De Nuevo Tú

Capítulo 25

Después de hacer dormir a las niñas Derek se reunión junto a la señora Gaby y José Miguel en el despacho para conversar de lo ocurrido este día.

–No puede ser. Entonces no tenemos nada, para dar con el responsable de Nora –dijo la señora Gaby.

–Si querida. Según lo que el detective me dijo cuándo me llamo, el hombre sufrió un ataque al corazón. Por eso fue su deceso –contesto José Miguel.

–Revisaron la casa. Debe de haber alguna pista. Algo, talvez dejo algo sobre la muerte de mi hija –continuo la señora Gaby levantándose en llanto.

–Dejo un mensaje –intervino Derek –LUC. No sabemos qué significa.

La señora Gaby tomo asiento –eso no me devuelve a mi hija.

–Encontraremos al culpable –José Miguel se acercó tomando las manos de su esposa besándolas. –Aun debemos ocuparnos de otro asunto –cambio su tono.

–¡Ahg…! Nunca debí traer a las niñas. Debí dejarlas con ustedes en la hacienda –se quejó Derek.

–Ya es tarde Derek. Además, sabias que esto debía ocurrir tarde o temprano –intervino José Miguel.

La señora Gaby se limpió unas lágrimas y sorbió un poco su nariz –hoy volvieron a visitarnos.

–¡¿QUÉ?! –dijeron Derek y José Miguel juntos.

–No les permitió acercarse a mis hijas –hablo Derek molesto.

–Claro que no. –contesto la señora Gaby –, pero esa señora. Creo que en verdad quiere a Eva y Sofía.

–Lo dudo. –intervino Derek –alguien como ella que quería vender a su hija al mejor postor, dudo mucho se sienta algo por las niñas. Solo quiere usarlas, para vengarse de mí.

–Pensaremos en algo. Lo importante es solucionar este asunto. La audiencia esta para dentro de una semana, estudiare el caso saldremos de esto –dijo José Miguel.

–Confió en ti José Miguel, espero que no te hayas oxidado –dijo Derek.

–Tranquilo hijo. José Miguel es el mejor, ya verás que todo saldrá bien –hablo la señora Gaby.    

Pasaron los días, a la espera de la dichosa audiencia solicitada por la señora Carlota y Lucio Salvatierra, que no era más que una mera venganza con el fin de lastimar a Derek donde más le dolía que eran sus hijas. José Miguel preparo el caso tenía todo para salir triunfando del asunto.

En el trabajo Derek se encontraba igual al frente de una computadora, revisando documentos yendo a supervisar a los trabajadores en la obra. En ocasiones solo en otras por Ana y Subaro, justo ahora se encontraban los tres juntos en la obra supervisando guiados por el ingeniero a cargo dando a conocer los detalles.

–Esos son los cambios que se han hecho, de acuerdo a sus sugerencias –dijo el ingeniero.

–Bien. parece que no es necesario otra supervisión, sin embargo, necesitamos las facturas de los materiales comprados para la construcción –dijo Derek.

–Me los puede enviar a mí –intervino Ana.

–De acuerdo. Se los hare llegar esta misma tarde si es posible –dijo el ingeniero, retirándose.

Derek resoplo dándose la vuelta empezó a caminar, no estaba muy concentrado últimamente y eso era porque mañana era la audiencia, la preocupación lo ahogaba. Sabía que José Miguel tenía todo listo, pero también sabía que el resultado siempre es impredecible. No importa las decisiones que lleguemos a tomar o cuanto revisemos nuestras planificaciones el resultado siempre es impredecible.

–Está muy preocupado –dijo Subaro. –No he notado muy ausente en el trabajo estos últimos días.

–La audiencia por la custodia de las niñas es mañana. Es normal que este así, pero me molesta que lo distraiga del trabajo, sé que es egoísta, pero lo entiendo. También estaría así si estuviera en su posición –hablo Ana.    

–Parece que te preocupa lo que le pase –dijo Subaro caminando.

–No me importa lo que le pase a él, pero las niñas son las que están en medio de todo esto. En esto días que las he visto… –hizo una pausa –me parecen unas niñas encantadoras y buenas –sonrió –me pregunto si ase hubiesen sido mis hijos si… –se cortó.

No quiso decir lo siguiente al sentir la tristeza amenazando su cuerpo y las lágrimas brotando de sus ojos. Se limpió unas que escaparon. Subaro la abrazo al ver el estado vulnerable en que se encontraba. Volvieron a la alcaldía entrando en la oficina donde lo encontró ahí como zombi tras su ordenador, ni siquiera levanto la vista para mirarla. Tomo asiento y al rato recibió una llamada.

–Summer. ¿Qué sucede? –pregunto.

–Señorita Ana. Debe venir de inmediato a la oficina del hotel –dijo con preocupación.

–¿Sucede algo? –pregunto.

–Es sobre los paneles solares del hotel. Alguien asalto el cargamento –confeso Summer.

–Voy enseguida. –dijo alarmada tomando su bolso.

–Problemas aquí, problemas allá. Increíble –dijo Derek con la vista en la pantalla.

Ana lo miro directo de mala gana, pero no dijo dirigiéndose hasta la puerta. Derek soltó una risita –eres insoportable sabes –dijo saliendo de la oficina.




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