capítulo 4.

Muy pronto volveré pequeña y tal vez  resuelva tus dudas.

Al decir esto desapareció en el aire como si de un truco de magia se tratará. No tuve  tiempo de procesar todo lo ocurrido cuando los golpes en mi puerta me interrumpieron la cadena de pensamientos e ideas que me estaba creando, sabía que era mi hermana y ya me esperaba su regaño así que me dirigí hacia ella y le abrí la puerta.

Se encontraba con sus brazos cruzados y algo enojada y yo creía saber el porqué.

-gema ¿con quién hablabas?

- ¿a qué te refieres? -respondí con un tono algo inocente.

-gema no te hagas la lista conmigo, se nota que no has dormido nada y te escuche hablando y se te notaba algo enojada ¿Qué paso?

-no pasó nada sol, es solo que no tenía sueño y no hablaba con nadie solo estaba practicando para un recital.

-ay gema no me mientas, té conozco demasiado bien de lo que te gustaría, pero no lo digo porque quiera controlarte, lo digo porque estoy preocupada gema estas esforzándote de mas no quiero…

-lo se sol no me lo tienes que recordar y… es verdad no he dormido nada, pero es solo que no tenía sueño y no te preocupes confía en mi ¿sí? - le dije algo suplicante.

-confió en ti con mi vida gema, solo entiéndeme me da miedo regresar a tiempos atrás, no soportaría perderte a ti también- al decir esto unas lágrimas corrían por sus mejillas, así que la atraje a mí y la abrace.

-sol no debes tener miedo solo debemos confiar la una a la otra y aunque Tami viva en otra ciudad solo nos tenemos a nosotras tres y ustedes no se van a deshacer de mi tan fácilmente -le dije algo juguetonamente a lo cual ella me dio una pequeña sonrisa.

-más te vale-respondió ella señalándome con su dedo – bueno señorita ya basta de tanto sentimentalismo y comienza a arreglarte no quiero que seas impuntual.

-como ordené mi capitana -le dije esto con un saludo militar a lo que ella se comenzó a reír a carcajadas que era lo que quería lograr.

-bueno iré a preparar el desayuno- dijo esto y se marchó dejándome en la entrada de mi habitación cerré la puerta me dirigí a mi cama y me senté en ella sabía que no le podía contar a nadie nada de lo que había pasado nunca me creerían por eso decidí guardarme para mi aquella situación.

Estaba absorta en mis pensamientos, pero sonó la alarma aquella que normalmente era la que me despertaba para darle comienzo a mi día. Ese sonido me hizo regresar a la realidad, me levante de la cama y aliste todo lo que iba a necesitar este nuevo día en la academia, luego entre a bañarme pero aun seguí pensando en aquel tipo extraño que llego a interrumpir mi calma me regañaba a mí misma por no reaccionar de una mejor manera y tal vez no me hubiera llenado la cabeza de tantas dudas, no vi su apariencia siquiera no me dijo su nombre solo recuerdo un rostro semi inclinado unos ojos de los cuales solo se lograba distinguir un pequeño brillo gracias a la poca luz de la luna que lograba colarse por mi ventana.

En mi cabeza solo resonaban aquellas palabras que dijo antes de irse. (-muy pronto volveré pequeña y tal vez resuelva tus dudas) entre tanto pensar me termine de bañar enrolle una toalla en mi cuerpo y Salí para terminar mi rutita de mañana.

Busque en mi closet y encontré un lindo vestido estilo deportivo lo que significa que no debía usar zapatos de tacones era color rosa lo tome busque los zapatos y encontré unos zapatos que iban perfectos con el vestido, coloque todo en la cama y comencé a peinar mi cabello lo desenrede aplique mi crema y mi aceite para moldear mis rizos al terminar mi cabello lucia increíble mis rizos destacaban bastante y más porque mi cabello es súper largo llegaba a la altura de mi cintura, luego que ya se secó me coloque mi vestido mis calcetines y luego los zapatos tome una pequeña cadena con un dije de girasol y la coloque en mi cuello y tome unos aretes a juego que también tenían un dije de girasol más pequeño. Luego aplique algo de maquillaje en mi cara no mucho solo lo suficiente para no ir sin nada. Me vi en el espejo que era súper grande de cuerpo completo y me veía súper bien y estaba realmente satisfecha con mi resultado, tome mi bolso y baje las escaleras yendo así a la cocina, sol había preparado el desayuno tal y como había dicho desayune lave mi plato me fui a cepillar mis dientes luego de comer y desde la puerta le grite a sol que ya me iba y cerré tras de mi la puerta.

Me dispuse a caminar a la academia en el camino iba despejando mi mente tratando de concentrarme en otra cosa que no fuera el extraño raro, finalmente llegue a la academia justo a tiempo así que tenía 7 minutos antes de que mi clase diera comienzo los pasillos estaban algo llenos ya que todos estaban por comenzar clases, justo en el momento que ya iba a entrar a mi salón mi cuerpo choco con una persona  al levantar mi vista me di cuenta que era Jhos Barrys, el chico más presumido de la academia pero también el más popular, era un chico que no pasaba desapercibido pero su egoísmo e interés por sí mismo  antes que cualquier persona lo hacían perder cualquier tipo de encanto.

Jhos ya se me había declarado en dos ocasiones, pero en esas dos lo rechace de inmediato a mí no me interesaba estar con alguien tan arrogante que se cree superior a los demás, aunque las demás chicas no pensaban lo mismo de él ignoraban su comportamiento y forma de ser solo miraban su físico. Aunque siendo sincera si es algo lindo, es alto tez blanca, cabello rubio, ojos color esmeralda llevaba suéter ajustado al cuerpo lo cual hacía que sus músculos  resaltaran por medio de la tela, llevaba  unos jeans ajustados y zapatos a juego con su suéter, el lucia increíble cualquier chica querría estar con él pero también son las llamadas (chicas superficiales) ese era su problema pero a mí no me importaba yo no soy así  y no sería de mi agrado estar con un tipo como el, quizás piensen que exagero pero son tantas las cosas que ha hecho que no quiero ni siquiera que me dirija la palabra.