De mí enamórate [1]

Capítulo 62

Apenas si pude dormir, creo incluso que pagué la habitación en vano. Lo único bueno que pudo ofrecerme el bar del hotel fue el alcohol y a Jack, quien me mantuvo toda la noche pensando en tomar una decisión. A las siete de la mañana ya estaba en el aeropuerto y compré un pasaje para el primer vuelo a París con el poco dinero que me quedaba.

Esta vez sentí que el tiempo se me fue mucho más rápido, apenas tuve un pie en el aeropuerto de Charles de Gaulle pedí un taxi que me llevó hasta el edificio he que considerado mi hogar los últimos meses. Entré al apartamento que solía compartir con Noah esperanzada por encontrarlo ahí, creí que iba a ir detrás de mí buscándome en cada rincón de Ámsterdam y al no encontrarme, regresaría a este lugar para esperarme e intentar convencerme para que me quedara, pero él no estaba ahí. Él se quedó con Rosalie y yo necesitaba sacar mis cosas de este lugar.

 

Una vez que tuve listo mi equipaje, llamé a otro taxi y tomé más dinero de la caja de ahorros de Noah. ¡Cómo me hubiera gustado ver su reacción cuando regrese y descubra que yo tomé el dinero que tenía destinado para su hermoso auto Jaguar para regresar a casa! Pero sola vine y sola me fui, no hubo necesidad de despedidas. Como Jack lo dijo, el vínculo que me trajo hasta aquí ya está roto. 

 

Traté de dormir en el avión pero no podía, intenté pensar en cómo podía llamarle a Pierre-Cortot para pedirle una disculpa, a pesar de que eso significara perder la oportunidad de mi vida, y hacer que mi ídolo culinario terminara pensando que soy ...        

Traté de dormir en el avión pero no podía, intenté pensar en cómo podía llamarle a Pierre-Cortot para pedirle una disculpa, a pesar de que eso significara perder la oportunidad de mi vida y hacer que mi ídolo culinario terminara pensando que soy desleal e irresponsable. De igual forma pensé en cómo sería mi reencuentro con mis chicos, cómo explicaría que mi compromiso con Noah terminó y la razón por la cual nos hemos separado. Yo creo que enfrentar a mis padres va a ser lo más difícil, si decido ser completamente sincera respecto a lo que ocurrió en Ámsterdam, papá es capaz de viajar hasta el fin del mundo con tal de romperle la cara a Noah Staton por haberme engañado. Y Florentine, lamenté dejarla sin una explicación sobre mi repentina huida.

 

Finalmente, después de tanto pensar, las últimas cuatro horas de vuelo preferí utilizarlas para dormir y así recuperar las horas que pasé en Ámsterdam.

 

Finalmente, las últimas cuatro horas de vuelo preferí dormir para recuperar las horas que pasé en Ámsterdam        

 

No esperaba que alguien viniera a buscarme al aeropuerto porque ni siquiera me tomé la molestia de avisar que llegaría hoy, tampoco esperaba que me organizaran una fiesta de bienvenida, de hecho lo único que quería hacer era ver a los chicos, nada más, en especial a Nick. Así que saliendo del aeropuerto tomé un taxi para que me llevara a casa y durante el trayecto, recibí una llamada de Noah Staton.

 

—¿En dónde estás?

—Muy muy lejos de ti.

—Elisse, por favor tienes que volver. Tienes que escucharme. Estoy en nuestro apartamento, ¿en dónde están tus cosas?

—Querrás decir tú apartamento. Noah, déjame en paz. Regresa a tu vida maravillosa llena de viajes y mujeres, déjame vivir mi vida y si quieres hacer algo por mí, dile a Pierre-Cortot que fuiste tú quien me hizo dejar París.

 

Termino la llamada, sin dejar que diga una sola palabra más. Miré la hora, eran las 6:19 p.m., estaba esperando que el tiempo se hiciera rápido para poder verlos, el camino a casa incluso me ha parecido lento, quería verlos ya. Específicamente a él.

 

[…]

 

—Buenas noches Tom.

 

Saludé amablemente al portero, definitivamente se ha asombrado por mi llegada, pero incluso ha abandonado su lugar y se ha acercado ya al taxista para ayudarlo con mi equipaje y así apilar las maletas junto a los buzones de correspondencia.

 

—Oye Tom, ¿de casualidad tienes una copia de mi llave? Dejé la mía en casa de mis padres y no pienso ir hasta mañana.

—Sí, sí.

 

Thomas me entregó una llave haciéndome prometer que tenía que regresarla en cuanto tuviera mis llaves de vuelta. Después él me ayudó con el equipaje hasta llegar a mi apartamento, sin perder la oportunidad de preguntar acerca de mi vida en París en el corto tiempo que estuvimos juntos en el ascensor. No sabía lo reconfortante que era para mí volver a abrir la puerta del departamento, estoy volviendo a casa y me he dado cuenta al prender la luz que este lugar ha permanecido intacto, mis padres no se habían atrevido a hacerle cambios.




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