De la realeza

Propuesta

Después de poder tener mi primera forma estuve varios días practicando el vuelo, varias veces me caía y todas las heridas que me hacía se curaban más rápido de lo normal, después de todos esos días conseguí volar a la perfección, volar fue mi nueva forma de despejarme de todo, era una gran libertad que necesitaba. Aún no podía creerme que yo soy el ser poderoso. Después de estar toda la mañana descubriendo mundo, fui ha estar un rato con Lyonel.

- ¿Y qué te parecen los caballos? - me preguntó mientras arreglaba la hombrera de la armadura

- ¡Son preciosos, no me había imaginado que fueran así de bonitos! - echaba emoción hasta en los poros de la cara - Eran felices corriendo por la naturaleza, no como aquí que están encerrados en cuatro paredes sucias -

- Hay veces que son necesarios que tengamos caballos -

- Ya, pero no en las condiciones en las que están -

Me miró - Pues entonces haz algo, eres la reina -

Me quedé quieta mirando a un punto de la habitación - No me acordaba -

 

Me dirigí hacía el establo ha mirar las condiciones de los caballos, habían cambiado, pero no tanto como quería, me dirigí a la persona que llevaba el establo, nada más que me vio se arrodilló.

*Me sigo sin acostumbrar a esto* - pensé - He visto las condiciones de los caballos y no son muy buenas - intenté decir con seriedad

- Oh mi reina, si le molesta eso lo cambiaré de la noche a la mañana, no se preocupe -

Me sorprendí al ver la reacción, me arrodillé delante de él - ¿Se encuentra bien? - intenté poner mi mano en su hombro, pero vi como temblaba

- Lo siento mi reina, es que después de todo el tiempo que pasamos con el otro rey, tenemos miedos que nos dejó -

Intenté tranquilizarle - No se preocupe, no quiero hacerles daño, tampoco tengo motivos - le di una sonrisa tierna

Me reconfortó la pequeña sonrisa que salió de él - Gracias mi reina. Volviendo al tema de los caballos, me encantaría mejorar su condición, pero no tengo mucho dinero -

No estaba segura si me mentía pero aún así accedí a darle una cantidad considerable - Vendré cada día a mirar como te va - le di una última sonrisa y volví al castillo.

 

- ¿Cómo te fue? - me preguntó Lyonel desde la cocina

Fui con él - ¿Cómo me has visto desde aquí? -

- Soy caballero, recuérdalo - dijo mientras se llevaba un trozo de pan a la boca

No dije nada ante esa respuesta - Pues me a ido bien - cogí un trozo de su pan y me lo comí

Me miraba con una cara de niño enfadado - Es mi pan -

- Pero vives en mi castillo - le guiñé el ojo y sonreí victoriosa - Pero a lo que iba, ese tipo está traumado, y por lo que me dijo creo que el pueblo también, el rey hizo mucho daño y lo tendré que arreglar -

- No tienes porque arreglar los traumas de la gente -

- Sé que no hace falta, que no es el deber de una reina, pero yo quiero, no puedo dejar a esa gente así -

- No sé si eres de verdad porque nunca conocí a una persona que se implicase mucho en los demás, y mucho menos a una reina -

- Claro que soy de verdad, si nos hemos besado -

- Buen punto - dijo comiéndose el último trozo de pan

- Y ya sé que soy diferente, no me lo recuerdes - me apoyé en la mesa - Parece que soy la única que quiere el bien para este reino y para todos -

Se acercó a mi - A lo mejor te vendría bien un beso mío y pasar todo el día conmigo - me agarró de la cintura y se iba acercando más

Rodeé mis brazos en su cuello y sonreí - Puede que si me venga bien -

Nos besamos, se paró el tiempo, el sentimiento que me daba al besarle era muy agradable, más que cuando estoy volando - ¿Y qué tienes planeado para hoy? - sonreí

- Ya se irá viendo - me dio un pequeño beso y nos alejamos

 

 

***

 

 

Cambié mi vestido por uno más fresco, mi peinado era una sobre cola con una corona de flores blancas, llevé una cesta con algo de comida; Lyonel en cambio iba con una ropa simple y con su espada por si ocurría algún imprevisto. Nos sentamos frente al lago, le di la cesta a él porque sabía que tenía más hambre.

- ¿Por qué has querido venir aquí? - pregunté

- Porque sé que este sitio te encanta - se comió de un mordisco un filete

- Y me relaja demasiado - miré al lago

- Sé que te encanta despejarte aquí, es tu sitio favorito - miró detrás de mi - Mira que bonito el conejo -

Miré rápidamente, me encantan los animales - Es precioso, me encantaría tener uno, pero prefiero que estén libres - cuando me giré ha mirarle me lo encontré con una rodilla en el suelo y sujetando un pequeño ramo de flores, no dije nada ante eso, solo me sorprendí

- Sé que puede ser muy repentino pero, me he dado cuenta que lo que siento por ti es muy distinto a lo que sentí con otras chicas y eres bastante distinta a ellas. También sé que soy un simple caballero y tú una reina pero me encantaría pasar el resto de mis días contigo sin importar lo que seamos, a si que por esto te pregunto, ¿quieres ser mi novia? -

Me quedé muy sorprendida con todo lo que dijo, el sentimiento volvió y era aún más fuerte que antes - Claro que quiero -

Se lanzó ha darme un beso - Esto habría que mantenerlo en secreto, ¿no? -

- Si, a mi tía no le gusta que una reina o rey esté con alguien de un rango menor, y mucho menos si la reina es su sobrina adoptiva -

 

 

***

 

 

Desde aquella propuesta pasó varios días, también durante ese tiempo seguí practicando y aprendiendo nuevas cosas. Todos estos días mi tía no estaba mucho por el castillo, a si que Lyonel y yo aprovechábamos para estar más juntos, también hubo varias veces que mi tía casi nos pillaba y pienso que sospecha algo.

- Eira cariño, eres muy amiga de Lyonel, ¿no? - vi las intenciones de Elisabeth



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En el texto hay: amor, angel y demonio, magia brujas fantasia

Editado: 13.01.2023

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