De Nuevo Tú

Capítulo 3

Entro su cuarto recostada en la cama Nora miraba contenta las fotografías tomadas con Derek, mientras una gran sonrisa y brillo especial en sus ojos se notaban. La puerta de su habitación se abrió de manera brusca. Su madre entro.

–¿Cómo pudiste hacer eso al señor Salvatierra? –reclamo enojada.

–Mamá, si vas a regañarme por ello mejor salte de mi cuarto –pidió ella con la vista en su celular.

–Fuiste muy grosera con el señor…

–¿Grosera? –se levantó –la grosera eres tu mamá. Pudiste haberle dicho que tengo novio, pero no… tu solo piensas en ti, por lo haces las cosas sin pensar –exclamo Nora.

–Piensas que yo lo traje…

–Es lo que siempre haces mamá.

–Esta ocasión te equivocas. El señor Salvatierra vino por su propia voluntad. A felicitarte, por ganar el concurso –respondió su madre.

–E imagino que tú estabas contenta. Mamá tu mejor que nadie debió darse cuenta, ese hombre tiene un interés por mí. Lo note a penas entre en la casa.

–Y eso es bueno. No estas feliz de que un hombre tan prestigioso como él esté interesado en ti.

–¡Mamá, por favor! Ese hombre me dobla la edad. Su hija tiene mi edad, te das cuenta –reprocho Nora.

–Lo que me doy cuenta es que estas, dejando pasar una oportunidad increíble por tus prejuicios. En el amor todo se vale y estoy segura que, le señor Salvatierra te ama. Créeme lo sé –afirmo la señora Carlota.

Nora camino hasta su madre –es extraño que digas eso. Tu no crees en el amor. Solo crees en el dinero.

–No digas tonterías –refuto su madre.

–Entonces ¿Por qué no ves el amor de Derek y yo? –cuestiono.

La señora Carlota se quedó en silencio. Nora dio la vuelta para volver a su cama, al probar su punto.

–No puedes vivir de amor –hablo al fin la señora Carlota –ese tipo no tiene nada que ofrecerte. Crees que el amor te va alimentar. Que pondrá el pan en tu mesa. No hija. Lo único que puede darse ese chico son tragedias y penurias. En cambio, con el señor Salvatierra todo. Amor y dinero.

–Entonces mamá cásate tú con él. Y a mí déjame ser feliz con Derek. Porque si vuelves hacer esto, te juro que cumpliré mi promesa. Y me marchare de casa.

Se recostó en la cama, tomando su celular y su madre molesta salió de su habitación. Enojada por la actitud de su hija.

El señor Lucio llegaba a su casa después de vivir aquella humillación por parte de Nora. Que mujer lo rechazaría a un hombre como él. Rico y poderoso. Que sencillamente podría darle una vida de reina. Sujeto con fuerza el estuche con el collar al igual que el ramo de flores.

–Alberto tira ese ramo de flores –hablo saliendo del auto entrando a su casa.

–Papá buenas tardes –lo recibió su hija Jenny. 

–Hola hija –fingió alegría.

–¿Paso algo papá? Te siento tenso.

–No, nada hija –le sonrió.   

–Acaso tiene que ver con los regalos que compraste –dijo Jenny en el peor momento.

–¿Qué regalos? –la voz de Ana hizo presencia. Ingresaba dentro de la mansión acompañada de Luis.

–Buenas tardes señor. Hola Jenny –saludo Luis.

–Hola –dijo Jenny su padre solo asintió.

–¿Qué regalos papá? –volvió a preguntar Ana.

–Nada importante. Voy a descansar –dijo retirándose.

–Papá espera –Ana lo siguió al intuir de lo que se trataba. Llegando hasta su habitación –los regalos de lo que hablo Jenny era para ella. Eran para Nora García –presiono.

–No tengo porque responderte Ana. Soy tu padre. No tengo porque darte explicaciones sobre mi vida –elevo la voz.

–Claro que sí. Si tratas de reemplazar a mamá. Nos debes explicaciones, no puedes simplemente reemplazarla o tratar de hacerlo como lo haces siempre. Con todas esas mujeres que has traído a casa, que solo han resultado ser simples aventuras. Nadie puede reemplazar a mamá –dijo con tristeza.

–No pienso reemplazar a tu madre hija. Pero también necesito encontrar una nueva compañera, que quiera compartir conmigo su vida. Tengo derecho a rehacer mi vida –expuso su padre.

–Pero no con chica que podría ser tu hija…

–Basta. No quiero hablar. Retírate –pidió su padre.

–No lo permitiré –declaro Ana saliendo de la habitación.

El señor Lucio tomo su celular llamando a Derek.

Ana bajo a la planta principal encontrándose con Luis sentado en el mueble conversando con Jenny que al verla se acercaron a ella.

–¿Ana estas bien? –pregunto su hermana.

–Linda –dijo Luis.

Ana se limpió unas lágrimas de los ojos –Luis gracias por este día te veo mañana en la universidad. Quiero hablar con mi hermana.




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