De mí enamórate [1]

Capítulo 18

Llegué a mi apartamento y lo primero que hice fue quitar la llave de repuesto que ocultaba en la maceta, no tenía ganas de recibir visitas inesperadas por parte de Nick. Una vez adentro dejé las bolsas de las compras en la cocina y me dirigí inmediatamente a la ducha para tomar un baño caliente. En verdad que lo necesitaba.

Ya después con la pijama puesta, me siento en el sofá de una sola plaza y comienzo a cambiar los canales en el televisor, sin encontrar nada bueno que ver. Comienzo a pasearme en la sección de películas, para mi mala suerte esta noche decidieron pasar aquella película que me mostró Becca. De nuevo esa película de Julia Roberts y tenía diez minutos de haber iniciado, en los comerciales me levanté para prepararme algo de comer y acompañar la película. Sí, me iba a atrever a verla una vez más.

 

Cuando quieres a alguien hay que decirlo en voz alta, justo en ese momento, o si no... si no el momento pasa.

 

Mierda, mierda, mierda...

De nuevo las lágrimas recorrían mis mejillas sin permiso alguno, porque muy dentro de mí sabía que esa película la estaba viendo por él, porque no cambié de canal para pensar en él... Y muy dentro de mí sabía que era Nicholas Hyland quien sacaba aquel lado asquerosamente cursi que existía en mí.

 

        

 

Mi viernes no comenzó muy bien, de hecho el día había comenzado siendo un desastre. La maldita alarma no sonó y me percaté de que se me había hecho tarde cuando mi celular no paraba de sonar, Sophia estaba al otro lado de la línea arruinándome aún más la mañana. ¿La razón? El perro de la familia se había comido todos los profiteroles que habíamos hecho ayer por la tarde y los cuales en unas horas teníamos que entregar junto con un reporte.

Me levanté rápidamente de la cama y me pegué en el dedo pequeño del pie en el armario mientras sacaba mis toallas para darme una ducha muy corta, camino hacia el baño casi saltando, tomándome el pie después con mi mano izquierda tratando de apaciguar el dolor, las toallas se me caen en el camino y todo comienza a ser peor cuando el agua no calienta.

 

—¡Maldita sea!

 

Casi cuando termino de ducharme, como parte de una mala broma, el agua se calienta. Salgo del baño y comienzo a vestirme como sea, una camiseta gris acompañada de una cazadora negra, flats del mismo color y jeans. Cepillaba mi cabello mojado mientras caminaba hacía un estante en dónde saqué un par de hojas para mi carpeta y como pude las metí en mi mochila para poder salir a tiempo.

 

[...]

 

Sophia había armado un plan de emergencia para salvar nuestro proyecto. Antes de ir a la escuela pasamos a comprar profiteroles caseros a pesar de que teníamos el tiempo contado antes de ir a clase.

Lo único que debemos hacer ahora para darle credibilidad a nuestro trabajo es tomarle fotos a esos profiteroles y reemplazar las que ya teníamos para hacerlos pasar por el producto resultante de nuestro procedimiento.

 

—Elisse Wilkinson y Sophia Berry, excelente trabajo.

 

Al parecer todo había salido como lo habíamos planeado, chocamos las manos y recogimos nuestro proyecto sellado con una calificación perfecta mientras los demás del curso comían los profiteroles que habíamos comprado por la mañana.

 

[...]

 

Creí que mi día había mejorado, llegué a mi trabajo como de costumbre y ayudé al jefe de la cocina con un par de platillos, un día bastante tranquilo en el trabajo para ser honesta. Planeaba cerrar mi viernes de la misma forma de siempre, aprovechando lo relajada que estuvo hoy mi jornada laboral.

Llegué a aquel karaoke bar y me senté en la misma mesa en la que estaba Becca, platiqué con ella un buen rato sobre alguna que otra película que podríamos agregar para nuestro próximo miércoles, ella continuaba sugiriendo películas que no me llamaban la atención.

 

—¿En verdad nunca has visto Clueless?

—No Becca, te lo juro que no.

—¡Es una de las mejores películas noventeras!

—Prefiero la saga de Scream.

 

Mike interrumpe nuestra plática sobre películas y besa a Becca cortamente en los labios, Nicholas venía detrás de él sosteniendo su guitarra.

 

—¿Hoy no cantarán Lucky? —Pregunta Becca.

—Mike ya no debe tardar en llegar, haz que Rosalie no se siente aquí, necesito que escuche la canción frente a mí en el escenario.

 

Nick, en efecto, ignora la pregunta de Becca. Después de esta acción me niego con la cabeza y recuerdo que no ha sido capaz de ofrecerme una disculpa por la discusión que tuvimos el otro día en la recepción del edificio.

Rosalie llegó media hora después de lo acordado, como siempre, la impuntualidad en ella no era un punto a favor. Ross ni siquiera se acerca a nuestra mesa, no le da tiempo, Mike la detiene y hace que se quede de pie frente al pequeño escenario en el momento en el que Nick la llama.




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