De La Maldición

CAPÍTULO 5

Salió del ascensor y avanzó a pasos rápidos, hasta llegar a la secretaria que al parecer estaba tecleaba algo.

-Vengo a ver al señor Rodrigo Smith –decía con un gesto desagradable.

-Un momento por favor –agarró el teléfono y asintió –Puede ingresar.

-Gracias, supongo –volteó los ojos y abrió bruscamente las puertas -¿A qué se debe tu llamada? ¿Qué quieres? –soltó con desgana.

-Qué te dije acerca de no involucrarte con mis socios, que no te involucres en mis negocios ni en mi vida.

-Wow, los rumores vuelan.

-O accidentalmente lo comentan ¿Qué quieres con Alicia Harris?

Miró a Rodrigo con una sonrisa ladeada, su rostro mostraba asombro.

-Wow, pero wow, increíble –se acercó mientras se miraba sus uñas y tomó asiento, lo miró fijamente con una sonrisa más ligera y sus dedos tocaban la mesa, formando una melodía –Parece como si estuviera envuelta en verdad un lío bastante turbio -dijo sarcastica -La empresa de mi padre está llena de corrupción, no lo niego ¿Y el tuyo? Parece que cada día vives en un maldito casino y si que el premio es gordo –sonrió y golpeó la mesa con sus palmas –Y por si fuera poco, el peor y estúpido anonimato es Martin R. –lo miró fijamente y levantó sus cejas -¿Qué me dices Martin? –le provocó y Rodrigo se levantó, rápidamente le sujetó del cuello.

-Parece que no entiendes –amenazó y la soltó, ella soltó una risita –Solo haz lo que tengas que hacer.

-Estás destruyendo a mi padre ¿Qué más quieres?

-¡Deja de verme la cara de estúpido! –gritó y botó las cosas sobre su escritorio –Tus cartas me están dejando en evidencia ¿Crees que puedes jugar conmigo?

-Solo sé que no tengo familia –se levantó de su asiento y se acercó –Tampoco tengo un apellido, peor amigos, mucho menos futuro pero sé lo que estoy haciendo y eso me está costando todo.

-Si quieres jugar a eso –la miró fijamente –Lo entro –asintió –Simplemente, yo te atraparé cuando todo esto termine ¿De acuerdo?

-Atrápame si puedes –dijo divertida y empezó a retirarse –Hasta pronto, Rodrigo.

Dio un vistazo a las cosas tiradas y pasó las puertas, se cruzó con una mujer de cabello negro y alta, muy bien vestida y la saludo. Llegó al ascensor y la vio la espalda, era los tacones que la hacían ver alta, tenía una buena figura y algo en ella no cuadraba, al final las puertas se cerraron.

Es un pequeño establecimiento comía una gran hamburguesa, sus gafas ocultaban la mayor parte de su rostro, veía a Fabián coqueteando a una chica mientras cargaba su moto, era notable que la chica no lo estaba disfrutando, se veía incómoca y aterrada. Después de todo, Alison lo tomaba con calma la situación y nuevamente siguió la persecución, siguió a Fabián a una casa de playa y se hospedó cerca de ahí.

-Ya no se escucha mucho de esos horribles casos de jovencitas –comento un señor mientras que Alison ponía ciertas cosas en su maletera de su auto –Hubo un largo tiempo de horror y la policía nunca hacia nada.

-¡La policía jamás haces nada importante! –comentó otro –A personas injustas arrestan y lo último que sale es que están aprovechando su poder, imbéciles.

-Apuesto que la policía es cómplice con ese asesino, tal vez esas jovencitas son parte de una red de abusos, de-de esas cosas horribles.

-Que inhumano –dijo una señora –Por eso llamo a cada rato a mis hijos, especial a mis niñas, a los varones les digo que no se metan estupideces al cuerpo, espero que me hagan caso o bien les tiro a la calle para que aprender lo que realmente es vivir.

-Hoy en día la sociedad está perdida, nadie se preocupa, siempre están rodeados de dinero y fuera de eso no importa, malditos ricachones –comentó fastidiado.

Alison soltó una risita y entró a su auto.

Al caer la noche, ella entró a la propiedad silenciosamente, vio a Fabián con la misma chica de la tarde, pero esta vez la chica se encontraba inconsciente sobre un sillón, la desvistió y abusó de ella, mientras que Alison grababa todo, dejó sobre una superficie y desvió la mirada, no dejaba de pensar en su amiga Sharon y al no poder imaginarse lo que puieron hacer, solo era una niña de 10 años cuando sucedió.

Cuando todo acabó, dejó a la chica en el mismo lugar pero tapada con unas sábanas y él se sentó frente a ella mientras tomaba. Alison al estar impaciente, daba una ojeada a su cámara y al ver que se había acabado, se acercó y deslizó las puertas.

-Vaya, sí que lo disfrutaste bastardo –dijo detrás de Fabián y lo noqueó con un palo de metal –Pero disfrutarás conmigo más.

Jaló el cuerpo de Fabián hasta su auto y lo ató, entró nuevamente a la casa y rompió todo tipo de evidencia y se acercó a la chica, que al final parecía que gemía y le bajaba el efecto de la droga.

-Hey, hey –llamó Alison y se arrodillo frente a ella.

-¿Quién…? –dijo y gimió de dolor al hacer el más mínimo movimiento –Duele –se extrañó y pareció que recordó -¡¿Dónde está él?! –se asustó y Alison la abrazó –Por favor no me hagas daño –suplicó asustada.

-Tranquila, yo te sacaré de aquí

Pero la chica forcejeaba y Alison trató de calmarla.




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