De La Maldición

CAPÍTULO 19 (PARTE II)

Joseph, el jefe, ladeó un poco la cabeza hacia su lado derecho y asintió, el hombre que se encontraba a su lado derecho, sacó un arma y se preparó. Mientras Alison se preparaba para atacar, giró un poco su cabeza y mordió el brazo del hombre, este estaba entretenido observando a sus compañeros como se apañaban en quitarles las ropas a las dos mujeres, este dio un salto y agarró con más fuerza su navaja, sin embargo se desequilibró y Alison lo empujó para después posicionarse encima de él para darle un fuerte golpe con su propia cabeza.

-¡Mierda! –exclamó de dolor Alison y cayó al lado del hombre –Mi cabeza… -buscó desesperada la navaja y lo agarró justo con uno de los compañeros se le venía encima -¡Carajo, suéltame!

Se defendía con lo que podía con sus piernas, hasta que Cristina, que salió de su trance al ver a Alison y Maricielo haciendo lo imposible de liberarse, agarró un jarrón y decidió golpear al tipo que se encontraba encima de Alison, se quedó impactada al ver que el tipo se quedó tendido en el piso y sangrando.

-¡Bien! Ven, ven… aquí Cristina –presionó Alison y la chica se fue ayudarle –Agarra eso y corta rápido –la chica torpemente agarró la navaja y empezó a cortar, sin embargo el anterior hombre se levantó y le agarró de su cabello.

-¡Alison! –gritó mientras retrocedía con el hombre.

No lo había completado en cortar por lo que usó sus fuerzas para romper la soga y afrentarse con el hombre que la estaba maltratando a Maricielo, agarró la navaja y rápidamente apuñaló tres veces en la espalda y él se giró en golpearle en la mano, Alison retrocedió y esquivaba los golpes que se quedaban en el aire.

Después observó un cuadro y con eso golpeó al tipo que lo perseguía, se abalanzó hacia el tipo y agarró su cabeza contra la mesita se vidrio, clavándole su ojo con la punta. Corrió hacia Cristina y agarró otro jarrón más pequeño y lo golpeó en la cabeza del sujetó, este retrocedió y Cristina corrió a esconderse detrás del mueble, mientras Alison rompía un pedazo de su ropa y se vendaba la mano parar agarrar un pedazo de vidrio y lo clavarlo en el ojo a uno de los tipos.

-Dame eso –pidió Joseph y esta vez él apuntó a la cabeza -No lo va a lograr –murmuró y disparó primero al hombre que sujetaba a Maricielo y a otro que se acercaba hacia él.

Cristina vio sorprendida a los dos hombres tendidos sobre el piso y giró a ver a Alison, apenas se mantenía en pie, el hombre agarró una pata de la mesa y golpeó en la pierna de Alison, esta dio un grito de dolor, sacándole lágrimas, entonces Cristina corrió hacia el hombre y lo mordió en el cuello.

-¡Malditas perras! Me están cansando –golpeó a Cristina con su codo y con una cachetada la tiró al piso –Quieta carajo –vaciló

Alison vio la pata de la mesa y lo agarró para golpear al último en el estómago, luego en los hombros y este le arrebató de las manos, Alison retrocedió.

-¡Alison al suelo! –escuchó y se agachó.

Se escuchó un disparo que cayó en el pecho y el segundo disparo llegó a perforar la cabeza y así finalizando el enfrentamiento. Cristina se levantó horrorizada al estar salpicada de sangre.

-Oh dios, necesito un baño –empezó a provocarle náuseas y se acercó lentamente a Alison –Levántate Alison –pidió y ella obedeció –No me toques, ne-necesito darme un-un baño…

Las chicas se acercaron a Maricielo y esta tenía la cara hinchada con un ojos morado y la ropa destrozada.

-Tía lo siento –dijo con pena y ella negó –Tenemos que ir a un hospital, ahora... –al dar otro paso, cayó de rodillas y se quejó de color –Duele… -murmuró.

-Alison, no… -Cristina quiso ayudarla pero Alison le negó –Pero Alison…

-Gracias señoritas, por ayudarme…

-¡¿Ayudarte?! ¡Nos iban a matar y todavía te pones a hablar! –gritó y se quejó de dolor, se tocó las costillas.

-Lo lamento lo sucedido –dijo esta vez con sinceridad y pena, tocó tres veces su bastón y el último hombre se acercó a Alison para extenderle su mano –Por favor, déjeme ayudarle…

-No… -negó con odio y se levantó, a pesar que sus piernas temblaban notablemente –NO QUIERO tu estúpida ayuda…

-Necesitaba una coartada, diré que Alison Smith mató a esos… hombres con músculos artificiales, yo no soy tan malo señorita y más que nada yo sí necesito su ayuda, estaba confiado que podía matarlos sin ayuda, ya que la última vez te enfrentaste a cuatro…

-¡A cuatro! –exclamó Cristina.

-Sí, eran hombres del señor de la Torre…

-¡De la Torre! ¿Y sigues viva? –preguntó asustada Cristina.

-Créeme señorita –miró serio a Cristina y ella bajó la cabeza –Yo necesito de usted, claro, yo bien puedo hacerlo pero esta situación es diferente, pude mandar a otro en mi reemplazo pero decidí presentarme personalmente ante usted porque mi palabra es ley, yo cumplo lo que prometo, prometo ayudarle incondicionalmente, no soy una escoria como esos pedazos de desgraciados.

-Saque su mano –pidió Alison y se acercó a Joseph -¿A cambio de?

-Eso será después, si me permiten llevarlas al hospital y para ti… tengo unos ungüentos muy efectivos para esa herida –comentó y asintió –Edward, alista el auto…

Acarició la mano de Maricielo y suspiró profundo.

-Papá me dijo que mi tía tenía problema con sus hijos y en especial con su ex esposo, era su tercer horrible divorcio que termina mal y cada vez es peor que el otro…

-No sabía, una vez por semana recibe una llamada, bueno dos –comentó y Alison frunció el ceño –Después agarraba un vaso y una botella, después se sentaba en el patio trasero y se quedaba horas, no entendía por qué y una vez le pregunté, se enojó.

-Ya veo –dio un beso a su mano y se levantó –Quédate con ella, revisarán a cada doctor y enfermera que cruce por esa puerta, las llevarán a otra casa y cualquier cosa toca el botón que te indique.

-Alison no te vayas, por favor, basta ¿No vez que de esta manera también la lastimas?




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