De Nuevo Tú

Capítulo 8

Cinco años pasaron desde su boda y todo les estaba yendo bien, el hospedaje incremento sus ventas, tenía más clientela. Derek y Nora vivían una vida de casados felices junto a sus dos hijas gemelas y José Miguel y Gaby. Todos se sorprendieron al saber que Nora iba a tener gemelos.

José Miguel felicito a Derek por un buen trabajo algo que sonrojo a Nora, tiempo después supieron el sexo de los bebes eran dos bebitas hermosas. Derek y Nora compraron todo lo necesario, para el recibimiento de sus hijas. Construyeron una cabaña apartado para ellos, no querían causar molestias los inquilinos que llegaban al hospedaje. El día del nacimiento de ellas fue el momento más feliz para ellos pues dos nuevos angelitos llegaban a sus vidas.

–Abuelito. Bienvenido –ambas gemelitas corrieron abrazar a José Miguel.

–Mis princesas –dijo José Miguel abrazándolas.

En el otro lado Gaby y Nora sonreían al ver molesto a Derek con sus gemelas que lo ignoraron por completo –claro. Olvídense del pobre Derek –se hizo el dolido.

–¡Que envidioso! Haber niñas saluden a su papá –dijo José Miguel

–No ya no quiero –dijo indignado.

Las niñas se sujetaron de sus piernas con fuerza lo comenzaron a decir papá con su dulce y tierna voz. Y era algo que no podía resistirse.

–Papá, papá… –repetían alegres las pequeñas.

–¡Ah… mis brujitas! –se agacho para abrazarlas –se aprovechan de que las quiera tanto.

–No eres el chapulín –replico Nora –bienvenido amor –lo beso.

–¿Cómo les fue? –pregunto Gaby.

–Bien. Si obtenemos este acuerdo con la alcaldía lograremos expandirnos –dijo José Miguel. –Tendremos un reconocimiento a nivel nacional.

–Felicidades. Venga les hemos preparado algo delicioso, para celebrarlo –dijo Nora.

Se reunieron en la mesa para disfrutar de una cena en familia, y celebrar que todo el trabajo de Derek y el señor José Miguel estuviera dando frutos. Sus vidas habían mejorado para mejor tenían una familia amorosa. Gaby y José Miguel eran como los padres que ellos siempre desearon, les tendieron la mano cuando más lo necesitaban y su alegría era mucho más grande con sus dos hijas. Siempre mostrándose amorosas con todos, pero con su padre Derek le hacían unas bromitas para divertirse. Lo querían mucho y él a ellas solo que, con sus bromas, el las paso a llamarlas brujitas.

Terminaron de cenar y se fueron a descansar. Derek y Nora siempre les deseaban las buenas noches a sus hijas y volvían a su habitación a descansar.

–Son todas unas princesas –dijo Derek refiriéndose a sus hijas.

–Ahora no son brujas –replico Nora.

–Sabes bien, porque les digo así –contesto Derek. –me pone celoso, cuando me ponen al final.

–Lo mejor se deja para el final –dijo Nora.

–No me convences sabes –se recostó en la cama.

–Eres todo un caso –ella se metió en la cama acurrucándose en los brazos de su esposo.

–Me alegra de tener a mi lado –dijo con ternura –nunca me abandonaste, a pesar de todas las dificultades que pasaste debido a mí.

–Te dije que te amo, cuando me pediste ser tu novia. Estaba dispuesta a todo contigo –su mano se posó en pecho de Derek. –Mira lo que hemos conseguido, por mantenernos en nuestro amor.

–No sé qué haría sin ti amor –beso su frente. –Nunca me dejes.

–Pues. Talvez mañana te deje –dijo ella.

–¿Y eso?

–Me invitaron a un concurso de cocina. Y estaré afuera dos días –respondió.

–Detesto esos concursos. Me dejas con esas dos brujitas, que de seguro se van a divertir conmigo –se quejó Derek.

–Derek si quisiera me las llevaría conmigo, pero tienen clases y no pueden faltar.

–No me convence.

–No te quejes, sus bromas siempre terminan en abrazos y que estén rodando por el suelo –comento ella.

–Esa parte me gusta –se acomodó un poco abrazándola.

...

–Ana finalmente llegas –dijo su hermana Jenny.

–Lo siento. Él trabajo estaba a full. Tengo que encargarme de los cocineros que se presentaran, al concurso en dos días –explico Ana.

–Habrá buenos prospectos para trabajar en la cocina de nuestro hotel –dijo Jenny caminando junto a su hermana tomando asiento en el sofá.

–Si. Últimamente hay buenos cocineros, pero me gustaría que en este participara la cocinera de la que he escuchado hablar en los últimos años –comento Ana.

–Nora Valencia –dijo Jenny.

–Si. En los concursos que se ha presentado, solo saben su nombre. No hay ni una sola foto de ella. La he querido contactar para contratarla.

–No has pedido información en donde ella se ha presentado. Deben tener algún dato de ella –hablo Jenny.

–Lo he hecho, pero por alguna razón sus datos desaparecen.




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