De La Maldición

CAPÍTULO 3

2 MESES DESPUÉS:

Era un auditorio bastante grande, espacioso y muy digno para los recientes graduados, todos aplaudían mientras que los jóvenes tiraban sus togas al aire.

Los padres salieron a esperar a los futuros arquitectos mientras que alguien agarró de la mano a Alison.

-¡Ryan! –exclamó sorprendida y alegre, mientras que él le agarraba de la cintura.

-Quiero enseñarte algo –le susurró al oído y ella le dio un beso –Vamos.

Ella asintió y se dejó guiar por Ryan. Llegaron a otro piso, era notable que era desolado y con poca luz, hizo entrar a un pequeño salón acompañado de un pequeño estrado pero una gran pantalla frente a ella.

-Ryan ¿Qué hacemos aquí? –preguntó temerosa y volteó a ver su enamorado, quien se encargaba en poner llave a unas cadenas -¿Ryan?

-Salgan –ordenó con una voz ronca y pasó empujando el hombre de Alison.

Salió el grupo de amigos de Ryan, eran dos chicas y tres chicos, Ryan se acercó a una chica y la besó en los labios.

-¿Ryan qué haces? –preguntó sollozando, con una voz quebrada -¿Ryan? Yo te amo, nos amamos.

Todos rieron ante su confusión y vulnerabilidad, Alison se acercaba lentamente y se detuvo al ver la pantalla frente a ella prendida.

-Ryan, explícame por favor, estoy confundida –admitió y se limpió las lágrimas –No me gusta tu broma.

-Alison, eres una estúpida

-Mejor dicho una retrasada –comentó burlona la chica al lado de Ryan.

-Bien hecho –le dio otro beso –Alison vayamos directo al grano.

-Ryan por favor, haré lo que pidas –lloró, parecía destrozada –Yo te amo, no me dejes, te juro que cambiaré.

-Claro que harás lo que yo pida –aseguró –Héctor, adelante.

Alison iba a interrumpir hasta que vio un video reproduciendo frente a ella, era íntimo, entre Ryan y ella. Todos rieron por lo bajo.

-Alison, si no quieres que esto salga a luz, harás exactamente lo que te digamos –dijo otro –No intentes comunicarte con la policía, ni mucho menos con tu familia, te enviaremos un recordatorio cada cierto tiempo para que sepas que esto no es juego, estarás con Ryan y más te vale comportarte…

Siguió hablando y ella lentamente retomaba su camino hasta el pequeño estrado.

Hasta que explotó en carcajadas, lloró de risa y se volteó a verlos.

-¿Eso es todo? – se limpió las lágrimas –Son unas escorias de verdad –suspiró y tomó asiento al borde del estrado –Pensaba que me iban golpear, amarrarme en una silla y todos ustedes con unas benditas máscaras rodeándome –vaciló y todos la miraron sorprendidos –No puedo creer de ti Katherine y de ti Rosalie, al lado de esa maniático –puso su cara pensativa -¿Cómo puedes soportar tal asquerosidad de tu novio al saber que se revuelca con otras mujeres mejores que tú? –le miró expectante y vio las manos apretadas de Rosalie -¿Será por la gran cantidad de dinero por la que participas? Porque es claro que no es amor –comentó burlona -¿También dejas que tu noviecito tenga orgías mientras tú estás grabando? Eso no es valentía ni coraje, por sea acaso –seguía burlándose -¿Cómo todos ustedes pueden dormir tan tranquilos? ¿Me pueden dar su oscuro y perverso secretito?

-Katherine, trae el sedante –ella estaba atónita, no se movía -¡Ahora! –gritó Ryan –Fabián, Héctor, vamos por ella.

-¿Ahora que harán? Sedarme como Linda Rusel y después amarrarme en una silla como Ana Fernández –comentó y todos se quedaron paralizados –Cualquiera negaría y me dirían “No Alison, es bromita” ¡Pero no! –exclamó –En serio ustedes son unos novatos y no crean que esta situación está arreglada –miró a Héctor quien se acercaba –No, no, no, te aconsejo que no lo hagas –se levantó y vio la pantalla -¡Mírame Rosalie! ¡Yo con tu noviecito, haciendo el amor! –exclamó con ironía –Ryan –le llamó y este dirigió una mirada desafiante –Querido ¿En verdad creíste que yo amaría a un perverso y degenerado como tú? Pobre diablo.

Terminó de hablar y Fabián aparecía corriendo hacia ella, ambos cayeron afuera del estrado, Héctor y Ryan aprovecharon a sujetarla, pero ella se resistía, golpeaba a Fabián sin piedad, se defendía con patadas y también se esquivaba los golpes posibles.

Alison se apartó de ellos y vio a Ryan, se acercó a él, dejando a los demás a un lado, le empujó a una de las sillas y levantó una pierna, dejando a relucirla, tenía pegado un cuchillo.

-¿Has disfrutado al ver mi cara de estúpida en todo este tiempo? –dijo con una sonrisa y sacando el cuchillo a la vez deslizándolo sobre su rostro -¿Tienes miedo? –Ryan le sujetó su pierna y mostró una sonrisa pícara –Ay no querido Ryan, aquí mismo no, por favor, me ruborizo y frente a tu noviecita ¿Estas seguro? –dijo con ironía y deslizó con rapidez sobre los nudillos de Ryan, soltándola al instante y ella recuperando su postura.

Retrocedió y se dio la vuelta justo cuando Katherine estaba con la mano en el aire sujetando el sedante.

-Que valiente de tu parte, Katherine–giró su brazo y apretó con fuerza su cuello. seguido le aplicó el sedante en su brazo –Duérmete Katherine, dulce sueños –la chica dio un grito desgarrador y la tiró a un lado -¿Alguien más? Creo que faltas tú, Rosalie –le miró y ella retrocedió.




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