  ocho años jugaban en un hermoso prado de flores. 

 

—¿Melibea jugamos a las escondidas?

 

La nombrada quien hacía una corona de flores rodó los ojos, no se veía muy interesada en jugar, la niña tomó una coronilla de flores y se la puso a su hermana en su cabeza —no quiero Melodía, no me gusta andar correteando, luego termino toda sudorosa  porque no mejor jugamos con las muñecas que nos hizo mamá. — Decía la pequeña ojiesmeralda ofreciendo  una de las dos muñequitas  tejidas  por Lluvia; a lo que Melodía respondió haciendo una mueca  

 

—Eres bien rara Melibea mejor me voy con Bastián, él si juega cosas divertidas, no como tú y tus, tontas muñequitas.

 

Me quité la coronilla de flores que  hizo mi hermana,  la tiró al suelo y me fui corriendo, dejando los ojitos de mi hermana gemela, cristalinos por las lágrimas que luchaban por salir.

 

—¿A dónde vas pequeña Melodía? —pregunto Lluvia, haciéndose una idea de a dónde iría su pequeña revoltosa.

 

—Voy  a buscar a Bastián, para jugar a las escondidas.

 

—Pequeña aún Bastián no se siente bien, todavía le duele su brazo, por la última travesura que ambos hicieron.

 

—Solo queríamos ver de cerca a los pajaritos mamá. —Replicaba  haciéndome la inocente.

 

—Como hayan sido las cosas es mejor, dejar a tu hermano descansar y ve a jugar con Melibea.

 

—Melibea solo juega cosas de niña y son aburridas y tontas. —Sentenció la niña haciendo puchero. 

 

—¿Y por qué crees que es aburrido ya lo hiciste? — cuestionó Lluvia a la pequeña pelinegra, agachándose para ponerse a la altura de la niña.  

 

—Bastián dice que las muñecas son aburridas.

 

—Ya veo te parece aburrido no porque hayas jugado, si no porque alguien te lo dijo. —Dijo Lluvia como si lo dicho por la niña, fuese muy importante.

 

—Pero tú ya  jugabas con tu hermana y no te ha parecido aburrido ¿Verdad?

 

—Si es cierto. —Asentí desviando la mirada. 

 

—¿Por qué no vas y le das una nueva oportunidad a las muñecas? Mira que me he esforzado mucho, en hacerlas para ti y tu hermana.

 




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