Planeaba hacer de mi sábado una cita con mi soledad. Estaba segura de que Mike pasaría su tiempo con Rebecca, o eso acordaron en Skeleton hace doce horas, justo ahora se encuentran en esa etapa de la relación en la que quieren gastar todo su tiempo juntos y lo entendía, Nicholas y yo estamos ahora en segundo plano para él. En cuanto a Nick, bueno, los sábados amaba despertarse después del mediodía y después desperdiciaba sus tardes frente al televisor jugando videojuegos en línea, así que supongo que debe estar jugando en este momento.
Por mi parte, había iniciado mi día leyendo el blog semanal de Jean Pierre-Cortot, mi chef favorito, el chef francés que hizo que me enamorara de la cocina y que tomara la decisión de dedicarme a la gastronomía. Fue gracias a él que tuve una receta para preparar mi comida para este sábado solitario.
Me encontraba en la cocina buscando el vino de Jerez para terminar de bañar el pollo asado que Cortot había presentado la semana pasada en su blog. De un momento a otro, escuché la puerta abrirse, Nick ha entrado al departamento con mi llave de repuesto, a veces me arrepentía de haberle confiado mi escondite porque solía entrar como si este apartamento fuera suyo.
—¿Qué haces?
—Cocino, ¿tú? Pensé que te la ibas a pasar encerrado toda la tarde jugando.
—Si ese era el plan inicialmente. —Me dice con cierto desánimo, sentándose en la silla del comedor, él toma una cuchara y comienza a juguetear con ella—. Pero Mike no está y no es lo mismo, ya casi no pasamos tiempo juntos, siempre se lo lleva Becca, ya sabes... Cuando tu mejor amigo por fin consigue tener novia, tú pierdes a tu mejor amigo.
Termino de decorar el platillo. Mis planes de cita solitaria se han terminado, teniendo a Nicholas aquí no me quedaba otra opción más que invitarlo a que se quedara a comer, puse un plato extra sobre la mesa y lo incité a probar lo que había cocinado inicialmente para mí.
—Pero sé que tú nunca me abandonarías —Me dice partiendo un pedacito de su pollo.
—Nunca.
—¡Es lo más asqueroso que he comido en toda mi vida!
Lo miro con frialdad, aparentemente todo había sido una mala broma de su parte puesto que no aguanta un segundo más, se echa a reír y se mete otro pedacito de pollo a la boca.
—¡Mentira! Sabe delicioso. ¿Sabes que deberías hacerme?
—¿Macarrones con queso? —Pregunto sonriendo.
—Macarrones con queso, exacto, con un poco de ehmm... ¿Perejil?
—Ajam, ya vas aprendiendo.
Me encargo de acompañarlo, me senté en frente de él e imité su acción, nos quedamos en silencio comiendo, lo único que está de fondo es mi reproductor con música de Vivaldi y el golpeteo de los cubiertos. Sabía que a él regularmente no le gustaba hablar cuando comía, tampoco le gustaba que lo miraran cuando degustaba algo, pero no pude evitar reafirmar que en efecto Nick tiene el mal hábito de comer realmente rápido. En cuanto terminó de comer se puso de pie con su plato en manos para llevarlo al lavaplatos, justamente segundos después se paró junto al reproductor.
—No es que no me guste Vivaldi y sé que te encanta escuchar música clásica cuando cocinas, pero un cambio de música no le hace daño a nadie.
Escucho el cambio de música. Él comienza a menearse de un lado al otro, reconozco la canción, sabía que se venía una ola de movimientos extraños intentando seguir el ritmo de la canción de The Replacements, una de sus bandas favoritas.
Me negué con la cabeza ligeramente al mirarlo bailar, definitivamente vino a cambiar todos mis planes, está aquí para hacer mi sábado mucho más divertido. Terminé de comer finalmente y decidí imitar la acción anterior de Nick, llevé mi plato al lavaplatos y después lo miré caminar hacia el sofá sacando de su bolsillo del pantalón su teléfono al escucharlo sonar. Bajé el volumen de la música y abrí el grifo con la intención de comenzar a lavar los platos y recoger la cocina. Sin embargo, a pesar de que no quería hacerlo, no pude evitar escuchar la conversación que Nicholas tenía al teléfono.
—¡¿Qué?!... ¿Entonces se cancela?... Okey yo recojo las cosas... Bien... Sí, no te preocupes, quedan tres en la caja... Adiós.
—¿Quién era? —Pregunto con curiosidad.
—Mike. Becca aparte de robarme a mi mejor amigo y sabotear mis planes de hoy, también se va a robar mi apartamento. ¿Te molesta si traigo mis cosas y juego aquí? Nos íbamos a contactar con Vic, nuestro amigo de Canadá y tengo ganas de jugar.
Cierro el grifo cuando termino de lavar uno de los platos y entonces lo miro.
—Claro. Mientras yo haré mis deberes.
—Bueno, al rato regreso entonces. Tengo que recoger un par de cosas y asegurarme de que en serio quedan tres condones en nuestra caja.
—Anda ya ve a hacer lo que tengas que hacer. —Le digo riendo.