De mí enamórate [1]

Capítulo 3

No sabía si la clase de Comercialización de Servicios hoy estuvo más aburrida de lo normal o si solamente era yo con mi flojera habitual del lunes. Sabía que debía mantenerme despierta de alguna manera, así que fui al baño para echarme un poco de agua fría en la cara y después me deshice la coleta que mantenía prisionero a mi cabello. Me acomodé un poco los castaños cabellos con la mano, notando a través del espejo que Rosalie está a mi lado.

 

—Hola Elisse, ¿cómo vas con nuestro trato?

—Te juro que el fin de semana lo intenté, pero si vi cómo ignoró tus mensajes. Cree que tus temas de conversación son algo superficiales —Le digo.

—¿Entonces de qué puedo hablar con él?

 

Rosalie toma mi brazo, mirándome suplicante, aún no podía creer que hablaba en serio cuando me propuso ayudarla.

 

—Habla de música, siempre funciona con él —Comento, soltándome sutilmente de su agarre, sus uñas se han encajado un poco sobre mi piel y comenzaba a dolerme—. Su banda favorita es The Ramones. Su canción favorita es Do You Remember Rock n' Roll Radio?

—De acuerdo, ahmm... ¿Y qué le digo?

—No lo sé, puedes sentarte a su lado y asegurarte de que vea que estás escuchando esa canción o cualquier otra, seguro que te va a preguntar si te gustan.

 

Rosalie hizo una mueca bastante rara con los labios, sacando su celular para buscar la canción que le he dicho en Spotify.

 

—No son mi estilo.

—Es la única forma en la que veo que puedes acercarte a él y que funcione, que sea Nick quien te hable. Apenas sepa que te gustan no lo vas a callar, te va a recomendar canciones y te va a hablar de muchas cosas. —Le digo, mirándola a los ojos—. Es lo único que se me ocurre.

—¿Sugieres que me haga pasar por fan?

—Sí. Hay foros en internet con datos curiosos de la banda, puedes sacar algo de ahí.

—Bien, buscaré página de fans entonces. —Me dice con entusiasmo, tecleando en su celular—. Tengo aún veinte minutos antes de entrar a clase, espero que funcione.

 

Se va con el celular en la mano, leyendo algunos datos curiosos de la banda que, por lo visto, no es mucho de su agrado. Me negaba a creer que una chica como Rosalie estuviera haciendo esto por Nicholas, mi mejor amigo que no se va a rendir ante sus pies si no encuentra algo que le guste más que su belleza física. Amanda también era muy bonita, no la conocí en persona pero sí por fotos y sé que lo que lo volvía loco de ella es que es muy impredecible, misteriosa e incluso un poco salvaje. Lorene no se quedaba atrás, lo que le gustaba a Nick no era lo linda que era ni sus hermosos labios que siempre mantenía pintados de color rojo, le gustaba su estilo único y su forma de bailar jive. ¿Qué encontrará en Rosalie? ¿Se volverá loco por ella?

No conocía la respuesta aún y por ahora, tenía que dejar el tema de Rosalie a un lado. Tengo que ir al restaurante a trabajar, odio ser mesera en ese lugar pero de alguna forma tengo que costearme la vida. ¡Oh no! Hoy en especial va a ser tedioso trabajar sabiendo que Jean-Pierre Cortot va a contestar un par de preguntas en su blog y probablemente me voy a quedar con las ganas de preguntarle un par de cosas sobre su último libro.

 

        

 

Al llegar a casa me quité los zapatos de inmediato, los pies me dolían de tanto caminar de un lado al otro en el restaurante entregando comida, lidiando también con malos clientes que me ponían de mal humor a pesar de que trataba de ocultarlo todo el tiempo con una sonrisa. No podía esperar el día en el que mi lugar en el staff del restaurante cambie, ser chef, la cabeza de la cocina, dejar de servir para preparar pero por ahora, debo aguantarme un par de meses más trabajando ahí. Lo único que podía hacer para relajarme es tomar un baño caliente y después sentarme en la cama a revisar el Q&A que hizo Pierre-Cortot para ver si alguna de las preguntas se parece a la que yo tenía en mente.

Dejé a un lado el celular y me puse de pie para cerrar la persiana de la ventana de mi habitación para poder ponerme la pijama, caían algunas gotas de agua fría provenientes de mi cabello sobre mis hombros y parte de mi espalda. Las gotas no son lo único que caen, mi toalla de deslizó desde mi cuerpo hasta el piso, le resté importancia en el momento en el que decidí buscar la pijama.

Fue entonces cuando mi mirada se encontró con la de Nick. Exaltada, busqué cubrirme inútilmente con la toalla que yacía en el suelo, ¿qué mierda está haciendo aquí?

 

—¡¿En qué momento entraste?!

—Hace dos minutos.

—No hiciste ruido. Ahmm... Esto es un poco...

—Incómodo, sí. —Él aparenta no estar mirando, dirigiendo su atención hacia otro punto de la habitación—. Yo ehmm... te veo afuera.

 

Nick sale de mi habitación y cierra la puerta detrás de él. Dejé escapar un suspiro de satisfacción y con sumo nerviosismo comencé a vestirme para más tarde encontrarme con él en la sala y averiguar qué era lo que estaba buscando en mi apartamento.




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