De mí enamórate [1]

Capítulo 63 - Final

Decidí terminar con aquel abrazo, mirando sus preciosos ojos verdes por fin, tocando su rostro como ambas manos como si me costase creer que lo tenía frente a mí. No sabía lo mucho que lo había echado de menos hasta que lo tuve de nuevo entre mis brazos, hasta que lo tuve tan cerca de mí. Mi atención se desvió entonces hacia la canción que ha comenzado, Rock this Town de Stray Cats sonaba por todo el lugar y fue entonces que tomé su mano, mirándolo con complicidad. 

 

—¿Bailamos?

—Woah espera... ¿Elisse Wilkinson queriendo bailar?

—Vengo a cumplir el único punto de tu lista que no he cumplido.

—¿De qué lista hablas?

 

Busqué en mi cazadora esa hoja de papel que guardé antes de venir a buscarlos. Se la entregué y señalé con mi dedo índice específicamente este punto:

-Que sepa bailar para ir a Tom's juntos y mover los pies con los Stray Cats.

La encontré mientras guardaba mis maletas en el armario, creí que había llevado esa caja a la casa de mis padres pero parece que se  me olvidó sacarla del armario, así que supongo que fue una señal, ya que cayó al piso justo antes de que lo cerrara mostrándome las tres listas, la de Mike, la mía y la de él. 

 

Así que llegó la hora de cumplirlo, nos unimos a toda la gente para bailar con ellos. Me dejé guiar por él, siempre lo veía bailar jive con Lorene pero jamás lo habíamos intentado juntos, al principio fue complicado adaptarme a los pasos pero Nick fue paciente y a pesar de no ser la mejor pareja de baile de la pista creo que logramos divertirnos bastante. 

 

—¿De dónde sacaste esto? —Cuestiona mientras regresamos a la mesa tomados de la mano.

—Las escribimos hace años, Mike, tú y yo. Así que las guardé y bueno, creo que ya he hecho todo contigo menos eso de bailar.

—Elisse... Cualquier idiota en este mundo se daría cuenta que esa lista la hice pensando en ti.

 

Le sonrío de vuelta y me abalanzo sobre él para poder besarlo en los labios, lento, como la primera vez que lo hice.

 

—Espera... —Me dice, apartándose—. ¿Qué hay de Noah? ¿Y su compromiso?

—Se terminó. No voy a casarme con él.

 

Lo abracé fuertemente hundiendo mi nariz en su cuello, no cabe duda de que no existe un olor más exquisito que el de la persona que amas.

 

—Eso me alegra bastante, bueno en parte siento pena por ti porque... Bueno, un compromiso es algo grande.

—Estoy bien, lo bueno de todo esto es que hasta ahora él había pagado lo poco que llevábamos contratado para la boda, así que... Yo no perdí ni un centavo en eso. 

 

Me senté frente a él en la mesa, Nicholas no perdió la oportunidad de tomarme de la mano, parecía que no podía dejar de tocarme. 

 

—No te imaginas lo feliz que estoy de tenerte aquí —Comenta, esbozando una sonrisa—. Pero, ¿todo está bien contigo? ¿Qué hay de tus sueños? ¿Del trabajo con Cortot?

—Todo perfecto en realidad. —No puedo evitar tomar una papita del plato de Mike, le di un mordisco y luego de unos segundos continué hablando—. Fueron ocho meses llenos de aventuras y trabajar para Pierre-Cortot fue una experiencia increíble pero, yo pertenezco a este lugar.

—¿Por qué decidiste regresar? —Pregunta con interés—. Hace unos meses parecías tan convencida de querer permanecer allá para siempre.

—Noah me engañó. ¿Y sabes con quién? Con Rosalie. Los descubrí en Ámsterdam en un hotel y bueno... Después esa noche en la ciudad conocí a alguien...

—Ah... —Nick interrumpe, soltando mi mano—. Ya sales con alguien, ¿lo trajiste?

—Jack trabaja en un show de sexo en vivo en la zona roja.

—¡¿Dejaste que te consolara un...?! ¿Es en serio Elisse?

—Vale Nick, tú no cambias, jamás me dejas explicarte bien las cosas.

 

Comenzamos a reír. Tomo otra papita y embarro la nariz de Nick con ketchup.

 

—Jack se dedicó a escucharme, ni siquiera me acosté con él. De no haber sido por él, tal vez en este momento estaría instalándome en un hotel en París en lo que encontraba un lugar para rentar y hubiera seguido con mi vida como si nada hubiera pasado. Pero estoy aquí por una razón y esa razón eres tú.

 

Nick imita mi acción, toma una papa y me embarra la nariz con kétchup, esbozando una sonrisa. 

 

—¿La razón soy yo?

—Vamos, deja de querer hacerme decir cosas que ya sabes.

—¿Cómo que me amas, no?

—¿Quieres bailar? —Trato de evadirle el tema.

—Elisse...

—Cállate y bésame, Hyland.

 

Nicholas obedece y me besa, riéndonos porque esparcimos aún más el ketchup en nuestro rostro. Becca y Mike nos observan desde la pista de baile tomados de la mano, apreciando aquella escena, después de tantos años por fin se cumplía lo que todos esperaban. Y yo, me sentía en casa, no tanto por haber regresado al estado en el que había vivido desde que tengo memoria, sino porque Nick, Mike y ahora Rebecca, eran mi hogar.

 




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