De mi Muerte.

Let the world burn.

Todos, todos no están preparados para entender la lógica de las palabras que salen de mi boca. Pero es que he visto tanto y he experimentado tanto que ya no puedo diferenciar entre las mentiras y la verdad.

Ya no existe un buen propósito en mí más que mirarlos arder, porque no creo que te vistas de oveja cuando eres tremendo lobo. Qué bobo aquel que cree que soy quien hace lo incorrecto, cuando siempre trato de ser correcto y congruente con lo que quiero hacer. Pero no me dan chance, se dejan llevar por las apariencias. Y no entiendo cómo es que saber quién soy no tiene ciencia: solo debes tomar un poco de conciencia y mirar tan de cerca que puedas observar lo que hay dentro de mi cabeza.

A veces solo quiero morir porque estoy harto de ser incomprendido, de ser juzgado por tontos que no van a ningún lado más que a sentarse a criticar y decirte en qué no eres bueno para nada, cuando ellos son los verdaderos buenos para nada. De sus bocas sucias solo salen palabras vacías. Si me odias por decir la verdad, me da igual; lo que quiero es verlos arder por no saber hablar ni observar los problemas que rodean su entorno. Por eso siento, muchas veces, que estoy solo, porque soy el único que ve cómo estas culebras escupen veneno. Pero yo nací para aplastarlas y callar esas lenguas toscas que no hacen más que hablar sin sentido.

Hoy solo quiero ver el mundo arder por todos esos tontos que vienen a competir y a decir que son los número uno, sin siquiera partirse el lomo para demostrarlo. Quieren ser los mejores sin saber lo que es levantarse una mañana con hambre, con nada más que una miga en el plato. Y aun así, se inventan vidas que no son suyas, diciendo que tienen armas, que vienen del ghetto. ¿Ghetto? Eso es estúpido. ¿Creen que es lindo pasar hambre, robar para sobrevivir, llorar por no tener el pan de cada día.

Hoy solo quiero ver el mundo arder por todas las dificultades que tuve que pasar y que me hicieron perder la fe. Sé que es necesario tener fe, pero ya no sé qué hacer: si creer en un Dios o dejar que mi mundo comience a arder. Yo ya perdí la fe. Ya no creo en el cielo, en el infierno, ni en tierras santas. Creo en las causas de la gente que ayuda a los que sufren desgracias. Solo quiero ver el mundo arder por todas esas cosas que muchos nunca pudieron ver.



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En el texto hay: entre la vida y la muerte

Editado: 21.01.2025

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