Lo último que ví fue rojo, el rojo de la sangre y al final blanco y esta era la luz del sol que entraba por la ventana.
Era domingo y lo único que hacía los domingos era quedarme en mi cama o en el sofá de la sala con una manta viendo películas o series, pero hoy iba a ser diferente ya que tenía una cita (mi primera cita) con Ray iba a ser a las 7 pero yo no me la podía sacar de la cabeza seguramente no pasaría nada importante pero tenía que estar preparado yo tenía que elegir que ponerme y no dejar que Mia lo decidiera por mi.
Entre en mi armario y mire toda la ropa que había ahí, trate de elegir algo muy normal asi que saque una camisa gris con rayas blancas una chaqueta de mezclilla azul, un pantalón blanco y unos tenías blancos, no me convencía del todo después de mirarme en el espejo asi que decidí escojer otro atuendo, este tenía un saco negro una camisa azul con rayas blancas y un pantalón de mezclilla negra y por último con unos zapatos negros, este me convencía más asi que lo elegí.
Eran las 11:00 de la mañana, ya tenía mi ropa preparada para la cita, y había desayunado waffles congelados, un gran desayuno cuando termine me lavé los dientes y me cambié para salir a caminar y despejar mi mente.
Había perdido la noción del tiempo y para cuando me di cuenta ya eran las 2:00 de la tarde, había recorrido casi la mitad de la ciudad y cuando llegué a la casa sólo ví a Harry preparando la comida, me senté en la barra cerca de el y tomó un vaso con agua.
- Hola Harry no te había visto en todo el día.
- Lo mismo digo Henry, pensé que no habías dormido aquí y como no conoces la ciudad...
- Pero para eso tengo a Mia, ella me dijo que camino debía tomar para llegar aquí lo más rápido posible.
- Bueno, parece que sólo viniste para poder comer.
- En eso tienes un poco de razón.
- Pues ya casi está, ¿Puedes ir por los platos?
- Claro.
Fui por los platos y en unos pocos minutos comenzamos a comer, sin antes dar las gracias por los alimentos.
- Gracias por la comida.
- Gracias por la comida.
- Entonces, hoy es tu gran cita.
- Si, nunca antes había tenido una, no se que se hace.
- No te preocupes, es lo más normal del mundo, sólo tienes que platicar y ser como eres.
- Bueno.
Termine de comer y seguía pensando, no sabia porque pero estaba muy nervioso y ni me podía calmar, una parte de mi decía que no iba a pasar nada malo pero la otra me decía que si, el tiempo pasó y después de varias horas llegaron las 6:20 de la tarde, ya tenía mi atuendo puesto y sólo espera que Ray llegará y me recogiera, aunque para eso faltaban 40 minutos, esos minutos fueron los más lentos de mi vida pero por fin habían pasado, Ray había llegado y yo solo me despedí de Harry, salí de la casa y subí a su coche.
- ¡Hola Henry!
- Hola Ray.
- ¿Estas listo?
- Claro.
El coche arrancó y empezamos a recorrer la ciudad, tomamos un camino muy diferente al habitual, casi no se veían las casas no los lugares que había allí, pasamos por un camino que estaba al lado de el campo pero que al parecer era un atajo, la vista era hermosa ya que la puesta del sol estaba empezando, el cielo azul se había tornado de un violeta rojizo y las nubes de un rosa claro, el lago que estaba cerca reflejaba todos esos colores, los rayos del sol se hacían muy intensos y chocaban con nuestros rostros, ni había nada que nos cubriera a excepción de un gran árbol que estaba solo a la mitad del pasto, la sonrisa de Ray era contagiosa y el ambiente que se sentía era muy agradable.
- ¿Te gusta?
- Si, no sabía que esto existía.
- Lo descubrí hace poco y pensé que sería algo que quisieras ver.
- Gracias, Ray.
- No fue nada.
Seguimos el camino hasta llegar otra vez a la ciudad, entramos en la sección 22 la sección más comercial de la ciudad. Llegamos hasta un restaurante que se veía muy elegante, entramos y nos guiaron hasta una mesa en la azotea, desde ahí se podía ver el atardecer en su máximo esplendor pedimos de comer y poco tiempo después llegó nuestra comida.
- ¿Te gusta el lugar?
- Si, esta muy lindo.
- Que bueno, lo elegí pensando en ti.
- Gracias.
- No hay de que.
- Oye parece que en poco tiempo va a oscurecer.
- Si, pero dicen que la comida se disfruta mejor a la luz de la luna.
- Bueno entonces si queremos disfrutar tendremos que esperar un poco más.
- Si, eso parece.
Noche llegó y nosotros terminamos nuestra comida aunque nos quedamos conversando un poco.
- ¿En serio no recuerdas nada?
- No y lo odio, me siento impotente.
- Te entiendo, he vivido aquí toda mi vida pero realmente nunca he sabido muchas cosas sobre mi vida.
- ¿Como que?
- No se quien es mi padre, siempre escuche que murió y nunca pude conocerlo pero lo extraño es que no hay ninguna foto de el ni tampoco hay información en internet ni en ningún otro lado, parece que cuando murió todo lo relacionado con el también murió.
- Que raro pero de seguro en las oficinas administrativas de la ciudad debe haber algo sobre el.
- Si pensé en esa posibilidad pero toda la información que está ahí es muy confidencial y sólo puedes verla con un permiso especial.
- Claro. Y no creo que la curiosidad sea ese permiso.
- Obviamente no, pero ¿Podemos dejar esa conversación atrás? siempre que hablo sobre eso batalló mucho para sacarme lo de la cabeza.
- Si, perdón.
- No te preocupes no es tu culpa.
- Esta bién.
- Bueno... ¿Quisieras repetir esto algún día?
- No lo sé.
- Claro, fue una tontería disculpa...
- Era broma, claro que quiero repetirlo.
- Bueno si ese es el caso, ¿Cuando estaría bien?
- ¿Te parece bien el sábado a las 3 de la tarde?
- Perfecto.
- Entonces es un hecho.
- Bueno, si ya no queda nada por hacer ¿Nos podríamos ir?
- Si, de todos modos siento que en unos minutos alguien vendrá a corrernos si nos quedamos.