De La Maldición

CAPÍTULO 16

Nuevamente los reflectores, las preguntas, las voces, el calor de la multitud y lo asfixiante que eran, gimió de dolor al recordar y movió la cabeza. Ella estaba profundamente dormida, se iba cambiando flashes tal vez de recuerdos o un sueño, lo cierto es que era una serpiente que a su paso dejaba un camino de sangre, después sonido de pájaros, siguiente la casa seguía ardiendo, siguiente ella corría, luego recordaba las caras conocidas y los recuerdos de su familia, en especial cuando sus hijos solo eran unos niños, por último, unos hombres encapuchados y acompañado de un sonido que maldecía su vida, unos tacos que se acercaban, luego disparos y golpes, una ventana romperse y gritos, finalmente mucha sangre.

Pero eso no era todo, escuchó su nombre en un profundo oscuro… Roxana, Roxana… no dejaba de repetir su nombre hasta que apareció su madre muerta gritando su nombre "¡ROXANA!”.

Ella volvió en si, abrió los ojos lentamente, de inmediato le empezó a taladrar su cabeza y su cuerpo no respondía.

-Roxana… -escuchó su nombre y empezó a balbucear -¡Ya despertó!

­-A-Axel ¿Eres tú? –esta vez escuchó una voz femenina.

-Señora Smith¿Puede escucharme? Por favor, responda…

-Alison… -pronunció con dolor y empezó a parpadear.

Poco a poco sintió reponerse, movió su cabeza hacia un lado, mostrando una ventana rota y con las puntas con sangre, en el piso también con manchas de sangre y las cosas tiradas, volvió a girar la cabeza y vio a un grupo de policías y otros con bata blanca. Al rato, sintió unas manos que la alzaban y después colocarla en algo más suave.

-Señora Smith, ¿Señora Smith? Necesito que hable conmigo, por favor, dígame que siente –escuchó.

-Es-estoy bien, quiero ir… casa –pidió y gimió de dolor cuando la movieron, levantó un poco la cabeza y vio un sujeto tirado sobre el piso, a un lado la capucha, mostrando un rostro -¿Qué pasó?

UNA HORA ANTES:

Tocó la puerta con una sonrisa muy grande en el rostro y al abrirle la puerta, le recibió su psicóloga.

-¡Wow! Desde adentro de la habitación siento sus buenas vibras, por favor, adelante –le devolvió la sonrisa y Roxana entró directo a sentarse a su sillón -¿Alguna novedad que se presentó?

-Digamos que maté una parte de mi pasado y me siento libre –cruzó sus piernas y abrió los brazos descansándolos sobre el grueso sillón –Me siento bien y no sé hasta cuándo durará.

-¿Pero estás lista para comenzar la sesión o quieres charlar conmigo? –le sonrió y se acercó una pequeña cafetera -¿Desea café?

-Oh sí y me encantaría simplemente hablar con usted, con mi amiga –le sonrió y suspiró, ambas mujeres rieron –Siento que la amo en serio, no lo sé, exploto de alegría creo –dijo emocionada -¡Wow! Siento que quiero hacer muchas cosas en este momento, me viene varias ideas y tengo que soltarlo cuanto antes.

-Me encana verla así, señora Miller –le entregó el café y ella le dio un pequeño sorbo, al mismo tiempo sentándose frente a Roxana.

-Disculpe pero me encantaría que me comenzara a llamar Smith, señora Smith, lo aceptaré porque soy una Smith.

La psicóloga le miró con una sonrisa y asintió.

-Significa que estamos avanzando.

-Todo gracias a usted y a mi familia…

Empezaron a entablar como una conversación de amigas, algo casual, sin embargo, el sonido del timbre acompañado de un toque interrumpió su momento de amistad, Roxana cambió su rostro y al ver su psicóloga levantarse, ella le detuvo.

-No –le advirtió –Llame a la policía, ahora –nuevamente tocaron la puerta pero con más fuerza y con brusquedad -¡Llame ahora!

Pidió y esta vez la puerta se abrió abruptamente, en segundos aparecieron solo tres sujetos con las capuchas puestas, mientras Roxana se colocaba enfrente de su psicóloga mientras realizaba la llamada, escuchó el sonido de un par de tacones acercándose.

-¡No, no, por favor, no corte esta llamada…! –exclamó su psicóloga y siguió llamando.

-No puedo creerlo –murmuró y vio a Miriam entrando a la sala.

-Wow, yo también puedo oler el miedo a lo lejos –sonrió con los labios rojos y se colocó detrás de los sujetos –Yo diría que corte esa llamada –miró a Roxana y ella empezó a temblar de rabia, cerró sus manos y tragó saliva –Le digo o le dices tú, porque yo tengo mis métodos.

-Cuelga, por favor, ven aquí –ordenó Roxana.

-Pero… -dijo aterrada y sintió la mano de Roxana en su brazo que le hacía retroceder.

-¿Qué haces Miriam? Ella no tiene nada que ver, no abrirá la boca, si quieres le cortaré la lengua y le sacaré los ojos –sugirió y Miriam soltó una risita.

-¿No quisieras preguntarle si eso es lo quiere? –preguntó al ver el rostro en shock de la psicóloga –No alargaré lo inevitable –levantó su mano y chasqueó –Ahora.

Los tres sujetos se acercaron y Roxana soltó a su psicóloga.

-No, Roxana no… -rogó con los ojos llorosos.

Roxana agarró un jarrón de flores y con todas sus fuerzas golpeó a unos de los tipos, consiguió forcejear o mas bien dar una buena pelea. Sin embargo, ella ya no estaba en forma, lo que se cansó rápido y fue sujetada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.