El primer día de trabajo en el restaurante fue simplemente encantador. Fui bien recibida por el personal, a pesar de que no dominaba por completo el idioma que la mayoría hablaba ahí, Noah era quién se encargaba de ser mi traductor.
—Ha de ser difícil venir de un país completamente diferente para vivir un estilo de vida tan distinto, ¿no?
Me volví para mirar a la pelirroja de cabello rizado que llamó mi atención con ese acento, ella me sonrió y yo le devolví el gesto.
—Sí, llevo tres días aquí y ya comencé a extrañar mi vida en California. Pero, no puedo quejarme de lo que me ofrecen aquí, porque comienza a gustarme.
—Y te gustará más, ya lo verás. Soy Florentine Gaizka.
—Elisse Wilkinson.
Estrechamos las manos y regresamos a lo nuestro en la cocina, continuamos trabajando mientras continuamos conversando.
—Así que, ¿eres la novia de Noah Staton?
—Sí, ¿lo conoces?
—Sé que ha estado en muchos lugares porque no es capaz de casarse con el empleo, guapo y ambicioso. Muchas mujeres de aquí querían ser Mrs. Staton, pero claramente ese puesto ya está ocupado por ti.
Podría decir que mi primera semana realmente fue muy buena. Noah se encargó de ser mi guía turístico, me llevó a hacerme la clásica foto postal con la Torre Eiffel de fondo a pesar de que ahora la vería diario, también me llevó a varios museos y parques a los cuales podíamos ir los domingos para un paseo en bicicleta. De igual manera comenzaba a acostumbrarme al clima y a tomar el té por las tardes, de vez en cuando les mandaba mensajes a mis amigos con algunas fotografías y experiencias, ellos estaban feliz por mí y me sentía tranquila por eso.
Mis padres no tardaron mucho en venir a visitarme. Pasaron un par de días con nosotros y fueron parte de mi debut en el restaurante, pero ellos tenían otros planes, querían conocer otras ciudades del viejo continente.
Y mi relación con Noah era... Maravillosa. No había otra palabra para describirla, era mi colega en el trabajo y era divertido cocinar juntos cuando nos quedábamos en casa. Armábamos muy buenos planes para pasar juntos nuestros fines de semana en la ciudad. Comenzaba a acostumbrarme a que me llevara el desayuno a la cama, siempre acompañado de una rosa roja fresca, mi vida a su lado era increíble.
Finalmente podía decir con libertad que amaba a Noah Staton, ¿cómo no querer a un hombre que me procura todo el tiempo asegurándose de que no me falte nada? Definitivamente esto de vivir juntos nos había acercado mucho más como pareja, tanto sentimentalmente como físicamente.
—¿Te he dicho lo mucho que amo cuando usas lencería roja?
—No me importaría que me lo dijeras una vez más.
Noah me besó de nuevo, hundió su nariz en mi cuello y segundos después susurró a mi oído:
—¿Celebraremos esta noche con un buen vino y buen sexo que cumplimos ocho meses estando juntos?
—Sí, pero no tenemos más vino. Se terminó cuando Florentine vino la semana pasada, ¿lo olvidas?
—¡Oh cierto! Bien, iré por una botella. Intentaré no tardar mucho.
Él se encargó de vestirse para ir a comprar la botella de vino, se abrigó bien, busco su cartera y su celular. Noah me besó en los labios antes de salir del apartamento; por mi parte busqué mi bata para ponérmela, me senté en la cama y me di cuenta que tengo una llamada de FaceTime entrante, se trataba de Nicholas.
—Hey...
—Hola Nick, ¿cómo has estado?
—Bien, ¿qué hay de ti?
—He estado de maravilla.
—¿Estabas ocupada?
—Algo así.
Me aseguro aún más la bata y dejo caer mi cabello sobre mi hombro. Tenía alrededor de cuatro meses sin ver su rostro, el contacto que hemos tenido ha sido mínimo, así que me sorprendía un poco que hubiera decidido llamarme, mucho más sabiendo lo temprano que era en California.
—Ahmm... Lamento haber interrumpido.
—No, no interrumpes nada. Noah acaba de salir.
—De acuerdo, ¿cómo has estado? Tiene un mes que no sé nada de ti. —Me dice—. ¿Qué tal te ha tratado Francia?
—El tiempo se me va muy rápido. Lamento no haber llamado antes, estoy demasiado ocupada en el restaurante y... Todo ha sido increíble, Nick. Pero cuéntame, ¿qué ha pasado en mi ausencia?
—Mike tuvo un accidente hace una semana, nada alarmante pero se fracturó el brazo y tiene que estar un par de semanas enyesado. Y ahmm conseguimos una pasantía en una disquera, es asombroso. Hemos conocido a un par de famosos, pero nuestro jefe no nos deja acercarnos demasiado a ellos. —Se ríe—. ¿Y yo? Ehmm... Disfruto mi soltería