Volví ha visitar el establo, lo vi todo mucho mejor, también vi a los caballos más felices. Se me acercó el hombre y se volvió ha arrodillar ante mi.
- Gracias mi reina por hacer posible estas mejoras - me cogió la mano y la besó
Me arrodillé - Gracias a ti por no mentirme - sonreí y le hice levantarse - ¿Me podrías decir quienes más necesitan este tipo de ayuda? -
Asintió y me llevó ante las personas que necesitaban ayuda, eran más de la mitad del pueblo - Estas son las personas que no les hicieron tanto caso al otro rey, por eso estamos tan mal -
Los miré con pena - Me gustaría que pusieseis en un pergamino vuestros nombres y la ayuda que necesitáis. Mañana me pasaré con el dinero suficiente para ayudaros - les sonreí
Todos me dieron las gracias y se arrodillaron. Después de eso me dirigí al castillo, antes de entrar alguien me agarró del brazo y me puso enfrente suya, era Henry de Ventalia.
- Hola de nuevo - sonrió de manera coqueta
- Eres tú de nuevo - suspiré - ¿Sabes que agarrar de esa manera a una reina es de mala educación? Puedo hacer que te lleven a la guillotina - me crucé de brazos
- Lo siento mi majestad - se arrodilló y me besó la mano mientras me miraba, sentí un escalofrío desde mi mano hasta mi pecho - Solo venía por la respuesta de la propuesta -
- No la aceptaré, no pienso casarme con alguien desconocido -
- Entonces empecemos ha conocernos - me volvió ha sonreír coqueto
- No me interesa - me di media vuelta - Estoy bien tal y como estoy -
Mientras entraba al castillo Henry me seguía - ¿No quieres tener un amigo? -
Me paré en seco - Ya tengo -
- Bueno, pues otro más no hará daño -
Suspiré - Entonces tendrás que conocer a mi otro amigo - sonreí pícara - Si no os lleváis bien me temo que no será posible nuestra amistad - le di una orden a un caballero para que avisase a Lyonel
- ¿Qué pasa mi reina? - dijo Lyonel arrodillándose
- Él es Henry de Ventalia, uno de los que me propuso matrimonio, quiere conocerme aún sabiendo que rechacé todas las propuestas y quería que primero conociese a mi primer amigo, osea, tú -
Su mirada soltaba celos, pero se mostraba tranquilo - Encantado de conocerle, Henry -
***
Cuando le estreché la mano se la apreté un poco, no pude controlar los celos - Entonces te hablaré como amigo de la reina -
- A parte de eso, ¿qué eres? - estaba serio pero le veía la intención
- Su mano derecha - dije muy serio
- Bueno, ya os habéis conocido, os dejo a solas, me voy ha cambiar - Eira se fue de la sala apresurada
- ¿Crees qué tiene algo con alguien? Es que es muy raro que no le interese nadie - sabía las intenciones de esa pregunta
- No hay nadie que le interese, ella es así, prefiere estar sola - dije tranquilo - Y si rechazó la propuesta, lo seguirá haciendo -
- Si hago que me conozca más no pasará eso - sonrió vacilón
- No conoces bien a Eira -
Después de aquella pequeña conversación nos quedamos callados esperando a Eira, se apresuró más de lo que pensaba. Salimos al jardín del castillo, Henry estaba muy pegado a Eira, a ella al principio le incomodaba pero luego la veía bien y eso me ponía peor, hubo veces que me tuve que poner en medio de ellos, él no dejaba de pegarse y ella no hacía nada.
Cuando Henry se fue le dije a Eira de hablar:
Me apoyé en la pared - Te he visto bien con él - soné molesto
- Lyonel, simplemente me a caído bien, nada más, con él solo llegaré a ser una amiga - su sonrisa era tierna pero eso no detenía mi molestia
- ¿De verdad eres tan tonta? Que él hace eso para que te enamores, me lo dijo cuando te fuiste -
Su expresión cambió a una más seria - Pero aunque él crea que me puede conquistar no será posible, solo te quiero a ti, y tampoco hace falta llamarme tonta -
- Si no te dabas cuenta de los coqueteos que te decía, hasta se pegaba más a ti y no hacías nada - solo de pensarlo me cabreaba
- Pues no, no me he dado cuenta porque solo lo he tratado como un amigo - elevó un poco el tono
Yo también elevé el tono - Si me tenía que poner en medio de los dos porque se pega aún más a ti, ¿no te das cuenta?. Seguro que solo te quiere por tus tierras -
- ¡Crees que no lo sé, eso conlleva ser reina! - se empezó a cabrear - ¡Por eso y porque te quiero rechacé las propuestas, porque no hay nadie que me quiera como tú! ¡Todos me querrán por mi riqueza y por mi reino, eres el único que aunque me haya convertido en reina me quieres por quien soy! -
Todo lo que dijo me dejó un poco sorprendido y no le faltaba razón - Pues procura que no vuelva ha pasar - bajé mi tono
- ¿En serio? ¿Es lo único que se te ocurre decirme? - los ojos se le cristalizaban - Después de decirte que rechacé las propuestas porque te quiero, ¿solo me dices eso? - se quedó callada por unos segundo, como si dudase en decir lo que piensa - A ver si resulta que al final que me quiere por mis tierras, mi riqueza y mi reino vas a ser tú - se fue de la sala sollozando
Me quedé paralizado sin saber que hacer, también me sentía mal por la situación y me fui a mi cuarto, me quedé entrenando lo que quedaba de día, al anochecer escuché ruidos en el cuarto de Eira. Prácticamente era al lado del mío. Fui corriendo y abrí la puerta de golpe:
- ¿Estás bien? - cuando miré me encontré con una Eira que nunca he visto, arrodillada en el suelo llorando y con su primera forma, su habitación estaba hecha un desastre, todo estaba tirado - Eira... - me acerqué a ella, nunca vi este lado de ella, tampoco supe como le afectaba estas situaciones, pensé que solo lloraba y luego le pasaba lo mismo que a mi, pasaba del tema - ¿Estás bien?... - me arrodillé y me quedé a un lado suyo
No me decía nada, solo lloraba.