De Nuevo Tú

Capítulo 27

Jenny volvió a su casa explico que Ana se iba a quedar en casa de Derek, por petición de las niñas algo que molesto a Lucio y la señora Carlota. Ellos esperaban que las niñas estuvieran esta noche con ellos, a pesar de que no ganaron el juicio tenia a las niñas bajo su techo.

Derek, junto a la señora Gaby, José Miguel y Ana estaba junto a las niñas en su habitación dándole las buenas noches. Solo se quedaron la señora Gaby y José Miguel dentro junto a ellas. Ana salió de la habitación y Derek fue tras ella, la siguió hasta la cocina donde ella se estaba sirviendo un vaso de agua, al darse la vuelta se encontró con él mirándola atentamente. Omitió su mirada.

–Gracias –dijo Derek, con algo de sarcasmo.

–No fue nada…

–Tenías que abrir la boca ¿verdad? –corto Derek. Ana lo miro confundida. –¿Por qué les dijiste eso a ellos?

–No sé de qué hablas –dijo Ana dejando el bajo en su lugar e intento irse de la cocina, siendo detenida por Derek tomándola del brazo.

–Esta es tu forma de vengarte. Separarme de mis hijas, solo porque dices que yo tengo que ver con la muerte de Luis. ¿es eso? –hablo Derek.

–Suéltame –Ana forcejeaba para liberarse –te dije que me sueltes –jalo con fuerza su brazo –esto no tiene nada que ver con Luis.

–¿Entonces porque les dijiste eso? –pregunto Derek.

–Yo no les dije nada a ellos. Seguramente lo escucharon cuando estaba hablando con Jenny –contesto Ana.

–No te creo –dijo seguro Derek –seguro lo hiciste deliberadamente, querías que te escucharan por eso…

–No es cierto –Ana lo corto.

–Claro que sí –Derek la corto, sujetándola con fuerza de los brazos –estabas en esa casa donde hay dos personas, aparte de ti. Que me odian. Y que haría cualquier cosa con tal de lastimarme. Pero déjame decirte algo. Ni tu –la sacudió –ni nadie, me va a separar de mis hijas –volvió a sacudirle liberándola dándose la vuelta para irse.

–Tú mismo lo causaste –dijo Ana. Derek volvió a mirarla con sumo enojo –tú te emborrachaste aun sabiendo lo que te esperaba. El juez tiene razón no eres capaz de cuidar de tus hijas. Eres un irresponsable, mentiroso y cobarde –declaro Ana.

–Tu que sabes de mi Ana. Desde que te conozco, siempre me miraste por encima del hombro. Todo lo que acabas de decir no es cierto y lo sabes –hablo Derek.

–Entonces ¿Por qué me dijiste eso anoche? Eres un cobarde, porque nunca te atreviste a decirme eso estando sobrio. Solo lograste hacerlo al estar ebrio. Por eso eres un cobarde Derek y lo sabes –estuvo frente a frene con él.

–¿De qué hablas? –volvió a preguntar Derek.

Ana estaba molesta, pero la tensión en su cuerpo, como sus ojos trataban de conservar esa tranquilidad le demostraba que lo recordaba y no quería admitirlo e intento presionarlo.

–¿Hay una parte de mí que te gusta y los sabes? –dijo Ana. –Seguramente lo vas a negar. O necesitas alcohol para decirlo. ¿Por qué no me lo dices ahora que estas sobrio? –Derek se mantuvo en silencio –ves eres un cobarde. En cuanto a las dos anteriores también lo eres –paso por su lado para irse, pero Derek la sujeto del brazo deteniéndola.

–Si es verdad –contesto poniéndose frente a ella –y te lo voy a decir –camino haciéndola retroceder contra la pared –desde que llegue a la mansión y te mire por primera vez –acerco su rostro al de ella –me gustaron tus ojos Ana, incluso ahora me gustan tus ojos, pero odio como me miraban y me siguen mirando. Unos ojos tan hermosos como los tuyos no deberían proyectar esa clase de sentimientos hacia alguien que no te ha hecho nada.

–No me has hecho nada –Ana molesta intento liberarse, pero Derek se lo impidió –por tu culpa Luis…

Las palabras de Ana murieron no entendía lo que estaba pasado, sus ojos abiertos como platos sintiendo un calor y leves descargas eléctricas en todo su cuerpo. Las manos de Derek la sujetaban con suavidad, mientras sus labios se movían sobre los suyos de forma lenta y por un segundo ella siguió el ritmo, pero reacciono apartándolo de ella. Estaba sonrojada su cuerpo quemaba, observo a Derek con la respiración irregular su pecho subía y bajaba.

Derek trato de corregir aquello deteniendo su respiración –no vuelvas a culparme por eso. Porque no es verdad –dijo dejándola ahí.

Camino hasta las escaleras donde su respiración volvió agitarse, tocando sus labios recordando los de ella. Estaba confundido. Preguntándose ¿Por qué lo hizo? Aparte de la razón de callarla para que vuelva a decir la misma línea de siempre, culpándolo a él como el responsable de la muerte de Luis.  

Ana todavía no reaccionaba seguía ahí en la pared, como los ojos abiertos recordando aquel beso, a pesar de ser inesperado era completamente diferente a cualquier otro beso que haya recibido. A pesar de ser corto sintió algo que nunca antes había sentido la suavidad de sus labios estaban sobre los suyos aun sentía el tacto de sus labios. Llevo su mano a sus labios tocándolos levemente, pero de inmediato fue hasta la habitación que había preparado junto a Eva y Sofía. En la mañana se levantó temprano encontrándose con la señora Gaby en la cocina, preparando el desayuno.

–Buenos días –saludo la señora Gaby.




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