Capítulo 17

Una semana escolar más llegó, estábamos en el último semestre y las cosas comenzaban a complicarse con las múltiples tareas que se acumulaban entre más pasaban los días.

—Tienen sólo una semana para entregarme el proyecto. —Decía la profesora Mossley como parte del cierre de su clase—. Recuerden que la puntualidad es importante. Mañana no los voy a dejar pasar si no llegan a la hora acordada, es parte de su formación ser puntual.

Sophia se acerca a mí mientras termino de ordenar un par de apuntes en mi carpeta. Se sienta a mi lado y entonces pregunta:

—¿Ya sabes que haremos con el proyecto?

—Tengo un par de ideas, ¿qué hay de ti?

—He estado pensando en un par también, ¿te parece si nos reunimos en mi casa?

Guardo mi carpeta y entonces la miro, Sophia se rizó su alaciado cabello hoy y decidió combinar el color de la sombra de los ojos con la blusa rosada que vestía.

—¿Estás segura?

—¡Claro! ¿Te veo mañana ahí?

Acordamos la hora y me entregó la dirección en un pedazo de una hoja que arrancó de la parte final de su cuaderno. La clase terminó, así que no tenemos nada que seguir haciendo aquí. Caminamos juntas hacia el corredor y más tarde nos despedimos.

—¡Elisse!

—Nick, estoy por entrar a una clase.

—¿Qué piensas hacer mañana?

—Iré a casa de una amiga para hacer un trabajo.

—Hablando de eso... Todos quedaron fascinados con tu book de fotos.

Sonrío, no puedo evitarlo, realmente las fotos quedaron hermosas. Paso un mechón de cabello por detrás mi oreja e intento no sonrojarme.

—Quería que me acompañaras al gimnasio.

—Pensé que Dustin iba a entrenarte, por lo tanto yo ya quedaba librada de todo eso. —Comento—. Además, entrenarás con Rosalie.

—Elisse...

Nick toma mi mano.

—No me vas a convencer de ir.

—¡Por favor! ¡Haré lo que quieras!

—Mucho menos con aquella voz fingida, no vas a convencerme. Tengo que irme a clase, te veo después.

Le besé en la mejilla y lo dejé en el pasillo solo. No tenía ganas de volver a aquel lugar con él.

[...]

Después de mi día de trabajo, me dirigí a casa de Sophia. Quedé impresionada cuando llegué en mi viejo beetle, al parecer su familia tenía mucho dinero, ya que vivía en una casa muy grande en un vecindario muy lindo. Suponía que la construcción no era muy vieja, tiene un estilo minimalista y la verdad es algo de esperarse dado que su padre es arquitecto.

—¡Hola Elisse! ¿Quieres que te ofrezca algo?

—No Sophia, gracias, acabo de cenar en el restaurante.

Sophia me hace seguirla al estudio. Tenía la computadora encendida y un par de copias de algunos artículos en el escritorio. Al parecer, ella ya había adelantado nuestro reporte por escrito, me senté en una de las sillas de las visitas y le presté mi memoria USB para que Sophia pueda ver en la gran pantalla parte del ensayo que había escrito.

—Haremos un gran proyecto escrito.

De repente el silencio en la habitación se rompió por completo, a pesar de que la casa es muy grande por el corredor escuchamos los tacones de una mujer que iba pasando por ahí, por la voz en un volumen alto mientras mandaba un audio, supimos de quién se trataba.

—Es Rosalie, de seguro ya se va a su clase de baile o al gimnasio.

—¿En tacones?

—Sí sí, ha dejado el twerk y lo intercambió por pole dance. Bailan en tacones altos, tú sabes...

¿Pole dance? ¿Acaso ya se aburrió del twerk? ¿Por qué siempre se me tiene que venir a la cabeza Nick cuando pienso en Rosalie y en sus clases de baile? Oh cierto, porque inmediatamente lo relaciono con...

—El que no sale de aquí es tu amigo, el de los ojos verdes.

—¿Nick? Supongo que sí, apenas si lo veo ahora.

—No puedo creer que ellos dos estén juntos siendo tan diferentes.

Me encogí de hombros y preferí ahorrarme la respuesta, escudándome en continuar seleccionando información de un libro que pensaba plasmar después en aquel ensayo escrito. Nuestro proyecto físico tenía que ser algo que cocináramos para la clase, buscamos un par de recetas en internet y decidimos salir a comprar lo que íbamos a necesitar, nos reuniríamos en mi apartamento para cocinar mañana por la tarde y queríamos ahorrar un poco de tiempo con las compras del supermercado.