De La Maldición

CAPÍTULO 8

El ascensor nuevamente anunció su llegada y al abrir las puertas, salió Alison con un rostro neutro, avanzó hasta la oficina de Rodrigo e ignorando las preguntas de la secretaria y al mismo tiempo abriendo las puertas de la oficina.

-Tío –llamó con una sonrisa fingida.

Él levantó su mirada y frunció el ceño.

-¿Puedo pasar? –preguntó y solo segundos dijo –Gracias –cerró la puerta y despidió a la secretaria –Tío Rodrigo ¿Cómo se encuentra después de tener largas vacaciones? –preguntó con susonrisa fingida.

-Alison, no deberías estar aquí –dijo aburrido y con cierta fuerza apretó el empiezo de su nariz –Alison, no me hagas enojar…

-Usted tampoco –cambió su rostro por uno serio y una mirada asesina –¿No puedes dejar de jugar sucio ni un solo día? Lo pregunto porque ya tengo una mancha en el maldito programa de esos policías –dijo enojada -¡Rodrigo, mírame! –ordenó y él con cierto fastidio, levantó su mirada –Rodrigo, no me hagas arrepentir…

-¿Qué, Alison? ¿Qué te digo? –dijo con simpleza –¿Tengo que agradecerte por poner a unos de mis socios en una investigación escandalosa? ¡Tú, fuiste la primera en romper las reglas!

-¡Antes de, Rodrigo! –gritó –Yo te di acceso total del maldito del servicio de inteligencia y te di los papeles originales de la empresa de mi padre ¡¿Qué más quieres?!

-¡¿Es mucho pedirte que estés al margen y seas una chica normal?! –gritó al mismo tiempo levantándose de su asiento –Solo te pedí cosas sencillas, ve a perseguir al degenerado que abusó de tu amiga pero no te metas con lo más mínimo relacionado de mi empresa –le reprochó –Te di mis influencias, mi tiempo y todo lo que necesitaras para que seas una excelente arquitecta ¿Por qué no dejar un lado ese pasado y vivir tú presente? Eres inteligente, linda y con una vida por delante…

-El degenerado que abusó de mi amiga es el mismo que está trabajando aquí en tu empresa y sí… -bajó su tono –Agradezco tu apoyo, antes de dar este giro drástico, yo… te quería tío Rodrigo pero no sé qué esperar de ti.

-Yo también te quiero –exclamó y pareció dolido –El problema que tengo con tu padre se queda entre nosotros, pero contigo, tú me demostraste algo diferente, de todos en realidad ¿Quieres que te cuente la verdadera realidad que ocultamos en mi familia?

-No quiero, paso –dijo.

-La verdad es que todo comenzó con drásticas decisiones que conllevaron a sangre, dolor y muerte, engaños, mentiras y traición, así inició la empresa, tu abuelo fue un hombre realmente horrible –confesó –Me alegro que haya muerto y que… se haya llevado todo lo malo a la tumba –ambos guardaron silencio.

-Te dije que no quiero saber…

-Hubo un día que tu padre me llamó, era porque en realidad al principio yo le llamaba –admitió –No era un monstruo, Alison, entonces, tu padre me citó a un lugar y los vi –sonrió y ella rápidamente frunció el ceño –Eran una hermosa familia, divertida, alegre y llena de… vida, cosa que yo no tengo o tendré –sonó melancolico –No sentí rencor o celos, me alegré, aunque no lo creas, pero a pesar de todo lo que mostraban ese día, sabía que cada uno de ustedes, guardaban un oscuro y profundo secreto, pero tú brillabas entre ellos y por un momento yo… me emocioné, ibas marcar la diferencia y al investigar un poco de ti, me enorgullecí que habías podido afrentar un momento tan difícil, que era la pérdida de tu mejor amiga.

-¿Ya terminaste?

-Estás a tiempo, yo te voy a cubrir, pondré mis manos al fuego si es posible –suplicó y avanzó al frente de su escritorio –Pero renuncia y vive feliz, aléjate de todo y disfruta de tu carrera y de todo lo que te rodea.

Ambos guardaron silencio y ella cambió su semblante, su postura y su mirada, él entendió que estaba determinada.

-Mi padre era un monstruo –comentó –Estaba mal de cabeza –su rostro mostró dolor –No le importaba a nadie, solo quería “hacer lo correcto” –hizo entre comillas –No hay duda que no pudimos escaparemos de él, él habita en cada uno de nosotros, en mí, en mis hermanos y en tu padre, en especial –apretó sus manos –Él fue su preferido y no entiendo el por qué, no fue ni el mayor ni el menor, pero al parecer ganó su respeto y heredó su demencia, tal vez por eso lo quería más que a los demás, tu padre es un maldito sádico…

-¿Quieres ponerme en contra de mi padre? –preguntó incrédula –Genial.

-No, en realidad, yo no tengo nada qué hacer –retrocedió unos pasos y se apoyó contra su escritorio –En cuanto te decía, tu padre tal vez fue bajando su demencia cuando ustedes nacieron –guardó silencio y chasqueó la lengua –Cuando conocimos a Roxana, por un momento pensé que había cambiado, en todo, pero al parecer solo le fue suficiente para su conveniencia, nos dejó y enfrentó a nuestro padre y al final se marchó –suspiró y bajó la cabeza –Tu madre y tu padre son tal para cual, tampoco entendía el por qué, hasta que descubrí algo muy interesante en ella –alzó la mirada con malicia –Pensé que eras diferente, más realista e inteligente, como dije con anterioridad, pude haber puesto mis manos al fuego por ti, porque te quiero mucho, eres mi sobrina, mi sangre, sin embargo, respeto tu decisión.

Suspiró profundamente y llevó su mano a su bolsillo.

-Es bueno saber que tendré increíbles enemigos, algo de emoción hay en mi vida, entonces, eso significa que ya no te voy a respaldar.




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