De mí enamórate [1]

Capítulo 45

Tenía que dejar el tema en paz y dedicarme a pensar en lo que ocurriría en un rato cuando estuviera con mi familia. Noah pasó a recogerme a la hora acordada, le di la dirección de mis padres para que la pusiera en el GPS y cerré los ojos al escuchar su música, ha puesto algo de Etta James, I’ll take care for you sonaba mientras yo me perdía en mis propios pensamientos.

 

—¿Te sientes bien, Ely?

 

Noah toma mi mano, está la luz roja en el semáforo y en esos pequeños instantes aprovecha para voltear a verme. No estoy de ánimo y tengo poco tiempo para aparentar que estoy bien antes de que mi madre lo note.

 

—Estoy cansada eso es todo. No dormí bien anoche.

—¿Qué tanto hicieron anoche?

—Un maratón de películas.

 

Lo lamento tanto, Noah. Lamento cada mentira que ha salido de mi boca, tú no mereces que te haga esto. Lo siento, por cada error que cometí anoche, por la fiesta de la amiga de Becca, por aquella vez que lo besé en el estacionamiento de Katana, por desear a Nicholas, por disfrutar de sus besos y caricias. Perdóname Noah, por extrañar a Nick a pesar de ser quien es ahora, por haber sentido lo que sentí en mi cama, cuando él fue tan mío.

Me dediqué a mirar a Noah, preguntándome si él podría perdonarme si decidiera contarle lo que realmente pasó anoche. Pero decidí mantenerlo en secreto, seguir mintiendo y mientras acariciaba su castaño cabello, le pedí perdón una vez más en mi mente, prometiendo que lo que pasó anoche no se iba a repetir, jamás.

 

—Estoy nerviosa.

—Me doy cuenta. ¿Crees que tus padres me acepten?

—No lo sé. Mi mamá se emocionó cuando le hablé de ti, pero mi padre... Soy su única hija y supongo que será complicado para ellos.

 

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Al llegar a casa de mis padres, el corazón comenzó a latirme más rápido de lo normal, suponía que eran los nervios. Noah abrió la puerta del auto y me ofreció su mano para ayudarme a bajar.

 

—Tranquila Elisse, todo saldrá bien.

 

El primer paso fue sencillo, la primera impresión nunca se olvida y eso es algo que Noah tenía bastante claro. Mi madre estaba encantada con él como lo había imaginado y mi padre estaba convencido de que él podría ser el indicado para mí, aunque muy en el fondo no soportaba la idea de que su «pequeña» estuviera en casa presentado formalmente a su pareja.

 

—Bueno, podemos continuar con la plática en el comedor. —Dice mi madre—. Por favor, vengan.

 

[…]

 

La comida fue exquisita. Mi madre preparó una de sus mejores recetas y Noah lo disfrutó bastante, tanto como yo, después vino el postre, los beignets que Noah trajo para nosotros, todo estaba saliendo de maravilla con esta visita.

 

—Sé que no soy una chef profesional, pero espero que te haya gustado.

—Fue muy bueno, señora Wilkinson.

—Por favor Noah, llámame Edith.

 

Ayudé a mi mamá a levantar los platos de la mesa, la acompañé a la cocina para ayudar a lavarlos y dejamos a Noah y a papá solos para que pudieran conversar un rato.

 

—Espero que no lo abrume con tantas preguntas. —Le digo a mi mamá al mismo tiempo que abría el grifo.

—No lo hará, tú papá está encantado con él aunque no lo haga notar. Es increíble, es tan educado y tan caballeroso.

—Lo sé, es un encanto.

 

Regresamos a la mesa veinte minutos después, mi papá se reía con Noah y no entendía qué era lo gracioso. Más tarde supe que estaban hablando sobre un recuerdo de mi infancia y entonces supe que pronto llegarían las fotografías familiares de cuando era una pequeña niña, mamá se encargaría de recordar unas cuantas anécdotas y demás.

Pero antes de que todo eso sucediera, Noah decidió desviar el tema un poco:

 

—Bueno, ahora que estamos aquí reunidos, quería aprovechar para anunciar algo que considero importante.

 

¿Acaso estaba a punto de sacar un anillo de compromiso para pedirme matrimonio? Al parecer papá pensaba lo mismo que yo, la sonrisa que tenía hace un momento se desvaneció y no podía quitarle los ojos de encima a Noah, esperando saber que tenía planeado. Al contrario de mi padre, mamá ya esperaba con ansias saber si escondía una pequeña caja con un anillo, con las manos entrelazadas sonreía mirando a mi novio.




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