Nora ingreso dentro anunciada por el presentador y sus ojos se centraron en solo una mujer entre los invitados. Reconoció a Ana Salvatierra ahí parada junto a los jueces, se sorprendió al verla, pero mantuvo la calma concentrándose en el concurso.
–Bien los participantes. Por favor tomar sus lugares de cocina –hablo el anunciador.
Nora empezó a moverse en su lugar de cocina moviéndose con gran habilidad, tomando los ingredientes para iniciar con su preparación.
–¿Ana esa chica no es? –dijo Subaro.
Ella asintió –y también parece ser la cocinera que estaba buscando.
Subaro observo a Nora unos momentos –no creo que, acepte trabajar para nosotros –comento.
–Aun así, lo intentare –respondió ella.
Ana tenía mucho interés por ella, ahora al saber de quien se trataba tenia aún más interés por saber si todavía estaba con Derek. Tenía la intención de ayudarla a escapar de él. Pues tenía una historia muy elaborada por su padre, que creyó sin chistar. A su pensamiento Derek el culpable de la muerte de su novio Luis, él lo introdujo en el mundo oscuro de las drogas. Creía que engañaba a Nora durante su relación.
…
En otro lado Lucio Salvatierra conducía en dirección de su hija Ana para entregarle, los documentos del contrato para la misteriosa cocinera. Estaba cerca del lugar del concurso.
–Esta hija mía –meneo la cabeza mirando la carpeta con el contrato sobre el asiento de copiloto. –Bueno, aprovechare para conocer a la misteriosa mujer.
Piso el acelerador para llegar a tiempo.
…
El concurso termino al anunciador dio el resultado, quedando Nora en segundo lugar algo que no parecía impórtale mucho a ella, estaba conforme con el resultado. Ella tomo sus implementos y se fue quería evitar a cierta mujer que la observaba en el concurso. Salió afuera y escucho la voz de Ana.
–Espera –dijo con la voz suave pero fuerte.
Nora la ignoro pues no podía, dejar que descubrieran su vida, una nueva vida donde había logrado todo lo que anhelaba en su vida. Si alguien de su pasado llegara lo arruinaría todo y no dejaría que nada afectara su vida y mucho menos la de sus hijas que eran todo para ella.
–Nora. ¡por favor! –continuo Ana siendo interceptada por unos reporteros que la detuvieron.
–Al fin –dijo llegando a su auto guardando sus cosas en la cajuela e ingresando a su coche partiendo hasta su hotel.
Al llegar arreglo todo lo necesario para volver, todo estaba pagado, pero se detuvo un momento al ingresar a la cafetería donde tomo asiento sirviéndose algo de café que le trajo la camarera del lugar junto a pequeño postre de chocolate. Tenía un momento de lo más agradable, levantando su taza bebiendo un sorbo escucho la voz de Ana.
–Nora –dijo suave.
Ella abrió ligero los ojos, bebió un poco devolviendo la taza a la mesa. Tomo la servilleta limpiándose la boca.
–Ana –dijo mirándola.
–Puedo sentarme –dijo ella. Nora asintió. La miro un momento –no pensé que, la cocinera de la que tanto he escuchado seas tú.
–Siempre es la que menos esperas –respondió con una sonrisa.
–Veo que te va muy bien. Te has convertido en alguien de renombre.
–El sacrificio tiene su recompensa. Ahora vivo una completa felicidad –dijo feliz.
–Eso veo.
–La respuesta es no Ana. –dijo directa su respuesta.
–Todavía no has escuchado mi proposición.
–Y no necesito hacerlo. Estoy bien donde trabajo, no lo voy a dejar –sus palabras eran contundentes, pues era claro que no dejaría el negocio familiar.
–Te ofrezco el triple de lo que te pagan ahí, además de ser la chef en jefe de la cocina. ¿Qué dices?
Resoplo suave con una pequeña sonrisa –no lo hare. Estoy bien ahí el negocio está floreciendo a cada momento.
Ana noto que no había nada de lo que ella dijera, para que Nora cambiara de opinión. Sus palabras tenían mucha seguridad y certeza de que permanecería ahí, parecía en estos años la vida le había sonreído. Su ropa era de marca incluso el bolso a su lado lo era, no llevaba tanto maquillaje lo que hacía relucir su belleza natural.
–Parece que no hay nada para que cambies de opinión –dijo Ana con una sonrisa decepcionada. Pero aun quería saber algo importante –¿tú sigues con…? –hizo una larga pausa.
–Derek –completo la pregunta.
Asintió –lo siento, todavía no me agrada del todo –dijo con sinceridad.
–Eso es porque nunca lo conociste de verdad –respondió.
–Están juntos –su ánimo cambio.
–Nos casamos y ha sido el esposo ideal –dijo con ilusión. Pues todo era verdad.
–Deberías…
–Hija –esa voz hizo que Nora abra los ojos y un escalofrió recorriera su espalda. No quería volverse a encontrar con aquel hombre. Bajo la mirada –Ana ¡Que descuidada eres! Olvidaste el contrato –se acercó besando su mejilla.
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Editado: 03.08.2023