De mí enamórate [1]

Capítulo 61

—Elisse, escúchame.

—No quiero escucharte Noah. Ya me quedó bastante claro con todo lo que vi en la habitación.

 

Noah me siguió hasta las escaleras de emergencia, ni siquiera fue capaz de abrocharse la camisa, creo que salió corriendo detrás de mí y apenas si pudo recogerla para ponérsela en el camino. No quería escuchar explicaciones, ya una vez me quedé escuchando lo que Matthew me dijo acerca de su affair con Vanessa y no tengo ganas de volver a escuchar el por qué han tomado la decisión de engañarme. Me puse de pie y comencé a bajar las escaleras, él venía detrás de mí intentando detenerme.

 

—No pasó nada entre nosotros. Sí, fue un error y lo reconozco, ella llamó y me dijo que quería verme con urgencia. Creo que no deberías molestarte conmigo, finalmente, tú acabas de admitir que te acostaste con Hyland, estamos a mano ¿no?

—Noah, no quiero saber nada de ti. Ni de ella, yo me voy. —Lo miré por última vez—. Déjame ir, lo nuestro oficialmente terminó.

 

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Me sentía agotada, física y emocionalmente. Había sido un día terrible, todo cambió en un abrir y cerrar de ojos, se fueron mis planes de boda y se acabó el cuento de hadas que construí con Noah. Me sentía tan sola en un lugar desconocido para mí, caminaba y caminaba sólo pensando en lo que vi en esa habitación, en la imagen de la rubia que se mofaba por haber arruinado mi relación y maldije mil veces haberla conocido y hacerla parte de mi vida desde que acepté ayudarla.

Finalmente terminé en un hotel, necesitaba pasar la noche aquí, llorando en soledad en una habitación que parecía ser demasiado grande para mí mientras descansaba sentada en la orilla de la cama, intentando sacar de mi mente a Noah.

 

—Necesito un trago...

 

Me puse de pie y salí de la habitación sosteniendo solamente mi cartera, necesitaba sentarme en el bar de hotel y beber alcohol para aminorar lo que sentía.

 

—¿Te sientes bien?

 

Una voz masculina llamó mi atención, un hombre de la edad aproximada de Noah se sentó a mi lado. Sus ojos marrones miraron los míos en búsqueda de una respuesta, sin embargo, esta noche no tenía ganas de entablar una conversación con un extraño.

 

—Una ronda más, yo pago lo de la señorita. —Le pidió al bartender.

—No era necesario. —Le hago saber—. Pero gracias.

—Soy Jack... ¿Tu nombre es?

—Elisse.

 

Estrechamos la mano y esperamos a que el bartender nos sirviera nuestra ronda de tragos. Fue cuestión de minutos para que comenzáramos a conversar, él me habló de su vida y a lo que se dedicaba, juraría que jamás se me hubiera pasado por la cabeza la idea de que él trabaja en The Sex Palace Peep Show en el distrito zona rojo de Ámsterdam, me ha contado que en ese lugar se pagan un euro por cada dos minutos de show e incluso me ha invitado a ver lo que hacían, pero no tengo ganas de ver sexo en vivo y mucho menos tengo dinero para estar pagando mi estancia en ese lugar.

 

—¿Y qué te trajo a Europa?

—El trabajo, mi ex novio. Mi vida era perfecta en París, tenía el trabajo de mis sueños y un novio maravilloso, ex novio... —Corrijo—. De hecho, hace unas horas estaba comprometida.

 

Jack escuchaba atento ahora mi historia, no sabía lo reconfortante que podría ser hablar de mi vida con un completo extraño al que quizás jamás volvería a ver.

 

—¿Y qué te hizo romper el compromiso?

—Me engañó. ¿Lo irónico? Me engañó con la ex novia de mi mejor amigo. —Bebo un poco más de mi margarita—. ¿Y sabes que es gracioso? Yo me acosté con mi mejor amigo cuando aún estaba con su amada Rosalie.

 

Chocamos las copas, después de beber un trago continué hablando.

 

—Y mi mejor amigo me odia. Porque le rompí el corazón por medio de una vídeo-llamada.

—¿En serio lo hiciste?

—Sí, Nicholas me confesó que me amaba y yo le dije que no pensaba volver a California, la última vez que hablé con él le dije que pensaba casarme. —Bebí un poco más hasta dejar la copa vacía y miré a Jack—. Nunca había hecho esto de contarle mis penas a un desconocido. Lamento hacerte perder tiempo con todos mis dramas.




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