De medias naranjas y de naranjas enteras

2 Preparando las papilas gustativas

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Preparando

las papilas gustativas

Si algo tiene solución,

entonces no es un problema.

 

Nuestras papilas gustativas pueden detectar los sabores

dulces con mayor intensidad en la punta de la lengua, mientras que los sabores amargos solo en las zonas laterales.

Quizá por eso nos gusta mostrarnos dulces y dichosos en nuestras puntas; aunque en nuestras paredes laterales estemos amargados y tristes. Mas si tomamos la totalidad de nuestro paladar y aceptamos tanto lo dulce como lo amargo de las situaciones que transitamos, entonces lograremos degustar todos los sabores que nos presenta nuestro presente.

Imaginemos por un momento que vamos a realizar un viaje sin destinos predeterminados ni escalas fijas. Nos tomaremos tres meses para viajar por el mundo visitando diferentes lugares, que surgirán espontáneamente. Pueden ser lugares en la costa o en la montaña, quizá en medio de la selva o en el desierto, no sabemos bien hacia dónde iremos, pero estamos dispuestos a viajar. La única premisa que tenemos con respecto a nuestra travesía es que tomaremos este instante como nuestro punto de partida y durante los próximos meses recorreremos sin rumbo los caminos que nos toquen vivir; pues en este viaje el plan es no tener plan. Seremos, por lo tanto, viajeros a la deriva llenos de ganas de descubrir el mundo, sin ningún itinerario previsto.

Entonces, ¿qué tipo de equipaje llevaremos? ¿Cuántas cosas cargaremos en nuestra valija? ¿Viajaremos con una valija gigante y pesada o con una liviana y sencilla de cargar?

Posiblemente, si queremos hacer ciertas excursiones y aprovechar todas las oportunidades que se presenten, nuestro equipaje no puede ser muy pesado, grande o difícil de trasladar, porque de ser así, no podremos movernos de un sitio a otro con soltura ni autonomía.

Muchos lugares propuestos serán aptos si nuestro equipaje es fácil de llevar, pues si es demasiado grande o pesado será incómodo y difícil de adaptar a todos los lugares.

Acarrear el peso de un inmenso bulto puede tirar abajo nuestro excelente plan de recorrer el mundo libremente.

Esta analogía nos da un punto de partida importantísimo en el momento de analizar nuestra vida. Después de este simple análisis podemos decir que, si uno quiere ser libre, viajar tranquilo, cómodo y sin condicionamiento en la vida, solo debe llevar un equipaje pequeño y liviano.

Ahora pensemos en la manera en que percibes los hechos de tu vida. Aquello que sientes es lo que trasladas; por lo tanto, el tamaño de tus preocupaciones determina el tamaño del equipaje que llevas y la manera de reaccionar frente a esto le da el peso a tu carga.

Piensa, ¿el peso de tus preocupaciones es adecuado para poder viajar libremente?

Quizá sea momento de quitar un poco de peso, sacar de nuestro «equipaje de vida» aquello que hemos acumulado sin sentido (pasado) y que nos quita liviandad en nuestro andar, así como nuestras pesadas expectativas que nos dejan sin aliento (futuro) para tener espacio disponible para lo nuevo que encontremos en nuestra travesía, entendiendo que eso nuevo no debe acarrear un gran peso, porque de ser así nos impedirá avanzar con facilidad.



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En el texto hay: autoayuda, superación, nueva era

Editado: 07.12.2022

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