Sólo para que sepan: Lo cuentos de hada nos han vendido una farsa.
Niñas. Si han deseado en convertirse en unas hermosas princesas con largos vestidos y hermosas coronas, les daré un consejo: Olvídenlo. Olviden todo esos sueños y deseos, jamás vuelvan a pensarlo si quiera. Ser princesa no es como lo imaginan. No es como lo desean. No es como lo sueñan.
Ser princesa es horrible.
Horripilante.
Horroroso.
Y es que desde que tengo memoria todas las niñas a mi alrededor soñaban con ser princesas, usar glamorosas prendas, vivir en un enorme y elegante castillo, enamorarse de un apuesto y caballeroso príncipe y vivir una vida perfecta.
Todas las niñas menos yo.
No me gustan las tiaras, las ceremonias o los títulos. No me interesa el poder, la riqueza o la atención.
Jamás quise esto.
Pero uno no es dueño total de su destino y cuando el tema del amor se involucra y termina enamorándose tu mamá poco se puede hacer. Vivo en un reino escondido entre las olas, y esta es la historia de cómo de la noche a la mañana… ¿¡Soy princesa!?