De Gitana A Princesa

Una Polémica Coronación.

La reunión, con el consejo de Alkarya no había sido nada fácil, ni siquiera llevadera, solo estaba a favor el duque de Bleddyn pero el resto de miembros no veía con buenos ojos, que el futuro rey se haya casado  con una plebeya sin siquiera apellidos, y ni siquiera se les había dicho que era una gitana si no habría sido un no rotundo.

Por otro lado estaba su primo Eriol, que se había mantenido en silencio en toda la reunión, hasta se abstuvo de dar su opinión, no sabía que esperar, no le había comentado nada a Damián  pero esa jovencita con la que se había casado, era muy parecida a la difunta esposa de  Eriol quizás por eso el interés del duque en la muchacha, solo esperaba que no saliera con una bajeza el día de la coronación de la muchacha.

—Darius hoy llegó, una misiva de Altamyr cariño. —Decia la marquesa con voz melosa, entregando el sobre al rey que estaba sentado en su lecho, sumido en sus preocupaciones.

El monarca abrió el sobre, rompiendo el sello, con poca   delicadeza, leyó la carta y suspiró cansado.

—¿Ocurrió algo? —preguntó la marquesa intrigada, por el semblante cansado del rey.

—La emperatriz Nubia está próxima a llegar al palacio, vendrá a discutir lo de la alianza, está preocupada por el atentado que sufrió su hija.

—Es normal pobre emperatriz, no imagino lo indignada que se pondrá  cuando se entere que el principe rechazó  a su hija para casarse con una plebeya sin apellido. —La marquesa se sentó a lado del rey besó su mejilla. Para arrojar su última estocada de la noche.

—Solo esperemos que la emperatriz no tome este hecho como  una humillación; aunque si me lo preguntas, yo estaría muy molesta.

Darius cansado del tema dobló el papel en sus manos, para hacerlo a un lado, los comentarios de su compañera no aportaban al contrario, aumentaban su estrés —Rowena retirate, deseo dormir sólo está noche.

La marquesa no dijo nada, solo se puso de pie, indignada se fué de los aposentos del rey azotando la puerta.

..........

El día de la coronación llegó, todo estaba dispuesto para el nombramiento de la princesa, el salón del trono, estaba lleno de personas, tanto de noble cuna, como personas de menor estrato, el consejo de sabios de Alkarya estaba allí, el sacerdote Solomon oraba  para que los dioses prestarán su bendición a la tiara que portará la nueva princesa.

La princesa Alya y sus acompañantes, también estaban allí, los murmullos acabaron en cuánto entró el rey, junto a sus dos hijos a el salón. En cuanto el heraldo terminó su presentación, el rey tomó la palabra.

—Hoy les he llamado aquí porque como guía de Alkarya, debo hacer un nombramientos —las palabras del monarca sorprendió a todos los allí presentes, los murmullos no se hicieron esperar pues a mas de uno lo tomó por sorpresa. El rey pidió que guardarán silencio para continuar, con el acto—, hoy la corona Alkarya gana una nueva joya, una que guiará al reino, que escuchará y será puente para todos, una nueva esperanza. Llamada Melodía Mountbatten.

Está fue la señal para que yo hiciera mi aparición, bajaba lentamente por las escaleras, usando un vestido rosa de seda con flores en hilos dorados,  caminaba erguida con la frente en alto, podía oír los murmullos  de las personas  a mi alrededor, unas halagando mi belleza y otras que me tachaban de trepadora y oportunista. Y un montón de malos calificativos que prefería vno no recordar, llegué frente al rey haciendo una reverencia, miré por el rabillo del ojo a Damián sentado en el trono, este me regaló una sonrisa.

Le regaló a ella una sonrisa, que hizo que se le subieron los colores al rostro. Estaba hermosa en ese vestido,

—Melodía Mountbatten, juras lealtad al reino de Alkarya y a su gente.

—Si majestad, lo juro. —Respondí  de manera solemne.

—Juras siempre escuchar a tu pueblo, buscar el bien común de todos.

—Si majestad, lo juro.

Dicho esto el rey tomó la tiara de manos del sacerdote Solomon, la joya era dorada  con pequeños zafiros y otras gemas preciosas incrustadas.

—Yo te nombro hoy a ti Melodía Mountbatten princesa del reino de Alkarya, porta está corona, con orgullo y siempre ten presente, el deber de una princesa: es cuidar y procurar, a su nación. —Una vez el nombramiento de la nueva princesa fue hecho, el rey pidió a la ahora princesa sentarse a lado de su esposo.

Oficialmente ahora era princesa,  tomé asiento en el trono asignado para mí, los aplausos, no se hicieron esperar, el rey volvió a tomar la palabra.

—Hoy el sol de Alkarya se pondrá, con una nueva princesa. —luego de la ceremonia, se hizo un baile en honor a la nueva princesa.

..........

Sentada en aquel trono miraba a las parejas en el salon,  bailaban al ritmo del vals, debería sentirme feliz, pero no era así me sentía fuera de lugar, creía que no debería estar allí.

—Princesa ¿Acepta bailar está pieza conmigo? —preguntaba sacando a su cervatilla de sus pensamientos.

—Si acepto. —Tomé la mano que  el principe, me ofrecía para llevarme al medio del salón.

—¿Qué ocurre Mel? —estaba comenzando a preocuparse por su princesa gitanilla.

—No es nada zorro mañoso, es bueno. —Guardé silencio, ni yo misma sabía que tenía, esa sensación de sentirme fuera de lugar, no sabía cómo explicarla.

—Felicidades princesa.

—¿Qué haces aquí? —pensó que ese infeliz, no se atrevería a venir pero por lo visto se había equivocado.

—Oh nada vine a felicitar, a la nueva princesa ¿No puedo acaso?

—Vete Eriol te quiero lejos de ella, no creas que lo que le hiciste lo pasaré por alto. —No veía la hora de cobrarle a ese miserable las lágrimas que ella, derramó por su culpa.

—Deja tu altivez querido sobrino, vine a hablar contigo solo será un momento.

Las personas alrededor, comenzaban a mirar y a murmurar, no quería exponer a Melodía, asi que aceptó la petición de Eriol —ya vuelvo si quédate tranquila. —Ella asintió y besó su frente.




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