De mi a ti solo un paso, se interpone.

Capítulo 3: Último día en el observatorio.

Capítulo 3: Último dia en el observatorio
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Como todo buen horario de trabajo la hora de terminar llegó, fui por Raúl a la zona D y por el camino tuve una catedra completa de las razones por las que lo hizo ante mi insistente negación de que no debía darme más de lo que le había pedido, pero claro, le importo muy poco.
Llegué a casa me cambie la ropa y espere a que se llegaran las 22:00 para volver a ir al observatorio; el televisor se encendió solo con el volumen alto y esto solo ocurre cuando una noticia que todos deberíamos de saber está diciéndose:
“Las autoridades de Júpiter encargadas del envió de delincuentes hacia Saturno” – Empezó a decir la presentadora del canal. – “Han dado aviso de que últimamente, durante este año la población de dicho planeta ha aumentado un 200% con respecto de años anteriores, lo cual solo nos hace pensar que el índice de delincuencia y violencia general en los planetas habitados por nuestra especie se ha incrementado exponencialmente; nos mantendremos al tanto de la situación mientras que esperamos que el mundo no regrese a como era hace muchos años.” El televisor se apagó y solo me hizo pensar en lo curiosa que era la situación actualmente, siempre supe que Saturno era un criadero de delincuentes y no me sorprendería que cada vez haya menos de ellos porque se matan entre sí, pero el hecho de que a diferencia de otros años la violencia en los demás planetas haya aumentado un 200%, solo me hace cuestionarme sobre el rumbo que está tomando nuestra sociedad, en los libros se lee que en enero del año 2020 estuvo cerca de estallar la tercera guerra mundial, y aunque todo se convirtió en una guerra informática, las cosas se pusieron feas después por una pandemia que hubo ese mismo año.
Actualmente la tecnología y la medicina han logrado que el humano sea básicamente inmune a todas las enfermedades, pero siempre nuevas salen… Pero bueno, no quiero concentrarme en eso, de momento solo debo estar listo para cuando llegue la hora e ir al observatorio, estos días he estado buscando un continente donde quiera vivir y de momento no he encontrado algo, quizás hoy sea mi día de suerte.
La hora llegó y mi emoción junto con ella, sin dilatarme agarre mis cosas, prendí el auto y fui hacia el observatorio, este día en particular no quería estar de fisgón mirando a las personas, sino que ahora aprovechando que la tierra me mostraría toda américa y siendo el último continente que debo de ver para ya poder tomar una decisión; al llegar y como ya es costumbre todos los empleados me saludaron y ya tenían mi espacio listo para mí, como bien saben soy un cliente frecuente de este sitio, muy frecuente…
- Espero que encuentre lo que busca, caballero. – Me dijo una mujer algo mayor con un acento muy amigable.
- ¡Yo también lo espero! – Le respondí, sin haberme sorprendido que supiera que busco algo.
Volví a colocar mi mano en la fuente de poder y justo al hacerlo sentí como el chip en mi cabeza ganaba potencia, y toda esa potencia la concentre en mis ojos para lograr acercar la imagen a la distancia hasta ver toda la tierra; justo como había pensado hoy era el día cuando el continente americano estaría justo a la vista, hubo una parte del sur de este lugar que me llamo mucho la atención y al centrar la vista vi una ciudad muy linda, en marte no nos enseñan geografía terrestre, por lo que no sabría bien donde es, solo sé que la ciudad se veía bastante interesante, justo al frente de un edificio gigantesco se veía un parque enorme con muchas personas en él, había una cancha de futbol y se encontraban jugando varias personas, me entretuve viendo el partido y de pronto algo llamo mi atención, había una chica de cabello mediano con un brazo completamente mecánico, normalmente estos brazos solo son aprobados para personas militares, según se… Pero había algo en ella que me hacía querer mirarla, la forma en la que se movía me hipnotizo por completo y cada que volteaba hacia arriba cuando el equipo contrario anotaba un gol me hacía querer mirarla aún más, ella era una chica de tez oscura con unos ojos que podían verse color violeta intenso, sin duda los ojos más bellos que he visto en toda mi vida, y no solo eso; unos ojos tan escasos como el agua en este planeta.
Sobra decir que yo me quede completamente fascinado con ella, y no solo eso sino con la ciudad en general y tras unos segundos pensándolo creo que había llegado a la respuesta que siempre busque, ¿Dónde iré una vez llegue a la tierra?, pues la respuesta era a ese lugar y quería encontrarla… Quizás no para intentar enamorarla sino para poder aunque sea preguntarle su nombre para después ya no verla más, y si la suerte estaba de mi lado, quien no dice que ella sea la persona que busco; solo hay una forma de saberlo y para ello aun me faltaban 3000 dólares que no creo tardar más de 4 meses en reunir, antes de salir y aprovechando que aún quedaban 3 minutos antes de que el lugar cerrada fui por aquella anciana que antes me había dicho que esperara que encontrara lo que buscaba, y la oriente para que encontrara esa ciudad en particular.
- ¿Será esta? – Dijo posando su dedo sobre mi frente para compartirme lo que veía.
- ¡sí!, ¡esa es la ciudad! – Dije yo emocionado. - ¿Será posible que me ayude a saber cuál es el nombre de ese lugar?
- Dame un momento. – Dijo ella con voz tranquila, salió del sitio y se dirigió a un monitor que estaba cerca de la entrada y comenzó a buscar información.
Tras unos segundos regreso con una pequeña moneda holograma y al abrirla salió la imagen de la ciudad mostrando el nombre: “Buenos Aires” le agradecí y me fui, despidiéndome de todos; eso es algo que nunca había hecho pero no pareció sorprenderlos, estoy seguro que sabían que había encontrado lo que buscaba, regrese a casa y antes de dormir pegue la moneda en la pared dejándola encendida mostrando el holograma, todo con el fin de que no se me olvidara y ayudarme a motivarme para llegar ahí




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