Capítulo 41

El concierto estuvo maravilloso, lo disfruté casi tanto como Noah, de hecho debo aceptar que me gustaron un par de canciones que no conocía y que seguramente buscaría más tarde cuando estuviera en casa para agregarlas a mi música.

—¿Y si vamos a cenar a Katana? —Sugiero mientras él conduce.

—¿Qué es eso?

—Un restaurante de comida japonesa en Sunset Boulevard, vamos... Te gustará.

Conduce hasta Katana por alrededor de 40 minutos, entre el tráfico y demás. Llegamos al restaurante que conocía tan bien y pedimos una mesa. Corrimos con la suerte de que por la hora, el lugar estaba casi vacío y no tuvimos que esperar demasiado tiempo para poder degustar de la comida.

—Es la primera vez que vengo a este lugar.

—La comida te gustará, ya lo verás.

—¿Te gustó el concierto? —Me pregunta, esbozando una sonrisa.

—Sí, fue increíble.

La mesera llegó para preguntar si habíamos elegido qué vamos a comer, después de ordenar nuestra comida sigo con la mirada a la chica, me llama la atención su extraño collar y trato inútilmente de buscarle un significado.

Cuando ella se hace un lado para atender a otros comensales, me doy cuenta que en la mesa de la esquina estaban Nick y Rosalie, cenando, ella hablando como de costumbre y él escuchándola, de vez en cuando él posaba la mirada en las otras mesas, con esa expresión de aburrimiento que tan bien conozco. Sin embargo, antes de que su mirada viajara a nuestra mesa decido besar a Noah con la misma intensidad con la que él besaba a Rosalie ayer en el sofá, no sé por qué lo hice precisamente, pero sí buscaba que nos viera.

—¿Y eso, que fue Ely?

—Bueno pues... Yo simplemente no puedo evitar los placeres de la vida, tal como darte un beso, ¿no?

Cumplí con mi propósito, disimuladamente Nick ya tenía la mirada puesta sobre nosotros, agradecía mucho que la mesera con el collar extraño se interpusiera entre mi mirada y la de él. Pero en cuanto ella se mueve, alcanzo a ver a Nicholas, besando a Rosalie con la misma intensidad, lo hace a propósito para regresarme lo que yo había hecho, definitivamente acababa de comenzar un juego como los que ya hemos jugado antes.

—¡Elisse!

—¿Qué? Ehmm... Perdón. ¿Qué me decías?

—Te pregunté qué canción te gustó más en el concierto.

—Definitivamente Feeling Good.

—A pesar de que es un cover, a mí también me gusta. De hecho hay una canción que...

Noah no puede terminar la frase porque su atención se la dedica por completo a Rosalie y a Nicholas, quienes se han parado ya frente a nosotros.

—Hola Elisse, no sabía que estabas por aquí.

—Ehmm sí... Saluda Nicholas, Noah también está aquí.

—Hey.

—Hola Nicholas. —Responde Noah—. Buenas noches, Rosalie.

Noah sonríe sin separar los labios intentando ser cortés, a pesar de que su mirada demostraba todo lo contrario, puesto que Rosalie y Nick ya se habían sentado a cenar con nosotros sin ser invitados. Todo estaba planeado, la mesera trajo su comida a nuestra mesa y Nicholas agradeció la amabilidad de la chica del collar extraño por el cambio que habían hecho.

—Espero no les moleste pero somos amigos, ¿no? ¿Por qué no sentarnos juntos? —Propone Nick—. Además con eso de que las citas triples funcionaron muy bien, ¿por qué no hacer una doble?

—Nick quizás ellos no quieren una cita doble. —Le susurra Rosalie—. Yo estaba muy bien en nuestra mesa.

Y no, en verdad que no queremos tener una cita doble y mucho menos con ellos.

—Rosalie, Elisse es mi mejor amiga y no tiene ningún problema con que compartamos esta velada los cuatro juntos.

Noah me lanza una pequeña mirada, con cierto desagrado dice:

—Adelante, si Elisse quiere pueden quedarse.

—¡Pero si Elisse sí quiere! —Nick responde por mí.

Noah y yo intercambiamos miradas, aceptando el hecho de que ese par no se iba a ir y ahora tenemos la obligación de ser amables con ellos y así tratar de hacer una cena relativamente agradable. Yo solo esperaba el momento en el que todo se fuera a la mierda, un mal comentario o una mala mirada, tenía la vista sobre Nicholas esperando el momento en el que decidiera tirarle mierda a Noah con alguna indirecta.

—¿No piensas regresar a Europa algún día? —Pregunta Rosalie, interesada en la vida de Noah.