Ella sonrió al ver la infraestructura de su nuevo proyecto, en su rostro se notaba la emoción.
-Señorita Alison, estamos sumamente agradecidos –dijo un hombre que era parte de la obra.
-Yo debería estar agradecida por la rapidez y responsabilidad para llevar a cabo este ambicioso proyecto –dijo con una enorme sonrisa –Vayan rápido a sus vacaciones.
-Okey, señorita, que dios la bendiga –juntó sus manos y le sonrió para después retirarse.
Suspiró y no borró esa sonrisa, después de unos minutos sacó el celular y marcó a alguien.
-Iré por ti a la hora acordada y luego tomaremos un rico frappe ¿De acuerdo? –sonrió con los ojos cerrados y rápidamente cortó la llamada –Esa chica me volverá loca.
Dijo mientras se alejaba de su nuevo proyecto que parecía como un esqueleto de un ambicioso edificio. Cuando el cielo ya se tornaba de anaranjado, Alison y Alicia estaban en camino en un barrio humilde y bajo, a comparación de su procedencia, llegaron a un edificio de mal gusto, unos cuantos vecinos estaban sentados afueras de sus viviendo mientras unos cuantos niños jugaban.
-¿Segura que aquí es? –preguntó muy seria.
-Te juro que sí –tembló Alicia –Yo…
-Shshshsh…–le calló.
-Alison yo te juro que no hablaré, déjame ir, ya hice mi parte, por favor –rogó –Deja en paz a esa señora también, so-solo busca solventar a su familia, no le hagas daño…
-No dije que iba a lastimarlos, es más, les ofreceré una ayuda y ya –respondió tranquila –Y apúrate, baja del auto o te dejaré en este… esta parte de la ciudad.
Alicia salió sollozando y tocó el intercomunicador del edificio, ambas chicas esperaron y al minuto una mujer robusta salió.
-Muy buenas tardes señoritas, soy Carmen ¿En qué puedo ayudarlas?
-Señora Carmen… -la interrumpió con un tono de voz alto.
-Vinimos a ofrecerle una propuesta de trabajo -intervino Alison con una sonrisa
-Si me disculpan –se extraño la señora -¿Quiénes son ustedes?
-Ah sí, disculpe, me llamo Alison Smith, seguro ha escuchado de mí –la mujer asintió –Junto con Alicia Harris, la nueva jefe se seguridad en el hospital donde usted trabaja.
-¡Ah, por supuesto! Señorita Harris, mil disculpas por no reconocerla.
-Eso es lo de menos, no se preocupe, más quisiera hablarle sobre la propuesta de trabajo en un lugar más… adecuado ¿Le parece?
-Mil disculpas en serio, me impresionó su llegada, pasen, adelante –invitó la mujer –Si me hubieran avisado un día antes, me hubiera preparado para su visita, mi habitación está de patas arriba, no es adecuado para personas de su nivel –explicó la mujer mientras se dirigían al ascensor.
-Señora Carmen, sus hijos… -intervino Alicia con aparente nervios.
-Wow, tiene hijos –le sorprendió a Alison -¿Cuántos pequeños?
-Tengo cinco pequeños –sonrió la mujer –Aunque ya se están haciendo todo unos jovencitos –recalcó –Por aquí por favor, no se preocupen, estaremos solas.
Las tres mujeres ingresaron a la habitación, Carmen empezó a sacar objetos del mueble mientras que ambas chicas observaban su alrededor, era desordenado, lleno por así decirlo y… lo suficiente.
-Su espacio es… acogedor –dijo Alison.
-Disculpen por el desorden, tomen asiento.
-Gracias –dijeron las dos al mismo tiempo.
-Si no le importa, señora Carmen, mi amiga se quedará aquí y quisiera hablarle personalmente con usted… -sonrió amablemente Alison.
-Carmen –interrumpió Alicia –Cualquier cosa le esperaré aquí, cualquier cosa, me tiene a mí –le sonrió con nerviosismo –Por favor –negó con los ojos llorosos.
-¿Se encuentra bien?
-Más que bien, simplemente está emocionada por usted –se levantó –Por favor Carmen, disculpe por tutearla pero me urge que sea rápido.
-Ah, claro, claro –frunció el ceño y se levantó –Sígueme por favor.
Ambas caminaron por un pasillo estrecho y corto y al final de este, puerta derecha entraron. Alison le mostró una seña que la estaba vigilando y después entró.
-Siéntase cómoda –ofreció asiento en la cama –O tal vez quisiera una silla…
-No –le cortó –Quiero que me ponga mucha atención en esta oferta.
La mujer se sentó en la cama y Alison se puso frente a ella.
-Estoy muy segura que habrá escuchado las noticias acerca de las desapariciones de las chicas universitarias y que cierto tiempo vuelven a reaparecer pero… ya sin vida.
-No entiendo.
-Quiero decir que esa es una de las razones que está alterando el curso de mi vida –la mujer le seguía mirándola confundida –Allá afuera, muy cerca y toca madera Carmen, porque existe un maldito grupo de enfermos que son los responsables de las desapariciones y muertes estas chicas universitaria, yo estoy lista y a punto de dar un golpe tan fuerte que hará que el mundo se haga un verdadero infierno…
Mientras tanto, Alicia desbordó de lágrimas y miró a su alrededor, sacó su celular y envió varios mensajes mientras que su cuerpo no dejaba de temblar, se acercó a la cocina y abrió cada cajón, buscando con qué defenderse.