LUNA
"Cuando desperté estaba dentro de una jaula y tenía una cosa en mi pata herida, una tela. A pesar de que me molestaba, sentía que la herida estaba mejor. También notaba un dolor en la barriga, una herida nueva. Oí a la humana decir algo sobre castración y que no tendría más bebés. Mis pobres bebés, morían enfermos o de hambre en la calle, ahora pienso que es mejor que no vengan a este mundo tan cruel.
Una figura aparecía y me traía comida un par de veces al día, a veces en esa comida había algo extraño, con un sabor asqueroso, pero tenía tanta hambre que me lo comía igual. Era la primera vez que comía dos veces al día y pude relajarme pensando que al día siguiente también recibiría comida. Ya no tenía que buscarla yo, ni pasar días sin comer y con aquella desesperación por encontrar agua.
Al cabo de unos días, mi refugio empezó a cambiar lentamente. La figura que me traía comida, esa que siempre respetaba mi espacio, había colocado algo diferente cerca de mí: una manta suave con un aroma desconocido, pero cálido. Sentí curiosidad, pero también miedo. Me quedé observando desde mi escondite durante horas. Finalmente, decidí acercarme. La manta no hizo ningún movimiento, no intentó atraparme. Simplemente estaba allí, como una invitación silenciosa.
Unos días después, noté que mi jaula había cambiado. Ahora tenía más cosas: una caja de cartón donde podía esconderme completamente y un pequeño túnel de tela que olía a tranquilidad. Me sentía menos expuesta. Podía observar desde mis escondites, y aunque mi instinto seguía siendo desconfiar, algo dentro de mí comenzaba a cambiar.
La figura no me miraba fijamente ni intentaba tocarme. Solo estaba allí, sentada en silencio. A veces hablaba con una voz calmada que no entendía pero que sonaba segura. Por primera vez en mucho tiempo, sentí que tenía control sobre mi entorno. Y en ese control, encontré un pequeño respiro."
La importancia del espacio personal
El primer paso para socializar a un gato picante es crear un entorno donde se sienta seguro. Los gatos necesitan sentir que tienen control sobre su espacio antes de estar dispuestos a interactuar.
Un espacio seguro comunica respeto hacia su independencia y le da al gato la oportunidad de observar sin sentirse amenazado.
2.1. Cómo establecer un refugio seguro
Un refugio seguro puede ser tan simple como un jaulón o una habitación tranquila, dependiendo de tu situación. Aquí tienes algunas recomendaciones clave:
● Jaula de adaptación: esta es, sin lugar a dudas, la mejor opción. Le brinda al gato la oportunidad de ver y adaptarse sin temer (por eso se llaman “jaulas de adaptación”). Incluye comida, agua, un arenero pequeño y un lugar para descansar. Además, a la hora de interactuar, obligas al gato a estar presente y cerca cuando lo alimentas. Cosa que en una habitación no pasa.

Cositas útiles cuando tienes un gato en un jaulón
● Habitación tranquila: Si eres el adoptante final, prepara una habitación pequeña y cierra la puerta para limitar los estímulos externos. Ten en cuenta que en una
habitación tardará un poco más de tiempo, pero al ser el adoptante eso no es un problema.
● Añade escondites: Usa cajas de cartón, túneles o camas con capucha para que el gato tenga lugares donde ocultarse.

Ejemplo práctico:
Si un gato picante llega a tu hogar, elige una habitación donde no haya demasiado ruido ni tránsito de personas. Coloca su cama y su comida en una esquina tranquila y permite que explore a su ritmo. Dedica unos minutos al día a sentarte en silencio dentro de la habitación para que se acostumbre a tu presencia.
Como siempre, aconsejo mejor los primeros días o semanas hacer la adaptación en un jaulón, pero si el gato va a estar toda la vida en esa casa, puede hacerse en una habitación, aunque puede que lleve más tiempo.
La conexión con el yoga: Respeto por el espacio
En yoga, se valora el espacio personal como un lugar sagrado para la introspección y el crecimiento. De igual manera, el espacio seguro que creas para tu gato es su santuario, donde puede observarte y comenzar a confiar. Antes de interactuar, realiza una práctica de respiración consciente para proyectar calma y respeto hacia el gato.
2.2. Cómo ganar confianza: primeros pasos
La confianza no se da, se gana. Los gatos picantes necesitan tiempo para adaptarse y aceptar tu presencia. Aquí tienes algunas estrategias:
● Tiempo: Nunca fuerces al gato a salir de su escondite. Dale espacio para que explore cuando esté listo.
● Voz suave: Habla con un tono calmado y bajo para que asocie tu presencia con tranquilidad.
● Refuerzos positivos: Usa golosinas o juguetes interactivos para animarlo a salir de su escondite.
Ejemplo práctico:
Un voluntario en un refugio usó una vara con plumas para atraer a un gato picante desde una distancia segura. Con el tiempo, el gato comenzó a relajarse y a jugar más cerca del voluntario, marcando el inicio de una relación de confianza.
2.3 El contacto físico: ¿Qué hacer y qué no?
Pero, ¿cuando estará preparado para el contacto físico?
Esto depende de si nos encontramos ante un gatito pequeño o un adulto y de lo que te apetezca arriesgar un dedo o la mano.
Los gatitos pequeños se adaptan más rápido al ser humano y, por su tamaño, les tememos menos. Los gatos adultos han “vivido cosas” que desconocemos y por tanto no sabemos qué traumas o experiencias previas
2.3.1 Pasos a seguir:
Estos pasos se deben espaciar durante el tiempo que necesite el gato. Más adelante hablaré del estrés y cómo detectarlo.
1. Es buena idea observar al gato y ver cuando pasa de ser un búho con unos ojos enormes y clavados en todo lo que haces, que casi ni respira, a una mirada más relajada. También cuando se atreve a comer delante tuyo.
2. El primer acercamiento que tenemos con un gato tímido es cuando le damos de comer, sobre todo si hemos seguido el consejo del jaulón. Nos acercamos, nos agachamos, nos hacemos pequeños y solamente metemos la mano para poner comida. Siempre nos quedamos un ratito tras poner la comida.
3. Eventualmente, si ponemos un poco de comida húmeda cada día a la misma hora, el gato lo esperará y, con suerte, maullará cuando se lo llevemos. Esto es muy buena señal, ya que confía en nosotros como proveedores.
4. Cuando vemos que el gato ya va directo al plato según lo metemos en el jaulon, durante un día o dos podemos probar a dejar la mano dentro mientras come. Al final la idea es acariciar al gato mientras está despistado comiendo.
IMPORTANTE: siempre acariciar el lomo del animal, a poder ser de lado NUNCA LA CABEZA. De nuevo, haz el ejercicio de ponerte en su lugar.
5. La primera vez puede que se retraiga o se asuste. Poco a poco, con mucha paciencia y sin forzar la interacción, verás que cuando le acaricias levanta la cola y la cadera. En ese preciso momento puedes decir que ¡has conseguido oro!, el gato confía en ti.