Sus dedos tocaban una melodía que era lo único que se disponía a “hablar”. Tenía la mirada baja, se mordía el labio sin fuerza y después deslizó su lengua, mojando sus labios para sonreír.
-¿Qué te hace gracia? –preguntó el detective apoyado sobre la mesa -Estamos más de una hora aquí.
Ella vaciló y cruzó sus piernas para después levantar su cabeza en alto, finalmente miró al detective.
-Solo pierden el tiempo –dijo.
-¿Cuál es tu finalidad en todo esto? –preguntó -¿Qué logras hacer con todo esto?
-¿Finalidad? ¿Lograr? –repitió confundida y vaciló –Ahora creen que soy un monstruo pero no lo soy –negó –Mire señor detective, yo sé con qué me afrento y mi mayor contrincante no está ahora mismo… -le miró cínicamente y el detective retrocedió espantado –Rezo por su regreso –se miró las uñas y el detective sacó su celular.
-¡Avisen inmediatamente…! –informó y en el cuarto retumbó una escandalosa carcajada, mientras que el detective seguía hablando sin desviar su mirada sobre ella.
-Mejor tarde que nunca –tranquilizó su risa y se levantó para estirar su cuerpo –Me dijeron, primero estás tú, segundo estás tú y tercero… ¿Adivina quién? ¡Tú! Por lo tanto, analizando bien la escena y las acciones que me llevaron a realizar tal atrocidad deberían ser recompensadas pero no –se expresó muy seria y colocó sus manos sobre la mesa –No le parece que a las personas buenas les va mal y a las personas malas les va bien ¡No tiene ningún sentido! –suspiró yvolvió a tomar asiento, colocó sus manos juntas sobre la mesa –No soy un ángel, tampoco perfecta –carraspeó –Pero el tiempo se agota y qué hará al respecto detective ¿Enjaularme como perro? ¿Ocultar la verdad? ¡¿Aceptar su puto dinero y hacerme quedar como un monstruo?! –le miró enojada y bufó –Mejor no responda.
Entraron más oficiales y la sacaron a rastras, ella no trató de defenderse. La botaron en su celda y ella les dedicó una mirada sombría.
-Atraparon al monstruo equivocado -comentó con una voz alta y se dejó caer en la fría celda -Lo logré -sonrió y cerró los ojos -Lo logré...
“Dicen que el mejor aliado es el tiempo.
Dicen que el ignorante grita y el inteligente calla.
Dicen que el que guarda silencio espera con paciencia su turno para rugir
Dicen que una sonrisa es el perfecto disfraz.
Dicen que la sangre llama a la sangre y que el pasado vendrá por un vieja deuda que hay que pagar.
Dedicación para mi FAMILIA PERFECTA”