De la noche a la mañana... ¿¡soy princesa!?

Capitulo 2

La Familia Real

El Reinado de Fören es un misterioso país costero, que cuenta con una gran biodiversidad, extensas playas y enormes bosques

El Reinado de Fören es un misterioso país costero que cuenta con una gran biodiversidad, extensas playas y enormes bosques. Con un clima feroz y bipolar el corazón del país era su Capital, donde no sólo vivía la Familia Real, sino que además contaba con los Grandes Mercados, las más variadas ferias y los talentos más extraordinarios.

En su tiempo, personas de todas las ciudades, pueblos y aldeas, viajaban a la capital con la esperanza de ser vistos por la Familia Real y hacerse un nombre en su reino. De esta manera traían gracia y fortuna a toda su familia. Fue así hasta la muerte del anterior soberano, diez años atrás.

Con la llegada del nuevo Rey, se añadieron nuevas medidas restringidas, quedando, los pueblos lejanos de la Gran Capital, prácticamente aislados. Gran cantidad de soldados se desplegaron en todos los puestos de seguridad en el país, haciendo imposible burlar la seguridad. Viendo esto, funcionarios corruptos, mercaderes astutos, comerciantes desesperados, etc, buscaron la forma de sacar provecho de este aislamiento.

Todo los precios subieron, las personas se quedaron sin trabajo, los jóvenes cada vez más niños, buscaban la forma de llevar algo de comida a su casa. De repente encontrar un motivo para sonreír se hacía cada vez más difícil; as pocas personas que lograban irse no volvían más, y esa Gran Capital bullosa y alegre se volvió cada vez más lejana, y la misteriosa Familia Real que residía ahí se hacía más mística.

Aunque según las palabras de mi madre ya no iba a ser tan irreal para mí.

—¿El rey? ¿El mismísimo Rey? —mi mente apenas podía procesar lo que mis oídos escuchaban. ¿Cómo mi madre podría casarse con el Rey? Nada más y nada menos que el maldito Rey.

Claro.

—Mamá, ¿Me estás diciendo que te vas a casar con el Rey, el mismo Rey tirano que nos obliga a vivir en esta opresión, que vive en el maldito Castillo Real sin importarle sus súbditos y que es injusto y cruel hacia quien desfavorece?

Todavía me acuerdo de un suceso que marcó al pueblo hace dos años: la señora Barth, que era la dueña de un pequeño puesto de tejidos y alfombras, era una desafortunada madre de casa, que cómo muchas otras, había perdido a su marido en el Gran Naufragio cuando ella tenía seis meses de embarazo. Después de eso dedicó toda su vida a su hijo, trabajando abnegadamente día y noche, con el sueño de enviarlo a la Capital.

Nunca nos enteramos de cómo lo logró, pero lo siguiente que supimos es que había conseguido embarcar al muchacho de 14 años como sirviente en una caravana de nobles que pasaba cerca de un Puesto de Seguridad y que se dirigía a la Capital. Parecía descabellado, pero sorpresivamente tres meses, después la misma señora Barth, recibió una carta donde el hijo le relataba feliz que había logrado entrar en el Castillo Real como mozo y le pedía a su madre que no se preocupara.

Todos nos alegramos mucho, especialmente los más jóvenes, porque lo veíamos cómo una esperanza de cambiar nuestra suerte. Quién iba a imaginar que la alegría se iba a desvanecer rápidamente dando paso a un crudo dolor. Casi siete meses después la Señora Barth recibió una trágica noticia: su hijo murió después de recibir 30 latigazos.

La señora Barth, que se encontraba en la pequeña plaza, casi se desmaya. La situación la superó y todos fuimos testigos de su sufrimiento por sus desgarradores gritos. En la carta no especificaba el porqué de los latigazos ni dónde estaba su cuerpo. 

Lo único que había a parte de la noticia de su muerte, era el collar que le había comprado su madre y que el chico siempre llevaba puesto.

Este hecho nos conmocionó a todos, y esa pequeña chispa de esperanza que todavía existía en nosotros se apagó por completo, mostrándonos que el mundo era cruel y despiadado, sin compasión o clemencia. Y el lugar brillante y hermoso con que anhelábamos, no era más que un cascarón frío y peligroso; aquellos que vivían ahí eran igual de tiranos.

No se confía en los que tienen poder.

—Hija, se que has escuchado mucho de lo horrible e inhumano que es El Rey, ¿Pero qué sabes realmente de La Familia Real?

¿Qué es era lo que sabía? Que mientras ellos vivían de la buena comida, las elegantes galas y vestían carísimas prendas, nosotros moríamos de hambre, los ancianos fallecían en los crudos inviernos, docenas niños en vez de ir a la escuela trabajaban para poder seguir viviendo ¿Qué más necesitaba saber?

—Agathe—mi mamá cortó los feroces pensamientos que se acumulaban en mi mente. Tuve que contenerme para no soltar un resoplido.

—La Familia Real Astley gobernó nuestro Reino desde hace más de ocho siglos, iniciando con nuestro fundador El Rey Willian Astley, que era noble y amable, hasta su heredero actual. Nuestro actual monarca, hijo único de la fallecida pareja Helen y Adler Astley. Nacido un 18 de mayo, tiene dos hijos mellizos de 16 años cada uno, nacidos el 27 de julio. Su esposa, nuestra anterior Reina, falleció hace ocho años por una enfermedad. No se ha vuelto a casar. —recité aburrida la única información que nos enseñaban en los colegios. No pude evitar una sonrisa torcida mientras lo hacía.

—“Que la Familia Real traiga prosperidad y gloria al Reinado de Fören”—no pude evitar decir con toda la ironía posible el lema que nos obligaban a repetir semana tras semana y que había perdido todo valor.




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