Capítulo 47

—¡No me lo puedo creer! Besaste a Nicholas ¡en frente de todos!

Con un ademán le pedí a Sophia que bajara la voz, no sabíamos en que momento podría llegar Rosalie a la casa. No quería una discusión más con ella, no ahora que tiene razón sobre todo lo que me decía antes.

—No sé porque lo hizo en frente de todos.

—Tal vez se ha olvidado de Rosalie, a lo mejor se ha enamorado de ti.

Sophia estaba tan emocionada que parecía que ella era la que estaba envuelta en todo este drama.

—No Sophia, él ama a Rosalie.

—Ella no lo merece. Sabes que tú y él están destinados a ser.

—Fue un simple beso. No hagas un escándalo por eso.

Si te contara que ya existió entre nosotros algo más que un simple beso...

—Además, cada quien va a continuar con su vida después de esto. Él con Rosalie y yo con Noah, tengo planes a futuro con él. Sophia, —De acuerdo, es hora de contárselo a alguien aparte de mi familia—. Se supone que esto aún es un secreto, pero en cuanto nos graduemos me iré a Francia a vivir con Noah.

—¡¿Qué?!

—Es una larga historia.

Dejamos la revisión del borrador a un lado cuando vemos al bonito cocker spaniel correr por el pasillo con el cargador de la cámara de Sophia. Tratamos de alcanzarlo, pero el perro por corría más rápido que nosotras. Sophia se abalanza sobre él y perro que respondía al nombre de Cookie lo único que logra es tirar un jarrón dentro de la habitación de Rosalie y por supuesto, también logró que Sophia se molestara al ver su cargador mordisqueado y babeado.

Entre los restos del jarrón encuentro algo que me llama la atención. Una pequeña lista que contiene varios nombres:

Thomas

Sean (?)

Elliot

Extraño 1

Alex

Extraño 2

Martin

Fred & Vicky

Nicholas

Bart

Dustin

Mr. S

—Sophia... ¿Tienes alguna idea de lo que puede significar esto?

—Sí, hace dos semanas Rosalie y sus amigas escribieron esas listas de las personas con las que se han acostado para ver quien tenía más pececillos en la red.

—¿Van en orden?

—Supongo.

—Después de Nick hay tres nombres. Sólo conozco a Dustin, el entrenador de Rosalie.

—¿Ah sí? Pues yo conozco a un par de intrusas... La puta y la lesbiana de clóset.

Rosalie me arrebata la lista de nombres y no tarda mucho en romperla en pedazos.

—¿Qué están haciendo aquí?

—Cookie se llevó mi cargador y lo alcancé en tu habitación.

—¡Por favor! ¿Acaso piensas que te voy a creer esa historia, Sophia? ¡Es que no puedo creerlo! Yo soy tu prima, de sangre... Y dejas que esta intrusa además de meterse con mis cosas, se meta con mi novio.

—Estoy diciendo la verdad, te lo juro.

Rosalie dirigió su atención hacia mí, por primera vez su mirada logró intimidarme así como el ruido de sus botines de tacón alto al acercarse a mí.

—Tú... Siempre tú, Elisse. ¿Qué acaso no estabas muy ocupada estando de novia con Noah? Porque según lo que sé la políticamente correcta Elisse hoy estuvo con mi novio en medio de las áreas verdes besándolo, pero yo soy la zorra, ¿no Sophia? —Mira a su prima de reojo.

—Rosalie, te juro que no fue mi culpa, él me besó.

Rosalie me miró y soltó una risa llena de ironía.

—Elisse, ¿no te das cuenta que tú eres la puta aquí? Noah, Nicholas, ¿quién sigue? ¿Michael también? La lista con los nombres no es nada, no hay evidencia en contra mía sin embargo todo apunta que tú eres una cualquiera.

No lo soporté más, me estaba reventando la cabeza con todo lo que me estaba diciendo, mi mano habló por mí y le di una bofetada. Por supuesto que ella no tardó mucho tiempo en responder de la misma manera, seguro que esperaba bastante tiempo por hacerlo porque me ha dejado la cara ardiendo.

—¡Vete! ¡Sal de mi vida! ¡Sal de la vida de Nicholas! —Gritaba.

—No es necesario que me corras Rosalie, yo me voy.

Salí de la habitación de Rosalie, Sophia vino conmigo para ayudarme a recoger mis cosas. Intenté apurarme para tomar todo lo que dejé sobre el escritorio de Sophia, pero parecía que entre más rápido quería hacerlo más me entorpecía.