De mí enamórate [1]

Capítulo 31

La aventura de la firma ha terminado, Pierre-Cortot me firmó los libros y me hizo el mes entero. Guardé ambos libros en el bolso que llevo mientras Nick metió un dólar a la máquina expendedora para sacar un paquete de galletas, en cuanto lo obtiene pone su vista en mí y me toma de la mano para caminar hacia el estacionamiento de la librería.

Tenía mucho tiempo que no caminábamos tomados de la mano, el hacerlo alimentaba el pensamiento de que éramos la parejita feliz que cantaba éxitos viejos de Lionel Richie para demostrarle a todo el mundo lo mucho que se aman. Subimos al auto, él abre el paquete de galletas y después de darle un mordisco a una, voltea la envoltura hacia mí ofreciéndome una.

 

—No gracias... Con todo esto no tengo hambre.

—¡Yo sí! Créeme. —Habla con la boca medio llena que apenas se le entiende—. Esto de estar hablando de mucha comida y sin desayunar no ayuda a la causa.

 

Su celular comienza a sonar, ve la pantalla y alcanzo a ver la fotografía de Rosalie. Él rechaza la llamada y después de meterse otra galleta a la boca enciende el auto, va de reversa para salir de su lugar de estacionamiento sosteniendo la mitad de la galleta en sus labios.

 

—¿Y bien? ¿Cuál es el siguiente plan? —Pregunta.

—Leer lo que me escribió.

—Aparte.

—Lo que tú quieras.

—Bien... Vayamos a Sunset Bvld. —Propone.

—¿Para?

—¡Comer! Ya te acompañé a tu firma, ahora necesito una buena comida.

 

Me niego con la cabeza con una pequeña sonrisita en el rostro, saco el libro que me firmó de mi bolso y a pesar de que sabía que dentro de él descansaba una dulce dedicatoria de mi chef favorito, seguía sin creer que lo había conocido hace tan solo un rato. Abrí el libro en la página de la dedicatoria y comencé a leer:

 

«Querida Elisse:

Gracias por dejarme ser parte de tu sueño ¡colega! Sé que llegarás muy alto, recuerda siempre: lo importante no es la técnica, es el talento que puedas ponerle y la química que tengas con tus creaciones. Igual, aprende a aplicar esa química con Nicholas porque sabes que existe algo entre ustedes dos y tarde o temprano se convertirá en algo buenísimo como un Crème brûlée.

Jean Pierre-Cortot»

 

—¡Me dijo colega! —Casi grito emocionada, evitando aquel comentario que hizo sobre Nick en la firma—. ¡Me dijo colega!

—Creo que todo salió mejor de lo que esperabas.

—¡Este día es perfecto!

—¿Y sabes cómo va a ser más perfecto? Con una buena comida en Katana.

 

        

 

Katana era un restaurante ubicado en Sunset Boulevard, la comida japonesa está bastante buena y hace mucho tiempo que no lo visitábamos. Alrededor de media hora después de haber estado en el tránsito, estábamos esperando la carta en una mesa de aquel restaurante platicando acerca de este bello día.

 

—Elisse, nunca voy a olvidar este día.

—¡Yo tampoco! ¡Mi ídolo sabe que existo!

 

Suelta una risita pequeña, juguetea con los palillos y después me mira de una forma muy extraña y seria.

 

—No lo digo por Pierre-Cortot, lo digo porque cantaste conmigo dos veces. Una muy increíble en el auto y la otra fue simplemente fenomenal.

—Arruiné todo, esa canción era para que la cantaras con Rosalie.

—Ross no hace esas cosas. —Asegura—. Y créeme que no me importa que hayas sido tú.

 

Sonrío. No tengo otra reacción más que voltear para observar a las demás personas que nos acompañaban hoy en el restaurante.

 

—¿Y cómo te fue en tu increíble cena romántica de la semana pasada? Sophia me dijo que Rosalie compró ropa sexy. —Me percato de lo que estoy diciendo—. ¡Olvídalo! No quiero meterme en asuntos que claramente no deberían importarme.

—Creo que hablar de mi vida sexual contigo no es... Es incómodo.

—¿Por qué? Creí que nos contábamos todo. ¡Por favor! Me contaste de la vez que perdiste la virginidad con Amanda y de esa vez que tuviste un susto con Lorene.

—Porque no lo sé. Eres mi mejor amiga pero me incomoda hablar del tema contigo, sobre todo después de lo que pasó hace un par de años entre nosotros.

—Más bien, lo que no pasó.

—Bueno, lo que planeábamos.

 

Sí, tal vez tenía razón y hablar de su vida sexual con Rosalie no es lo adecuado, era demasiado después de todo lo que he estado sintiendo últimamente por él. Así que cambiamos el tema por completo, comimos mientras platicamos acerca de otras cosas, aunque por más que intentáramos disimular que todo estaba bien entre nosotros, sabíamos que hablar de sexo siempre creaba este ambiente incómodo entre los dos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.